Actividad Parlamentaria

Parlamento Vasco

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Bases para la actualización y reforma del Estatuto de Gernika

Palacio Euskalduna-Bilbao
Buenos Días, Compañeros y compañeras, egun on danori:
Hace algo menos de tres meses celebrábamos nuestro último Comité Nacional y en él ratificábamos nuestra condición de alternativa de Gobierno en Euskadi. Una alternativa, tan real como necesaria, basada en un Partido unido y cohesionado (y lo está), en un Partido que, desde la centralidad, tuviera la iniciativa política y no fuera a remolque de otros (y hoy todos hablan de nuestras iniciativas), y basada en una propuesta y en un proyecto de país que conectara con una amplia mayoría de la ciudadanía vasca. Porque nuestro objetivo también es sumar fuerzas para el cambio.
Y decíamos, y decimos, que nuestra alternativa y nuestro proyecto quieren dar salida al bloqueo político en el que nos ha metido Ibarretxe con su política y con su obsesión, casi enfermiza, por su, tristemente famoso, Plan. Y queremos hacerlo buscando puntos de encuentro para la pluralidad y la diversidad de nuestra sociedad a través de una propuesta de Reforma del Estatuto que mantenga como horizonte fundamental el pacto entre vascos y entre vascas. Queremos hacerlo con un proyecto que priorice la "Euskadi real", es decir, que de respuesta a los problemas de los ciudadanos y ciudadanas porque ellos son el único referente de nuestra acción política y con un proyecto que entronque al País Vasco en España y en Europa porque ese es nuestro espacio natural y porque lo que queremos es hacer un continente y no convertirnos en una isla, como pretende Ibarretxe.
Y hoy, podemos decir que, vamos a dar un paso más en esa dirección, en la conformación de nuestra alternativa de Gobierno. La alternativa autonomista, progresista y vasquista que los Socialistas Vascos representamos, poniendo en marcha el debate sobre las líneas básicas de nuestro modelo de país recogido en el documento de "Bases para la actualización y reforma del Estatuto de Autonomía".
Un documento que, cuando lo aprobemos allá por Marzo, según el calendario previsto, (porque hoy sólo damos inicio al debate) formará parte de nuestro compromiso electoral para las próximas Elecciones Autonómicas. Una propuesta pensada para el consenso, y no para la imposición. Una propuesta abierta, que pretende definir espacios para el entendimiento y para estimular el diálogo y el debate con todos los partidos democráticos.
Un documento en el que los procedimientos, precisamente el diálogo y el consenso, son tan importantes como los contenidos. Incluso diré más: los métodos, los procedimientos, son ya una parte sustancial de los contenidos y tienen una importancia fundamental.
Porque lo que está en juego con este debate sobre el marco político de autogobierno y sobre el modelo social de convivencia es, ni más ni menos, que el futuro del pacto entre los vascos, del pacto entre los Territorios del País Vasco y del pacto entre vascos y el resto de los españoles y españolas: es decir, del pacto que dio origen al Estatuto y nos configuró, configuró a Euskadi, como comunidad política.
Lo que está en juego con este debate, es si este país se sigue construyendo por la vía del consenso y del acuerdo entre todos, como queremos los Socialistas, o por la vía de la imposición de unos sobre otros (que acabará siendo unos contra otros), como pretenden Ibarretxe y los dirigentes de su Partido. Por la vía del encuentro o "reencuentro" entre los vascos y vascas o por la vía de la victoria de unos vascos sobre otros a través de dinámicas de enfrentamiento entre vencedores y vencidos.
El Plan Ibarretxe opta por la ruptura del pacto estatutario. Los Socialistas optamos por consolidarlo y extenderlo, desarrollándolo y profundizando en todas sus potencialidades, para seguir construyendo país y sociedad.Por eso, lejos de abandonarlo, hemos propuesto actualizar y reformar el Estatuto: para tener más y mejor autogobierno, para reforzar y mejorar la convivencia, y para recuperar el pacto y el entendimiento entre diferentes. Queremos adaptar el Estatuto a los nuevos tiempos porque queremos que pueda seguir rindiendo frutos y resolviendo los problemas de nuestra sociedad.
Por eso queremos Más y Mejor Estatuto. Un Estatuto desarrollado y reformado al servicio de toda la sociedad vasca, y no al servicio de intereses particulares, de un partido o de una sola ideología.
De ahí nuestra propuesta para reformarlo, por consenso, entre todos los partidos democráticos vascos. Porque los países, las comunidades políticas, no se construyen con planes unilaterales, sino con acuerdos amplios entre todas las fuerzas políticas. Así se construyó Euskadi con el Estatuto y así tiene que seguir construyéndose en el futuro.
Y todo lo que se haga fuera del consenso, todo lo que se haga en contra del reforzamiento del pacto estatutario, no será otra cosa que dividir a los vascos y romper el país. La sociedad vasca lo sabe y nos lo recuerda, una y otra vez, cuando nos pide a los políticos que nos pongamos de acuerdo.
Y ése es, compañeros y compañeras, nuestro compromiso electoral y la base de nuestra política de cambio: propiciar todas las vías de diálogo y de acuerdo que Ibarretxe ha cerrado, en contra de las aspiraciones profundas de la sociedad vasca.
Y ése es el sentido que encierra el documento que hoy os presentamos. Un documento que se inserta en una orientación de cambio como la que tenemos idea de ir desarrollando con un Lehendakari Socialista en Ajuria Enea.Porque este país no puede seguir instalado en la crispación, en el desencuentro, en la falta de diálogo y en la ausencia de compromiso con los problemas reales de la ciudadanía. Este país demanda un cambio de rumbo que nos saque del callejón sin salida en que nos ha metido Ibarretxe y nos encamine hacia el futuro.
Por eso nos proponemos hacer ver que es posible construir Euskadi de otra manera. Que es posible construir el país con visión de país y sin lastres partidistas. Que es posible construir un País Vasco a la medida de las víctimas del terrorismo, y no al servicio de los presupuestos ideológicos de sus victimarios.
Que es posible hacer de Euskadi una verdadera comunidad de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales. Una patria acogedora, que integre a todos, en lugar del conglomerado caótico de ciudadanos, partidos, territorios, lenguas y sindicatos enfrentados por todo y para todo que es en lo que la está convirtiendo la política de Ibarretxe y su Gobierno.
Tenemos que encarnar una nueva idea del patriotismo vasco. Una redefinición del patriotismo que es absolutamente necesaria en un país donde todavía hay tantos interesados en hacernos apátridas. Y no me estoy refiriendo sólo a la organización terrorista ETA.
Me estoy refiriendo, igualmente, a quienes, como Ibarretxe, un día sí y otro también, ponen en duda la capacidad de otros, del Partido Socialista de Euskadi sin ir más lejos, de aceptar la libre decisión de los vascos, por el simple hecho de no compartir las ideas y propuestas del PNV.
Me estoy refiriendo a quienes, como Josu Jon Imaz hace unos días, aseguran que "los socialistas suponemos un auténtico riesgo para el autogobierno y el bienestar futuro de la sociedad vasca".
Me estoy refiriendo a quienes, un día tras otro, y por no ser nacionalista, niegan al PSE-EE su carácter de partido vasco y de partido comprometido con la realidad vasca.
No es ya, que el PNV e Ibarretxe, critiquen legítimamente nuestras posiciones políticas. Es que sencillamente, desde su flaca cultura democrática, no son capaces de aceptarnos como miembros de la comunidad política vasca, por el simple hecho de no ser nacionalistas y discrepar de sus posiciones.
Y ésta es una de las razones que explican la necesidad del cambio. Quienes deslegitiman e insultan al adversario político, quienes le niegan capacidad representativa, quienes ponen en duda su condición de partido vasco, quienes no admiten siquiera la posibilidad de la alternancia, no están capacitados para seguir gobernando. Tienen que pasar a la oposición e iniciar un proceso para su propia regeneración democrática.
Porque ¿Qué es eso de decir, intentando alarmar a la gente, (y se lo habréis oído muchas veces) que lo único que queremos los Socialistas es arrebatarles el poder? ¿Qué es eso de seguir con esos tics patrimonialistas que les hacen creer que el país es suyo y que, por lo tanto, el poder sólo les corresponde a ellos? ¿Qué es eso de seguir sin entender lo que es la democracia?
Porque, por supuesto, que los Socialistas Vascos queremos desalojarlos del poder, por supuesto que queremos que pasen una temporada larga en la oposición. Pero queremos hacerlo por las urnas, por la voluntad expresa de los ciudadanos y ciudadanas (esa voluntad a la que tanto se refieren y que tan poco respetan). Esa es la grandeza de la democracia, que hace que el poder sea de los ciudadanos y que estos decidan, cada 4 años, a quien le corresponde administrarlo. Y uno de los valores de la democracia es, también, la alternancia, que es un valor que hoy está defendiendo mucha gente en este país.
Porque no se puede seguir gobernando desde el insulto, desde la descalificación del adversario, desde la ausencia de diálogo, desde la crispación, desde la agresión al pluralismo. No se puede seguir gobernando desde los presupuestos rupturistas que Ibarretxe trata de imponer. Sencillamente porque, con este Gobierno, con esta forma de gobernar y con una propuesta como la de Ibarretxe, el país no tiene futuro.
Porque el Plan Ibarretxe, no sólo es inviable, no sólo nació y permanece, felizmente, en vía muerta. Sino que lo peor es que instala en vía muerta al país y a la sociedad vasca. Lo peor es que perpetúa una crisis política interminable. Lo peor es que nos divide y nos diferencia a los ciudadanos vascos. Lo peor es que nos ha hecho perder cuatro años y muchas energías. Lo peor es que oculta los debates que interesan de verdad a la sociedad vasca. Lo peor es que nos hace caer por la pendiente de la crispación y del desencuentro.
Este Plan es la guía de acción política de un nacionalismo radicalizado, que, en su afán por hacerse con el electorado de Batasuna, ha asumido una gran parte de sus postulados ideológicos y trata de imponerlos contra viento y marea, por las buenas o por las malas: (dirán que esta es una expresión que saca los pies del tiesto) pero ir por las malas es ir en contra del pluralismo, en contra de la mitad de la sociedad vasca, en contra del diálogo, en contra del consenso, en contra de la legalidad, en contra de las reglas de juego del sistema democrático.
Y hay que poner punto final a esta política que nos instala en el desgobierno, en la desobediencia a las leyes y en la degradación de la convivencia y las libertades. Y es necesario abrir una nueva etapa, presidida por el diálogo con la sociedad, por la regeneración democrática y por la atención a las verdaderas prioridades del país: la seguridad, la libertad, los derechos cívicos y los derechos sociales.
Y yo, en vuestro nombre, quiero abrir y liderar esta nueva etapa de cambio, con un Lehendakari Socialista en Ajuria Enea. Quiero liderar un proceso de normalización de la vida política vasca, volviendo a lo que ha sido normal a lo largo de tantos años: el acuerdo interno entre partidos e instituciones que proporciona confianza, tranquilidad y estabilidad a nuestra sociedad.
Quiero abrir y liderar una etapa de retorno a las mejores tradiciones y a los mejores tiempos de la política vasca: los que hicieron posible la construcción de un país entre todos y para todos sus ciudadanos y ciudadanas.
Quiero abrir y liderar un proceso que haga comprender que los vascos no estamos incapacitados para el acuerdo, porque en toda la historia de nuestro autogobierno el pacto y el acuerdo entre diferentes ha sido la norma, en tanto que el desencuentro que vivimos desde 1998, desde el Pacto de Lizarra y el primer Gobierno de Ibarretxe, ha sido la triste excepción.
Me propongo con vuestra ayuda, y en contacto permanente con la sociedad vasca, cerrar este período involutivo y de retroceso presidido por Ibarretxe. Y me comprometo a liderar, cuando sea elegido Lehendakari, una política de cambio que tenga su punto de partida en la recomposición y ampliación de consensos básicos.
Quiero, cuando sea Lehendakari, poner en marcha una política autonomista y progresista a partir de tres grandes acuerdos que impulsaremos desde el primer momento de la próxima legislatura: un acuerdo sobre el futuro de nuestro autogobierno; un acuerdo para combatir y derrotar al terrorismo, defender las libertades y combatir las ideologías totalitarias; y un tercer acuerdo con los agentes sociales por el empleo y para hacer frente a los problemas que plantea en Euskadi la globalización económica.
Tres grandes acuerdos que se corresponden con las prioridades del Gobierno de cambio que estoy dispuesto a presidir en la nueva etapa que se avecina.
Y hoy nos toca hablar de modelo de país, porque hoy, el Comité Nacional ha recibido, para su debate, el documento en el que los Socialistas Vascos fijaremos nuestra posición sobre los contenidos y procedimientos de actualización y reforma del Estatuto de Autonomía.
Lo hacemos porque queremos cerrar, por consenso, la crisis sobre el marco jurídico-político abierta irresponsablemente por Ibarretxe con su propuesta unilateral.
Y lo hacemos, también porque, tras veinticinco años de andadura estatutaria, ha llegado el momento de que todos los partidos democráticos vascos nos sentemos alrededor de una mesa, evaluemos lo que ha dado de sí nuestro marco de autogobierno, nos pongamos de acuerdo para culminar el desarrollo del Estatuto y pongamos las bases de su potenciación, mejora y reforma.
Por eso, repito: Cuando sea elegido Lehendakari, convocaré a las fuerzas políticas para iniciar este proceso de reflexión y diálogo conjuntos. Es un compromiso que tengo asumido y que hoy quiero reiteraros.
Y quiero reiterar a la sociedad vasca que el compromiso de los Socialistas Vascos, con la reforma del Estatuto es:
UNO.- con el derecho de los ciudadanos y ciudadanas vascas a intervenir, de acuerdo con las reglas y en los términos que la legalidad constitucional y estatutaria establece, en todas las decisiones políticas que afectan a sus derechos e intereses.
DOS.- con el derecho al autogobierno para construir una sociedad moderna, plural y cohesionada, mediante un pacto de convivencia cívico y de ciudadanía plena, formada por hombres y mujeres libres y responsables de su destino, tanto en la España plural y diversa, como en la Unión Europea, en solidaridad real y efectiva con los demás pueblos de España y del continente y, todo ello, dentro de los valores superiores y principios básicos de la democracia.
Y TRES.- el compromiso y la voluntad de participar en el conjunto de reformas constitucionales y estatutarias (planteadas por el Gobierno y la mayoría de las fuerzas políticas del arco parlamentario español), en la búsqueda de un mayor y mejor autogobierno y la adaptación de nuestro modelo territorial y constitucional a las necesidades surgidas en estos últimos 25 años.
Por eso queremos una reforma del Estatuto para mejorarlo, y no para abandonarlo: para resolver los últimos problemas pendientes para su pleno desarrollo; para potenciar nuestra capacidad de autogobierno, así como nuestro protagonismo político en la construcción de España y Europa; para blindar nuestro poder competencial frente a eventuales lecturas reduccionistas o abusivas por parte del Estado; y, simultáneamente, para que los inmensos recursos que nos concede este marco, se utilicen con mayor decisión y generosidad al servicio del desarrollo político y social de Euskadi.
Queremos reformar el Estatuto desde el reconocimiento de su vigencia y desde su puesta en valor, y no desde el rechazo, el desprecio y el olvido al que le someten Ibarretxe y el PNV.
Porque, compañeras y compañeros, que nadie trate de engañarnos. La capacidad de autogobierno real que ofrece este Estatuto sigue siendo inmensa. De cada 100 euros que se recaudan en Euskadi, 90 se quedan aquí, a disposición del Gobierno Vasco y de las Diputaciones Forales y además recibimos inversiones y recursos del Gobierno de España y de la Unión Europea.
Éste es el efecto derivado de un sistema de financiación estatutario que liga la capacidad de gasto con la capacidad de ingreso, lo que explica que, a pesar de ser la Comunidad Autónoma del País Vasco una Comunidad fuertemente inversora en el sector público, tengamos muy bajos niveles de endeudamiento.
Que no nos venga, pues, el Gobierno de Ibarretxe tratando de ocultarnos su ineptitud, tratando de justificar los déficits de su política social, utilizando como excusa la falta de competencias y de recursos de Euskadi. Porque tenemos competencias y tenemos recursos que el señor Ibarretxe y su Gobierno no quieren desarrollar y no utilizan en beneficio de la sociedad vasca.
Lo cual no quita para que reconozcamos, como lo hacemos en nuestro documento, que ha habido deficiencias en el desarrollo del autogobierno que hay que corregir. Reconocemos que el Estatuto aún no se ha completado, y no sólo por responsabilidad exclusiva de un Gobierno, sino que, en todo caso (y es verdad que con diferentes grados), las responsabilidades están compartidas por los sucesivos gobiernos españoles y vascos que no han sido capaces, por razones que van de la desconfianza al fundamentalismo, de efectuar una lectura y una interpretación compartidas de los textos constitucional y estatutario para concretar un contenido razonable de determinadas competencias.Nosotros queremos completarlo. Y yo os aseguro que un Lehendakari socialista hará posible el pleno desarrollo del Estatuto y hará posible una reforma consensuada que profundice en las potencialidades del Estatuto. Me comprometo a emplearme a fondo para conseguirlo.
Y, el documento hace un desarrollo completo, y en ocasiones complejo, de cómo poder hacerlo, casi transferencia por transferencia, con planteamientos razonables para llegar a convenir y a pactar con el gobierno de España el contenido y la valoración de cada competencia:
El bloque de la Seguridad Social, su cogestión, sin romper la caja única y, por lo tanto, respetando el principio de solidaridad que debe presidir la gestión de los recursos destinados al pago de las pensiones.
Las políticas activas y pasivas de empleo, desde los principios, también de solidaridad y de eficacia, como la mejor forma de hacer frente a los retos que la globalización plantea en materias como la cualificación de los trabajadores y trabajadoras.
La competencia en investigación científica y técnica, haciendo una lectura detallada de los distintos componentes del I+D+i para determinar que ámbito de la administración y que sistemas de cooperación son los más adecuados para una eficaz actuación en la materia. Etc, etc, etc.
 
 
Es decir, compromiso con el desarrollo pleno del Estatuto, y compromiso, igualmente, para emplearme a fondo y enganchar a Euskadi en el impulso autonómico que ha dado a la política española el Gobierno de Zapatero para adaptar y mejorar nuestro autogobierno y reafirmar nuestras instituciones singulares.
Y lo quiero hacer comprometiendo al País Vasco en la política española. Porque será en el marco de la política española, ejerciendo un liderazgo activo en España, como los vascos defenderemos mejor nuestros propios intereses.
Yo os aseguro que, cuando sea elegido Lehendakari, no dejaré a los vascos sin representación en cumbres europeas, como la última hispano-francesa, en las que se abordan cuestiones de máximo interés para el país, como la lucha contra el terrorismo o las conexiones ferroviarias y nos lo han tenido que defender otros.
Yo os aseguro que, cuando sea Lehendakari, no dejaré a los arrantzales sin representación en Europa en el momento en que haya que hablar sobre políticas pesqueras que nos afectan, entre ellas las relacionadas con las capturas de la anchoa.
No permitiré que Euskadi se quede sin voz en España y en Europa, porque no pondré por delante esa exigencia doctrinaria del Plan Ibarretxe sobre las relaciones exclusivas de bilateralidad con el Estado.
Esa exigencia nos lleva a la ruina. Nos lleva al aislamiento en España y en Europa. Lleva a Euskadi a la irrelevancia total en todos los ámbitos. Y yo quiero que Euskadi deje de ser irrelevante. Quiero que Euskadi figure en el mapa de nuestro entorno político, y no en el limbo en el que le ha confinado Ibarretxe con su Plan.
Por eso queremos:
Participar de la Reforma Constitucional anunciada por el gobierno de España.
Participar e implicarnos en una reforma del Senado que incorpore al proceso legislativo español una Cámara Territorial con presencia más directa y representativa de los gobiernos, los parlamentos y los intereses de nacionalidades y regiones españolas y que incorpore también, como ya lo está intentando nuestro compañero Javier Rojo, las diferentes lenguas de este país.
Queremos participar en el establecimiento de un método y un formato institucional para que las Comunidades autónomas puedan mejorar su grado de presencia en las deliberaciones y resoluciones de la Unión Europea, en aquellas materias que afecten a nuestras competencias exclusivas o compartidas con el Gobierno central.
Queremos dotar a la política autonómica de instrumentos que fortalezcan la vocación integradora de la España plural. Mejorando la coordinación y la cooperación entre las Comunidades Autónomas entre sí y entre estas y el Gobierno del estado y haciendo más fuertes los vínculos culturales y políticos de una España integrada e integradora.
Yo quiero hacer comunidad nacional vasca, y no recrearme en orgullos nacionalistas. Quiero hacer patria vasca que une, y no patrioterismo que separa. Y defiendo, como defiende el documento que os hemos presentado, que el País Vasco mantenga, sí, relaciones bilaterales con las instituciones del Estado, pero también relaciones multilaterales con las restantes Comunidades Autónomas, participando en los órganos comunes de coordinación. Porque no queremos hacer rancho aparte. Porque nos interesa dejar claro que Euskadi es Estado y quiere hacer política de Estado.
Y, por último, en este documento, también avanzamos, sin voluntad de que sea un planteamiento cerrado porque no queremos caer en el error de cerrar un debate antes de empezarlo, cuales son algunas de nuestras propuestas para mejorar el autogobierno:
Incrementando la capacidad legislativa del Parlamento Vasco.
Depurando el Estatuto de limitaciones que se derivan de su proceso de elaboración y negociación y que no están expresamente previstas en la Constitución.
Interpretando flexiblemente la Constitución, buscando la efectividad del principio "pro autonomía" que es posible y conveniente en muchos casos.
Reconociendo el derecho de nuestra Comunidad a participar en los asuntos europeos cuando afecten a nuestras competencias e intereses.
Asumiendo el derecho de nuestra Comunidad a participar en instituciones y organismos de carácter estatal, cuyas decisiones afectan, también, a nuestras competencias.
Estableciendo un espacio de proyección y para la proyección exterior de Euskadi.
Poniendo en marcha mecanismos y abriendo cauces que armonicen, en cada caso, el interés general con el autonómico cuando hablamos de la ordenación general de la economía.
Controlando la discrecionalidad de las inversiones del estado en el País Vasco, estableciendo criterios que permitan aproximar en un marco temporal definido, el gasto en inversión con las aportaciones vía cupo por las cargas no asumidas.
Garantizando la capacidad del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco para conocer y concluir todos los recursos contra resoluciones judiciales, con la única excepción del recurso para unificación de doctrina que dependerá del Tribunal Supremo.
Entendiendo que la lengua, la cultura y el autogobierno son patrimonio común con el que todos estamos y debemos sentirnos comprometidos por igual. Entendiendo que el euskera y el castellano son nuestras lenguas propias y oficiales y que todas las personas tienen derecho a utilizarlas y que nadie podrá ser discriminado por razón de la lengua.
Compañeros y compañeras:
En el documento que os presentamos y que hoy empezamos a debatir, los Socialistas dejamos constancia de que seguimos defendiendo un proyecto nacional vasco que sólo es posible desde el mantenimiento de un consenso amplio en materia institucional, social y cultural.
Seguimos defendiendo una comunidad nacional, que no es el resultado unilateral de una ideología, sino del acuerdo entre ciudadanos y ciudadanas de diferentes ideologías que se ponen de acuerdo para compartir un proyecto común.Una comunidad nacional que tiene su arranque y su fundamento en un proyecto compartido, y no en proyectos privativos de uno u otro partido.
Asumimos, por tanto, el compromiso de ejercer el derecho al autogobierno de Euskadi para construir una sociedad moderna, plural, cohesionada, mediante un pacto cívico de convivencia y de ciudadanía plena.
Defendemos un proyecto nacional que incluya, y no que excluya. Un proyecto que incluya hacia adentro y hacia fuera. Un proyecto que no incompatibilice la realidad vasca con la realidad española.
Yo no cometeré nunca la frivolidad de decir que hay que decir sí a Europa para que haya menos España y más Euskadi. En nuestro proyecto de país, el que yo me comprometo a defender cuando sea Lehendakari, habrá más Euskadi, más España y más Europa. Y más municipios también, porque la realidad municipal, que tanto se les olvida al PNV y a Ibarretxe, es parte fundamental de la realidad política vasca.
Y por eso dedicamos un capítulo importante, en nuestro documento, a esta materia. Nuestra Comunidad nacional es una comunidad pluriterritorial y debe respetar la personalidad diferenciada de cada territorio que la integra y la autonomía política y financiera de sus órganos forales.
Y también la autonomía política y financiera de los Ayuntamientos Vascos que debe ser reconocida y garantizada en el mayor grado posible.
Y por eso proponemos:
Revisar la Ley de Territorios Históricos, reordenando las competencias en función de los principios de eficacia y solidaridad.
Y ecoger, expresamente en el Estatuto, el derecho de los Ayuntamientos Vascos a su autonomía política y financiera, estableciendo en la Ley Municipal las bases y los recursos suficientes para el desarrollo de sus competencias.
Compañeros y compañeras:
El cambio en Euskadi está cercano y vamos a ser nosotros sus impulsores. Quiero, por eso, pediros un esfuerzo de movilización, de diálogo con la sociedad, de explicación a la gente de lo que ofrecemos los Socialistas Vascos.Para dar cuenta de lo que significa un proyecto alternativo centrado en la defensa de las libertades, la construcción social de Euskadi, el refuerzo de la democracia y la edificación de un país en el que quepamos todos.
Va a ser mucho el trabajo que nos espera, pero os aseguro que va a merecer la pena, porque el reto que tenemos ante nosotros es apasionante, para nosotros y para el país.
Os anuncio que tenemos un proyecto de programa electoral muy avanzado, que en breve someteremos a vuestra consideración y debate. Un proyecto que, ya os adelanto desde ahora, está muy elaborado y cuenta con las aportaciones de muchísima gente, de dentro y de fuera de nuestro partido, que se ha ofrecido a trabajar con nosotros. Y lo está haciendo con entusiasmo, con desinterés y con eficacia.
Porque, lo he dicho muchas veces y lo repito, no queremos hacer solos el cambio. Queremos hacerlo en compañía de nuestra sociedad, en diálogo con ella. En contacto con los jóvenes que nos reclaman oportunidades para desarrollar sus proyectos de vida.
En contacto con la amplia mayoría de ciudadanos que nos pide que hagamos de sus necesidades reales (la seguridad, el acceso a la vivienda, el empleo, la educación de sus hijos, un medio ambiente saludable...) el centro de la política vasca.
En contacto con los medios culturales, con la Universidad, con los investigadores, con los representantes del arte, del pensamiento, con todos aquéllos que, por su capacidad intelectual, tienen que mucho que aportar al país.
Con todos aquellos sectores vasquistas, autonomistas y partidarios de un nacionalismo cívico, que quieren construir con nosotros un país unido y sin exclusiones.
En contacto, en fin, con esa mayoría de Euskadi que se siente cómoda en el pacto de todos y que nos está pidiendo que mejoremos y profundicemos en el Estatuto que nos une, y no en aventuras soberanistas que nos separan.
Esa mayoría, compañeros y compañeras, sintoniza cada vez en mayor medida con lo que defendemos los Socialistas Vascos. Confía cada vez más en nosotros y mira cada vez con más esperanza la alternativa que representamos.
Esa mayoría de nuestra sociedad quiere el cambio y está preparada para el cambio. Y sabe que el cambio vendrá de la mano de un Lehendakari Socialista.
Y nosotros no les vamos a fallar. Vamos a estar a su lado, haciéndonos eco de sus aspiraciones, inquietudes y problemas.
Compañeros y compañeras:
No dudo ni por un momento de que todos nosotros estaremos a la altura de las circunstancias. A la altura de lo que nos demanda la sociedad. A la altura de lo que nos demanda el país.
Con todos vosotros y todas vosotras, la victoria está asegurada.
Muchas gracias.

Bases para la reforma del Estatuto

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