Actividad Parlamentaria

Parlamento Vasco

/

Debate del Plan Ibarretxe

Presidente, Lehendakari:
Buenos días:
Parece que hoy, gracias a la petición previa de algunos grupos de esta Cámara, la incertidumbre sobre el resultado de este debate se va a deber solo a que desconocemos los designios de Sozialistak Abertzaleak, a quien hay quien se empeña en entregar la llave de la política en este país, y no a que, desgraciadamente, la voluntad de la sociedad vasca (¿les suena verdad?), representada por esta Cámara y expresada por los Parlamentarios y Parlamentarias presentes, con fallo mecánico o humano por medio, me da exactamente igual, pueda ser pervertida.
De manera que podría haber sido que acabáramos este debate y el Plan Ibarretxe saliera avalado por 74 votos, (ya nada nos sorprendería, hemos llegado, posiblemente, al límite de la sorpresa, que, por cierto, es directamente proporcional al límite de la sospecha que albergamos) porque el rigor democrático, la decencia democrática, no es lo que más se estila aquí por parte de algunos.
Parece que no se entiende bien que las Presidencias, sean del Parlamento o del Gobierno, conllevan la obligación y la responsabilidad de representarnos y ampararnos a todos. Les hayamos o no les hayamos votado.
Y no se nos está representando, no se nos está amparando, no se está cumpliendo con la responsabilidad democrática que algunos han asumido en este país. Al revés, se actúa y se gobierna sólo para los más afines, e incluso se manipulan las leyes o los reglamentos para prestar el mejor servicio a sus intereses particulares.
Pues bien, con esta indefensión, hoy corregida, pero que esperamos que definitivamente corrija la justicia y, por supuesto, las próximas elecciones que no pueden dejar impunes hechos como los del Pleno de Presupuestos del martes, hemos entrado ya en un nuevo debate, en otro debate más, sobre el Plan Ibarretxe y, tengo que decir que, a pesar de la obsesión permanente de algunos por el tema, a pesar del bombardeo perpetuo que hemos padecido con slogans propagandísticos falsos, a pesar de la Campaña Electoral de toda una legislatura perdida por esa causa, a pesar del hartazgo y del aburrimiento que ha provocado todo esto, que desgraciadamente ha hipotecado a un gobierno que ha paralizado a un país, hoy, lejos de desistir que quizás era lo que esperaba alguien, tenemos más razones y, desde luego, más consolidadas y más verificadas que ayer, para rechazar el Plan y pedir su devolución al Gobierno.
Porque, conforme este debate ha ido avanzando, se ha hecho cada vez más evidente su propia inconsistencia, su radical inviabilidad y que, además, está sustentado en bases falsas.
Un debate, por cierto, que nadie ha impedido ni nadie está impidiendo y en el que todos hemos participado y estamos participando. Porque nadie debe confundir debatir con tragar. Por lo tanto, primera cuestión y primer slogan falso, Sr. Ibarretxe, usted, y algunos de los suyos, han estado, constantemente, utilizando el infundio, arrojando la mentira (conscientes de ello), de que, otros, estábamos intentando impedir o que estábamos impidiendo el debate.
No ha habido nada que se haya discutido más y durante más tiempo en este país que su Plan. Por lo tanto, primera mentira de la que debiera desdecirse para empezar a situarse en la verdad, que es la mejor herramienta para hacer política decente.
Pero sigo con lo que decía de que tenemos más motivos que antes para rechazar el Plan, y les diré algunos de los que hemos visto en este tiempo:
Primero: la constatación de que no entusiasma ni a los propios socios del Gobierno. Unos lo apoyan pero quisieran más y otros,... bueno otros lo apoyan pero no sabemos ni lo que quieren ni lo que defienden. Pero el caso es que entusiasmo, lo que se dice entusiasmo, más bien poco. Esas ínfulas del inicio, eso de vendérnoslo como el bálsamo de Fierabrás que resolvería todos nuestros males, se han deshinchado bastante y, lejos de encontrar más apoyos en este tiempo de rodaje, que ya son años, ha ido perdiendo adhesiones.
Segundo motivo: en el camino han perdido, y usted especialmente Sr. Ibarretxe, autoridad moral desde el momento en que la sociedad vasca ha comprendido lo poco que vale su palabra dada.
Asegurar, como hizo al inicio de la legislatura, que no iba a gobernar con el apoyo, directo o indirecto, de Batasuna es radicalmente incompatible, no sólo con las reiteradas y públicas peticiones que les han hecho para que apoyen su Plan, sino, fundamentalmente con las negociaciones que han mantenido y que han sido públicas, desde su Gobierno y desde los partidos que le apoyan, para conseguir ese propósito. Cosa, por cierto, que no sabemos si han conseguido porque alguien, muy cercano a usted, ya nos ha anunciado algún tipo de sorpresa. ¡A saber! Nosotros esperamos cualquier cosa.
Pero hay está: anuncio de no contar con la antigua Batasuna y negociaciones para buscar su apoyo. Coherentzia! Segunda falsedad que no podrá desmentir porque ha sido pública y notoria.
Tercer motivo añadido a los iniciales: este proceso ha retratado con exactitud a un Gobierno agotado y alejado de la realidad y de la sociedad vasca. Un gobierno únicamente empeñado en perpetuarse en el poder por procedimientos cada vez más inverosímiles (por ser suave en la expresión).
En cualquier país democrático del mundo, cambian los gobiernos, hay alternancia y los marcos políticos, los marcos de convivencia, pueden ser reformados y mejorados pero tienden a la permanencia, a la estabilidad que garantiza seguridad y confianza a la ciudadanía, a la economía, a todos esos factores tan sensibles a la incertidumbre.
Pero aquí en Euskadi no, aquí es al revés, lo que tiene que mantenerse, lo que tiene que perpetuarse, por encima de todo, es el Gobierno del PNV y para ello se rompe con todo, se entierra lo construido en 25 años, y se cambian los marcos políticos y lo que haga falta. Da igual poner en crisis a un país con tal de garantizar el poder para los dirigentes del PNV.
Y claro, aparecen sus latiguillos totalitarios con los que quieren, no se, asustar a la gente, pero que lo único que demuestran es una escasa cultura democrática: "cuidado, los Socialistas Vascos lo único que quieren es arrebatarnos el poder" .... ¡Como si fuera suyo! Se que creen que el país les pertenece y que, por lo tanto, el poder también.
Pero sepan que, por supuesto, que se lo queremos quitar, por supuesto que queremos desalojarles del Gobierno para que pasen una buena temporada en la oposición, pero por las urnas, por la voluntad expresa de los ciudadanos y ciudadanas de este País (esa de la que tanto hablan y tan poco respetan). Hay está la grandeza de la democracia: el poder no es de quien lo ostenta sino que es de los ciudadanos que otorgan su confianza, cada cuatro años, a unos u otros para que lo administren. Y la alternancia, por mucho que a ustedes les asuste, forma parte de la propia democracia.
La cuarta constatación es que conforme ha ido avanzando este debate, se ha demostrado que no existe en realidad un Gobierno tripartito, sino un gobierno del PNV y EA, que tiene a otro partido de acompañante cautivo, sin identidad y sin proyecto, porque todo su objetivo es permanecer en el Gobierno. No creo que haya muchos precedentes en la historia del parlamentarismo en que una fuerza política anuncie que votará a favor de una propuesta con la que no está de acuerdo. Pocos precedentes.
Pero desde luego no hay ninguno en que un Partido, en este caso Ezker Batua, vote, en sede parlamentaria, el Programa Electoral de otro Partido, que es en lo que nos ha anunciado el PNV que convertirá el Plan Ibarretxe. No sé con qué programa o con qué proyecto se van a presentar a las próximas elecciones. Simplemente intuyo que se está comprando el bono para estar en el próximo Gobierno. Cosa que será en balde porque ese Gobierno, gracias a las urnas, será bien distinto.
Quinto argumento: si el Plan Ibarretxe era anacrónico, hoy es una reliquia. Cuando estamos a las puertas de aprobar una Constitución Europea para el Siglo XXI, construir Euskadi con los ladrillos nacionalistas del XIX, es ir en contra de la historia y en contra de los intereses y de las necesidades de la sociedad vasca.
Y ni siquiera puede justificarse con argumentos victimistas como los que proporcionaba la política de confrontación que mantuvieron en el pasado los Gobiernos del PNV y del Partido Popular.
No quieren darse por enterados de que, con el Gobierno de Zapatero, se ha iniciado un período de diálogo político e institucional nuevo, impensable en los tiempos del PP.
No quiere darse por enterado de que, con el Gobierno Socialista, se ha abierto un panorama de posibilidades inmensas para el país y para la sociedad vasca.
Una etapa de reformas importantes del Estado de las autonomías en la que las instituciones vascas podemos y debemos jugar nuestro papel, ejerciendo un protagonismo activo y de liderazgo, conjugando la solidaridad entre personas sean del territorio que sean, como principio irrenunciable, con la defensa de nuestros intereses y de nuestra capacidad de autogobierno.
Pero, claro, el señor Ibarretxe no está dispuesto a defender y a representar a los vascos haciendo política en España ni participando en los órganos de diálogo, coordinación y decisión de la España de las Autonomías.
No está dispuesto a aprovechar las oportunidades que se abren para representar a los vascos en las diversas instancias de la Unión Europea.
No está dispuesto a participar con otros Presidentes de otras Comunidades, no se si porque se cree superior, en aquellos foros en los que, desde nuestra singularidad, podemos aportar mucho, tenemos mucho que defender y podemos formar parte de la decisión.
Las relaciones bilaterales en exclusiva, la soberanía exclusiva y los ámbitos de decisión exclusivos y excluyentes que usted defiende y que forman parte de su Plan, nos hace a los vascos y a las vascas, menos libres, nos hace menos influyentes, nos hace perder un abanico enorme de posibilidades para ser protagonistas de nuestro propio futuro.
En un mundo de soberanías compartidas y complementarias, el objetivo tiene que ser el contrario del que usted pretende: estar y participar en todos esos ámbitos porque nos harán más libres y más influyentes. Y esos ámbitos de soberanías compartidas son Euskadi, España y Europa, nuestro espacio y anclaje natural. El objetivo para los Socialistas es construir un continente y no convertirnos en una isla como usted pretende.
Porque usted sigue instalado en un proyecto del pasado, justificado y alimentado con enfrentamientos del pasado, buscando desesperadamente enemigos externos que ya no existen, para que, jugando con el miedo y haciéndose las víctimas, puedan aglutinar a todo su mundo.
Sigue instalado en un proyecto rupturista, radical e independentista que rompe con el pacto entre diferentes que supuso el Estatuto, que enfrenta a la sociedad vasca y que enfrenta, igualmente, a las instituciones de Euskadi con las del conjunto de España y nos deja fuera de Europa.
Y esa es la sexta cuestión, y la tercera mentira demostrada a lo largo de este tiempo de debate. La Constitución europea, por lo tanto Europa, deja fuera de juego sus planteamientos.
La Constitución Europea, como se refleja, sin ir más lejos, en su propio preámbulo, garantiza la defensa de nuestra propia identidad como vascos. Ahí se habla del respeto a la diversidad de culturas y tradiciones de los pueblos de Europa y, también, de la identidad nacional de los Estados miembros. Y señala entre sus objetivos a esa riqueza y diversidad cultural y lingüística como base para la conservación y el desarrollo del patrimonio cultural europeo.
Ahora bien, autodeterminaciones, supuestos derechos milenarios, formación de naciones o independencias no encontrarán base en ese texto que dice: "La Unión respetará la igualdad de los Estados miembros ante la Constitución, así como su identidad nacional, inherente a las estructuras fundamentales políticas y constitucionales de estos, también en lo referente a la autonomía local y regional".
Es decir, habla de la pluralidad interna de los Estados recogida en sus propias constituciones. Por lo tanto, ¿de donde sacan ustedes que esta Constitución es más Europa, más Euskadi y menos España?¿de donde saca que su proyecto independentista tiene cabida en esta Europa que estamos construyendo?
Europa no es menos España, en Europa no caben sus planteamientos, porque lo que estamos haciendo supone justo lo contrario.
Es la Europa de los ciudadanos y ciudadanas iguales en derechos y libertades. Ciudadanos representados por sus Estados y no es la que diferencia entre ciudadanos y nacionalizados. Es la Europa de soberanías compartidas, no de soberanías exclusivas. Es la Europa que, desde el respeto a la diversidad, potencia la igualdad y no la diferencia. Es la Europa que elimina fronteras y no la que levanta nuevas barreras y divisiones. Es la Europa de la construcción social y no de la construcción nacional.
Séptimo motivo y cuarta mentira: el debate en Comisión ha dejado perfectamente claro que ésta no era una propuesta modificable desde la primera hasta la última coma, como han venido manteniendo Ibarretxe y el PNV.
Ni siquiera han admitido las modificaciones sustanciales propuestas por un socio de su propio Gobierno como es el partido del Sr. Madrazo, ¿cómo quieren hacernos creer que estaban dispuestos a negociar y a llegar a acuerdos con el Partido Socialista?
En cuanto se ha querido modificar lo sustancial, la clasificación y división de los ciudadanos en categorías de primera y segunda o la ruptura de la caja de la Seguridad Social, las propuestas han acabado en la papelera.
Y no es más que la demostración de lo que ya decíamos al inicio del proceso: ésta no es una propuesta de país hecha para el consenso. No busca sumar voluntades. Esto es un Plan para la independencia, un Plan de nacionalistas radicalizados para la parte del país que comulga con los postulados del nacionalismo más radical, para nadie más.
Y, por eso, octava cuestión y quinta mentira que se ha puesto de manifiesto: "Este es un Plan para la convivencia". Frase machacada hasta el infinito por el Sr. Ibarretxe. Y la cuestión es ¿cómo definen ustedes la convivencia?
Porque, desde que han puesto este Plan encima de la mesa, estamos más divididos y más enfrentados los vascos y las vascas, precisamente, por como nos posicionamos ante el Plan. Curiosa manera de definir la convivencia a través del enfrentamiento.
Pero, además, ¿qué convivencia hay, si no es sumisión, cuando no se respeta la pluralidad de las ideas y la diversidad de los sentimientos de pertenencia de la sociedad vasca?
Porque ¿Qué respeto y que convivencia hay cuando se nos clasifica, se nos divide y se nos diferencia en función de esos sentimientos? Su artículo 4 sigue hablando de ciudadanos por un lado y de nacionalizados por otro, dependiendo de si somos vascos y sólo vascos o somos otra cosa.
Lo disculpen como lo quieran disculpar o lo oculten como lo quieran ocultar, su Plan consagra en este país, en función de la adhesión a la causa nacionalista, a ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda.
Y por si no lo teníamos claro, sus portavoces lo han dejado patente de manera cristalina: "El que no esté de acuerdo con el Plan Ibarretxe no es vasco" (Joseba Egibar dixit) o "Los Socialistas son más españoles que un botijo" (Joseba Azkarraga dixit). Es verdad que otros nos llaman "españoles vergonzantes o nacionalistas templados". Todos en el mismo alarde de altura política y de argumentos democráticos cuando no son más que argumentos de aprendices de fachas totalitarios que se arrogan la exclusividad de lo vasco y lo español y que se creen con derecho a otorgar certificados de pertenencia.
Yo soy vasco y estoy en contra del Plan Ibarretxe y soy español y quiero modificar y mejorar la Constitución y el Estatuto y soy europeo y quiero aprobar su Constitución. Y nadie me va a quitar el derecho a ser vasco, español y europeo como me de la gana.
Decía Tomás Meabe, fundador de las Juventudes Socialistas e íntimo de Sabino Arana en sus inicios políticos y luego uno de sus mayores látigos, "Mi patria empieza en mí y acaba en ninguna parte". Yo me quedo con esto, me quedo con mis clásicos y a ustedes les dejo con los suyos, aunque les recomiendo revisarlos a estas alturas de la historia.
Novena constatación y sexta mentira: también frase publicitaria suya, Sr. Ibarretxe: "Este es un Plan para la paz"
La paz se alcanza acabando con el terrorismo. Y si hoy ETA está más débil que nunca, y los ciudadanos vascos más seguros, no es por el Plan Ibarretxe, sino por la acción decidida del Estado de Derecho. Acción con la que ustedes han estado en contra en demasiadas ocasiones.
La paz no se alcanza legitimando los objetivos políticos por los que ETA ha matado a lo largo de tantos años. Eso, en todo caso, es una bofetada para las víctimas, que fueron asesinadas, precisamente, por representar la pluralidad de este país y por defender la libertad, la democracia y el Estado de Derecho, la Constitución y el Estatuto.
Y décimo argumento y séptima mentira constatados en este tiempo. "Este es un Plan para tener una relación amable con España". Esta bien, después de lo de españoles como botijos, de no querer relacionarse con otras Comunidades y demás lindezas, descubrir la amabilidad del insulto y el desprecio. Siempre se aprende algo nuevo.
Pero es que le recuerdo que la relación amable con España ya la tenemos. Es verdad que usted, como antes hizo Aznar, la está perjudicando bastante, pero la tenemos porque formamos parte de España.
El Plan Ibarretxe lo que propone no es la relación, es la separación. Abren un proceso constituyente, no es un nuevo Estatuto lo que quieren (y eso también es una mentira), es una Constitución. Yo me independizo de España, constituyo el Estado Vasco y después, firmo una especie de tratado con ellos, les alquilo el Ejercito para los temas de defensa, miro a ver como me dejan enredar un poco en el espacio aéreo internacional, a ver como sigo haciendo que me paguen algunas infraestructuras con eso de que pasan por varias comunidades y poco más.
Es decir, me voy pero, a la vez, quiero seguir obteniendo los beneficios que me da el seguir teniendo la relación con España. En misa y repicando (muy típico suyo).
Y esto lo enmascaran diciendo que de lo que se trata es de respetar la libre decisión de los vascos. Ser para decidir, aunque lo que de verdad quieren es decidir para ser.
Pero bueno, libre decisión de los vascos ¿Y hasta ahora que hemos hecho? No hemos estado decidiendo, durante 25 años, lo que queríamos. Hemos aprobado una Constitución y un Estatuto, hemos elegido Ayuntamientos y Diputaciones, Parlamentos y Gobiernos que han ido desarrollando y haciendo país. Hemos elegido libremente nuestro futuro porque si no, ¿A quien representa usted Sr. Ibarretxe? ¿Cómo se le permite a usted erigirse en representante de una ciudadanía que, según sus argumentos, no puede decidir en libertad?
Los Socialistas hemos luchado siempre, en la República, contra la dictadura y ahora en democracia, para que los vascos y las vascas tengamos derecho a decidir. Pero no vamos a compartir nunca con ustedes eso que camuflan llamándolo derecho de autodeterminación (que queda muy bonito), y que no es ni más ni menos que el privilegio de decidir, unilateralmente, lo nuestro y lo de los demás.
Hay cosas que tenemos que decidir los vascos, hay cosas que tenemos que decidir el conjunto de los españoles y hay cosas que tenemos que decidir el conjunto de los europeas. Y usted quiere decidir por los vascos, por los navarros, por los del país vascofrancés y además por todos los españoles. Y ese no es el juego democrático.
Y sobre esto, dos cosas más francamente preocupantes:
Una de las decisiones de los vascos y las vascas fue, por aplastante mayoría, con un refrendo de más del 80%, aprobar el Estatuto de Gernika como marco de autogobierno, como ámbito de convivencia y como pacto con el que nos constituíamos, por primera vez en la historia, como comunidad política. Y ahora ustedes quieren sustituir ese consenso y ese pacto entre diferentes, por una mayoría exigua del 51%, andan pregonando a los cuatro vientos que quieren 38 Parlamentarios para imponernos al otro 49% su modelo nacionalista de país.
Es otra falsedad más al descubierto (creo que van 8) porque decían que esto necesitaba, como mínimo un consenso como el del Estatuto. Pero de todas formas ¿ustedes creen que se puede construir un país para una sociedad tan plural y tan diversa como la vasca con el 51%?¿Pensarán que eso es un triunfo?¿Qué hemos consolidado algo para el futuro?
Eso no será más que la imposición de un modelo que excluye a la mitad de la sociedad vasca. Un modelo que definirá un país en el que unos estarán por encima de otros y que acabará siendo unos contra otros. Es una aberración política romper y sustituir el pacto entre vascos por la imposición del modelo de los dirigentes nacionalistas, como marco de convivencia. Y espero que se lo piensen muy bien antes de dar ese paso.
Y segunda cuestión sobre este asunto: el famoso Referendum, para el que, tiene narices, sin haber aprobado el Plan, sin buscar el consenso, sin capacidad legal para hacerlo y sin legitimidad, por mucho que se empeñen en utilizar tan rimbombante palabra, ya tienen hasta fecha pactada entre el PNV y EA, según nos han confesado.
Miren, de los temas legales ya hemos hablado en otras ocasiones, pero ahora quiero hacer alguna consideración de otro tipo:
Hay dos tipos de Referendums, los que sirven para ratificar acuerdos, como lo fueron los de la Constitución y el Estatuto y lo será el de la próxima Constitución Europea. Es decir, los políticos, que para eso nos eligen, hacemos nuestros deberes, buscamos el consenso previo, nos ponemos de acuerdo y luego consultamos a la ciudadanía. Y los referendums que, sin hacer el trabajo previo, sólo sirven para dividir y enfrentar de manera irreconciliable a una sociedad. Y ustedes proponen esto.
Ustedes, sin haber hecho sus deberes, sin haber sido capaces de buscar el consenso, porque nunca han tenido voluntad para el acuerdo sino para la imposición, sin asumir, por lo tanto, sus responsabilidades, quieren que sean los ciudadanos los que se enfrenten y se peleen para que acabe habiendo vencedores y vencidos. Su Plan y su referendum es para que en este país vuelva a haber, desgraciadamente, vencedores y vencidos y es el mayor error histórico que podrían cometer. No es una advertencia amenazante, es, simple y llanamente, una preocupación profunda la que manifestamos.
Pero, por rebajar un poco el tono, me gustaría que me respondieran a una pregunta: ¿Por qué quieren imponer al país entero lo que no han admitido en Amorebieta o en Zestoa? ¿Por qué el referéndum celebrado en Zestoa para decidir sobre el Plan Integral de Gestión de Residuos Urbanos es una "perversión democrática", como ha dicho la Diputación de Guipúzcoa?
¿Por qué consultas populares organizadas, además, por alcaldes del PNV son democráticamente perversas y la que quiere organizar un Lehendakari del mismo partido es la expresión de la libre decisión de los vascos?
¿Por qué allí utilizan ustedes, exactamente, los mismos argumentos que los socialistas para negar la validez de esas consultas, que no son legales, que los alcaldes no tienen capacidad para convocarlas, que la decisión no les corresponde a los vecinos, ....... y aquí se nos tacha de antivascos por decir lo mismo? ¿Por qué su libre determinación sólo llega hasta donde les conviene para mantener el negocio?
No sigo y resumo, los Socialistas Vascos seguimos pidiendo la devolución al Gobierno del Plan Ibarretxe, porque supone un ataque frontal a las señas de identidad política de Euskadi, basadas en el pacto entre los vascos.
Porque echa por tierra lo decidido por nuestras instituciones representativas a lo largo de un cuarto de siglo, embarcando al país en un proceso constituyente como si hasta ahora no hubiéramos existido.
Porque no va a dar, por tanto, la palabra a los vascos, sino a quitársela.
Y porque, de salir adelante, este Plan acarrearía serias repercusiones para el futuro político, económico y social del país.
Todas estas razones, con las que justificamos nuestra enmienda de totalidad, pueden hoy repetirse con mucho mayor motivo, a la vista de cómo ha quedado el panorama tras este largo proceso.
Los Socialistas pedimos la devolución al Gobierno de un Plan sustentado sobre bases falsas y mantenido por una cadena de engaños, como ha quedado demostrado.
Los Socialistas seguimos pensando que este Plan independentista, etnicista, antidemocrático, contrario a la legalidad y ajeno al consenso es irreformable y, por tanto, sólo merece una enmienda de totalidad.
Si a usted, señor Ibarretxe, le quedara algo de responsabilidad y sensibilidad democrática; si fuera usted un patriota vasco, hace ya mucho tiempo que habría retirado este Plan, a la vista de los desgarrones que está produciendo en Euskadi.
Pero no sólo no lo va a hacer, sino que volverá a utilizar su Plan para hacer campaña electoral prevaliéndose de manera ventajista de su condición de Lehendakari.
Y tratará de seguir engañando a la opinión pública, diciéndole que no existe más alternativa que lo que usted propone y ocultando la que defendemos los Socialistas Vascos.
Pero por mucho que la oculte, afortunadamente, existe alternativa. Existe otra forma de construir este país: desde el reconocimiento, por encima de cualquier otra consideración, del derecho de ciudadanía, desde el mantenimiento y la consolidación del pacto entre vascos que dio origen al Estatuto, desde el diálogo y el espíritu de consenso entre las fuerzas políticas.
Desde la la alternativa que, durante todo este tiempo, ha venido defendiendo el Partido Socialista de Euskadi.
La que defendimos en el voto particular que presentamos en la Comisión de Autogobierno hace más de dos años.
La que defendimos cuando hicimos público nuestro proyecto Más Estatuto.
La que defendimos con la propuesta que hicimos pública en marzo, en este mismo Parlamento, de ir hacia una reforma del Estatuto, por consenso y desde el respeto a la legalidad.
Y la que hemos defendido, actualizándola y concretándola aún más, en nuestro documento de "Bases para la actualización y reforma del Estatuto de Autonomía".
Es una propuesta pensada para el consenso, y no para la imposición. Una propuesta abierta, que pretende definir espacios para el entendimiento y para estimular el diálogo y el debate con todos los partidos democráticos.
Una propuesta en la que los procedimientos, el diálogo y el consenso, son tan importantes como los contenidos. Son incluso una parte sustancial de los contenidos, teniendo en cuenta lo que hay en juego en este debate: y es si el país se sigue construyendo por la vía del acuerdo entre todos, como planteamos los socialistas, o por la vía de la imposición de unos sobre otros y contra otros, que es lo que usted, señor Ibarretxe, plantea.
Señor Ibarretxe, se lo dije en el debate de política general y se lo repito ahora. El pacto entre vascos que dio origen al Estatuto no fue un error. Ni tampoco un mal menor que hubiera que aceptar, a la espera de tiempos mejores para el independentismo.
Ese pacto fue el acto fundacional de Euskadi como país. Porque los países, las comunidades políticas, no se construyen con planes unilaterales, sino con acuerdos amplios entre todas las fuerzas políticas. Así se empezó a construir Euskadi con el Estatuto y así tiene que seguir construyéndose en el futuro.
Por eso, lejos de abandonarlo, como usted, señor Ibarretxe, plantea, hemos propuesto actualizar y reformar el Estatuto: para tener más y mejor Estatuto, es decir, para tener más y mejor autogobierno, para reforzar y mejorar la convivencia y para recuperar el pacto y el entendimiento entre diferentes.
Y por eso, hemos propuesto reformar el Estatuto por consenso entre todos los partidos democráticos. Los socialistas pensamos que, tras 25 años de andadura estatutaria, ha llegado ya el momento de que todos los partidos democráticos vascos nos sentemos alrededor de una mesa, evaluemos lo que ha dado de sí nuestro marco de autogobierno, nos pongamos de acuerdo para culminar el desarrollo del Estatuto y pongamos las bases de su potenciación, mejora y reforma.
Éste es uno de los compromisos personales que he asumido como candidato a Lehendakari: convocar a las fuerzas políticas vascas para iniciar este proceso de reflexión y diálogo conjuntos, antes de embarcarnos en un debate parlamentario frustrante que reprodujera diferencias irreconciliables entre mayorías y minorías.
Los Socialistas pretendemos, por el contrario, que en una cuestión de país, como es el futuro del autogobierno, el Parlamento sea el marco de un gran acuerdo de país, por encima de las diferencias partidistas.
Los Socialistas planteamos una reforma del Estatuto para mejorarlo, y no para abandonarlo: para resolver los últimos problemas pendientes para su pleno desarrollo; para potenciar nuestra capacidad de autogobierno, así como nuestro protagonismo político en la construcción de España y de Europa; para blindar nuestro poder competencial frente a eventuales lecturas reduccionistas o abusivas por parte del Estado; y para que los inmensos recursos que nos concede el marco estatutario se utilicen con mayor decisión y generosidad al servicio del desarrollo político y social de Euskadi.
Y planteamos esta reforma por consenso, porque creemos en la igualdad política y social de los ciudadanos y las ciudadanas del País Vasco. Y porque pretendemos hacer de Euskadi una verdadera comunidad de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales. Una patria acogedora que integre a todos y cuente con todos, en lugar de ese conglomerado caótico de ciudadanos, partidos, territorios, lenguas y sindicatos enfrentados por todo y para todo, que es la triste realidad en que ha quedado convertida Euskadi como consecuencia de su política.
La triste realidad a la que tendrá que hacer frente con resolución un Gobierno de cambio, como el que ansía una mayoría de ciudadanos y ciudadanas de Euskadi. Un Gobierno de cambio que crea en el país en su conjunto, y no sólo en una parte del país. Un Gobierno de cambio que crea en el pluralismo, y no en la uniformidad. El Gobierno que yo, como candidato socialista a Lehendakari, estoy dispuesto a presidir.
 
Muchas gracias.

Otros documentos...