El PSE-EE ve con preocupación unos presupuestos para 2013 de "puro ajuste"
Es cuando menos dudoso que un proyecto de Presupuestos que guillotina las inversiones en infraestructuras, en investigación y desarrollo, y en políticas activas de empleo sea el mejor instrumento para salir de la recesión.
A expensas de analizar a fondo el contenido de las partidas que lo integran, una vez que el Presupuesto comience su trámite parlamentario, el PSE-EE considera que el proyecto de Cuentas para 2013 aprobado ayer por el Gobierno vasco presenta dos aspectos preocupantes:
Por una parte, se limita a recoger las magnitudes de disponibilidad de gasto público, después de que el ahora partido en el Gobierno haya rechazado hasta ayer mismo actuar sobre los ingresos, mediante una lucha más decidida y eficaz contra el fraude y la elusión fiscal, y revisando la equidad y suficiencia de nuestro modelo tributario.
Por otro lado, la única filosofía del proyecto de Presupuestos presentado parece consistir en ajustarlo con aplicación al déficit establecido, renunciando a una apuesta reconocible para estimular de forma selectiva una economía depresiva y actuar sobre el empleo, que es nuestro principal problema.
Somos conscientes de la situación de precariedad en que se encuentran las instituciones públicas, las empresas y la ciudadanía como consecuencia de una crisis económica que, lejos de remitir, se ve agravada por políticas ineficaces de austeridad compulsiva. El Gobierno socialista la sufrió también y fue capaz de entregar al actual una contabilidad transparente, unos servicios públicos intactos y un nivel de endeudamiento por debajo de lo permitido.
Pero hay que decir también que es cuando menos dudoso que un proyecto de Presupuestos que guillotina las inversiones en infraestructuras, en investigación y desarrollo, y en políticas activas de empleo sea el mejor instrumento para salir de la recesión.
Del mismo modo, habrá que estudiar con más detalle las partidas de los distintos Departamentos para comprobar en qué medida la reducción del gasto aplicada se traduce o no en recortes sustanciales de servicios, prestaciones y políticas en los capítulos más sensibles para la ciudadanía: sanidad, educación y las ayudas sociales. La magia de los números es muy poderosa, pero no da para afirmar que se “incrementa el gasto social”, cuando es obvio que desciende la magnitud del conjunto del Presupuesto en 1.132 millones de euros y también la cuantía destinada al mismo.
A los socialistas no nos asusta asumir responsabilidades a la hora de afrontar las dificultades que proyecta la crisis, como demostramos en el Gobierno, y colaborar en la tarea de superarla. Pero tampoco nos da vértigo rechazar unas Cuentas si valoramos con rigor que no responden a las necesidades ni a las urgencias de nuestra sociedad en estos momentos.
La postura que adopte el PSE-EE sobre los Presupuestos va a depender, como se ha anunciado, de la valoración final que hagamos, una vez se disponga de todos los datos, sobre la idoneidad del proyecto presentado para sostener los servicios y prestaciones de nuestro modelo social, y para aportar a la economía vasca la dosis de estímulos que le permitan acelerar la salida de la crisis y paliar el desempleo.
El PSE-EE se congratula también de que el Gobierno del PNV tenga que reconocer que no existe desviación alguna entre las cifras de deuda pública manejadas por el Ejecutivo socialista y las reales, tras haber aireado durante meses sospechas malintencionadas. Pero lamenta que para llegar a esa conclusión tan evidente se hayan tenido que pagar los servicios de una consultora privada con el dinero de todos. Alguien debería pedir disculpas públicas.