"Mugarik gabeko murrizketak"
Doikuntza guztiak ezin dira betikoen sorbalden gainean utzi
“Su obra es original e interesante; lastima que lo que es interesante no sea original y lo que es original no sea interesante”. La cita, de Samuel Johnson, la recuperaba hace unos días Jesús Mota para describir la nueva hornada de recortes presentada por Mariano Rajoy, visto que el grueso de medidas eran las impuestas por Europa y las atribuibles directamente al Gobierno del PP, apenas un cúmulo de iniciativas dispersas y sin coherencia.
Es éste, desde luego, uno de los elementos más descorazonadores de la grave situación que vivimos. Semana tras semana, el Gobierno nos plantea nuevos ajustes, nos anuncia una nueva prestación mutilada, pero lo hace sin que se atisbe si quiera una mínima orientación, un proyecto claro de lo que se propone más allá de los recortes y del modelo de bienestar que se quiere mantener, haya o no dinero, salgamos antes o después de esta crisis.
¿Cuál es el proyecto de sociedad que el PP presenta a medio plazo? Simplemente uno: recortar y después ya veremos.
Y es aquí donde yo me rebelo. Porque somos conscientes de la difícil situación por la que estamos atravesando. Somos conscientes de la necesidad de adoptar medidas complicadas. Pero no a cualquier precio. No sin marcar unas mínimas líneas rojas.
No puede ser que todos los ajustes caigan sobre los hombros de los de siempre. No puede ser que a lo primero que se meta la tijera sea siempre al sector público.
Hay otra forma de afrontar esta crisis. En Euskadi lo estamos demostrando. Reformando los servicios públicos para hacerlos sostenibles en el medio plazo, destinando dinero a la economía real, a ayudar a empresas, pymes y autónomos, inyectando liquidez en nuestro sector privado, para que no haya proyectos que se queden parados por falta de financiación.
Austeridad sí, reformas también, pero dentro de un proyecto claro y definido. No un cúmulo de ideas improvisadas, sin enfoque ni dirección, a ver si alguna vez se acierta a satisfacer a los mercados.
Es la misma falta de criterio que echo en falta en la oposición en Euskadi. Iñigo Urkullu nos habla ahora de una “salida vasca” a la crisis, pero sin aclarar si esta salida es la del crecimiento económico y la generación de empleo (como busca el Gobierno Vasco) o la de los recortes drásticos en los servicios públicos (como los que aplica su partido-hermano, CiU, en Cataluña).
A Urkullu lo que le molesta es que en Euskadi los recortes vengan dados desde Madrid, pero no le haría ascos a decidirlos desde Euskadi.
Pues a mí me parece mal que el Gobierno central quiera imponer medidas en cuestiones que son competencia del Gobierno Vasco, y me parecen mal las medidas mismas.
Ya he hablado en otra ocasión sobre la imposibilidad de saber nada concreto de la oferta del PNV para hacer frente a la actual situación. Sólo frases rebuscadas e ideas peregrinas para esconder el programa oculto.
O quizá no tanto. Porque lo poco que somos capaces de entrever es que, en cuanto tenga oportunidad, el PNV optará por meter tijera a nuestro Estado de Bienestar.
“Claro que vamos a tener que hacer sacrificios. El nuevo Gobierno Vasco deberá rebajar el gasto corriente”, declaró ufano Andoni Ortuzar hace unos días en una entrevista.
Ahí tenemos el caso de la Diputación de Bizkaia, la única institución importante en manos del PNV, que sigue sin aclararnos si va a aplicar los recortes en la Ley de Dependencia.
Pero más sangrante todavía es el tema de la reforma fiscal. El PNV se está oponiendo con uñas y dientes a cualquier tipo de reforma fiscal, a luchar de forma conjunta y eficaz contra el fraude, en definitiva, a contar con más recursos con los que hacer frente a la crisis, evitar los recortes e impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo.
Nos acusan de excesivo endeudamiento, pero, a la vez, impiden que obtengamos más recursos a través de una reforma fiscal que nos dote de un modelo tributario más justo y equitativo.
Quieren que gobernemos con una mano atada a la espalda.
Hay dos formas de hacer frente a la crisis: el del crecimiento o el de los recortes. Urkullu tiene que definirse y decir claro qué es lo que quiere para el país.
Y quiero terminar diciendo que ha llegado la hora, nos ha llegado a todos, de dejar para otro momento las rencillas y los cálculos, que tenemos que unir fuerzas para hacer frente a esta crisis desde Euskadi, coordinando todas las administraciones y juntando toda la energía que podamos.
Es hora de que los principales partidos vascos hagamos una apuesta firme y decidida por Euskadi, por la ciudadanía vasca, por los servicios públicos y el crecimiento económico.
Está claro que con las recetas de Rajoy no vamos a salir de la crisis. Tenemos que tomar nosotros la iniciativa.