"Nire zuzendaritzapeko gobernua egonkorra izango da eta herritarren zerbitzura egongo da"
PSEk aho batez onetsi du berrikuntza gobernua bermatuko duten akordioak bilatzearen aldeko Erabaki Politikoa. (Hitzaldi osoa)
PALACIO EUSKALDUNA. BILBAO Buenos días compañeras y compañeros, egun on danori: Este es el primer Comité Nacional que celebramos tras las Elecciones del 1 de Marzo y por lo tanto, como órgano político máximo del partido, es evidente que nos corresponde hacer tres cosas básicas: - Analizar, en sus justos términos y de manera ponderada, el histórico resultado de los Socialistas Vascos en estas Elecciones Autonómicas. - Informar sobre los pasos que estamos dando para recabar los apoyos necesarios de cara a presentar mi candidatura a la investidura como Lehendakari del Gobierno Vasco. - Y explicar (por lo menos en líneas generales) las bases del Gobierno de cambio que me propongo liderar para (por lo menos) los próximos cuatro años. Respecto a las Elecciones, lo primero que quiero hacer es agradecer y felicitar al conjunto del partido, a toda la militancia, y a todas y a todos los que, sin ser afiliados, nos han acompañado en este recorrido. Agradecer el esfuerzo colectivo que hemos hecho para trasladar la necesidad y el contenido del cambio que proponíamos los Socialistas y felicitarnos por el resultado histórico que conseguimos el 1 de Marzo. 320.000 ciudadanos y ciudadanas vascas han dado su voto a las candidaturas del Partido Socialista de Euskadi: y ese es el mejor resultado que hemos obtenido nunca en unas Elecciones Autonómicas. Somos, con el 30,7% de los votos, la segunda fuerza política del país. Menos de 8 puntos nos separan del PNV y aventajamos al PP en más de 15. Hemos obtenido 25 de los 75 parlamentarios en juego (8 en Bizkaia, 8 en Gipuzkoa y 9 en Álava). Hemos mejorado posiciones y obtenido más votos en todos y cada uno de los municipios de Euskadi. Hemos ganado en Álava, en dos de las tres capitales, en Vitoria y en Donosti (con un magnífico resultado también en Bilbao), y hemos ganado también en casi todos los grandes municipios: en Barakaldo, en Basauri, en Portugalete, en Santurtzi, en Sestao, en Eibar, en Errenteria, en Irun, en Lasarte, en Andoain... Y destaco esto porque demuestra con absoluta claridad que, allí donde gobernamos, en las principales ciudades del país, los Socialistas hacemos las cosas bien y eso los ciudadanos lo aprecian, lo valoran y luego lo ratifican en las urnas. Y ese es un dato muy positivo sobre nuestra capacidad de gestión y que nos debe dar confianza (nos da confianza) para las Elecciones Municipales y Forales futuras. Pero, por resumir y por dar su significado real a los resultados, hay que decir que los Socialistas hemos ganado 40.000 votos y hemos aumentado nuestra presencia en el Parlamento de 18 a 25 escaños, mientras que el tripartito (el gobierno que se presentaba a examen) ha perdido más de 63.000 votos y, a pesar de que había 9 parlamentarios más en el reparto por la no presencia del abertzalismo radical, mantiene los escaños que tenía sin aumentar ni uno solo. Aunque es verdad que repartidos de otro modo porque el PNV ha fagocitado a sus socios menores de EA y EB. Y esto lo que quiere decir es que, en estas Elecciones, ha habido una apuesta que claramente ha perdido apoyos, la apuesta soberanista del tripartito; y otra que ha avanzado con claridad: la del cambio para abrir una nueva etapa en la política vasca. Y lo que ha avanzado ha sido nuestro proyecto de cambio para este país. Un proyecto de modernización de Euskadi, de apuesta clara por su desarrollo, de diálogo social para hacer frente a la crisis y de unidad de todas las fuerzas políticas para combatir juntos el terrorismo. La mayoría de los vascos y de las vascas ha votado por la convivencia, el entendimiento y el acuerdo entre diferentes para avanzar como país y como sociedad. Todo eso es lo que el Partido Socialista representa. Y la ciudadanía vasca nos ha entendido y nos ha apoyado en las urnas. Por eso, y entrando ya en la valoración política de estos magníficos resultados, quiero destacar algunas cosas: En primer lugar, que la ciudadanía vasca ha cerrado un ciclo de políticas frentistas y excluyentes que, a través de la confrontación, buscaban la imposición de un modelo de país del que sobrábamos más de la mitad de sus ciudadanos. Y ha abierto la puerta a un nuevo tiempo de acuerdos políticos en Euskadi liderado por los Socialistas. Es decir, la ciudadanía ha dicho claramente en las urnas que, frente a Ibarretxe, al tripartito y a las políticas de estos últimos diez años, la alternativa es un Gobierno de cambio con un Lehendakari Socialista. Y lo vamos a poner en marcha porque, a pesar de declaraciones hechas desde la mala digestión de los resultados y de lo que esto significa para algunos, estamos absolutamente legitimados para hacerlo y estamos obligados a hacerlo por nuestro compromiso político con la sociedad vasca. Hemos respetado los tiempos. Hemos dejado la iniciativa al partido más votado y una vez que se ha visto con toda claridad que el candidato del PNV no ha sido capaz de reunir los votos suficientes para ser Lehendakari (ni siquiera los de sus socios anteriores). Hemos asumido nuestra responsabilidad y hemos iniciado conversaciones con otros partidos para garantizar los apoyos necesarios en la sesión de investidura. Y esto es algo que entra dentro de la normalidad democrática. Y todo el mundo debiera aceptar con normalidad y con espíritu democrático, que los partidos unas veces están en el gobierno y otras en la oposición y que Euskadi no es ninguna excepción a esta regla. Nadie niega que el PNV ha sido la fuerza más votada. Pero éste no es un régimen presidencialista. No votamos para elegir a un presidente. Elegimos un Parlamento y es quien tiene más apoyos en ese Parlamento, quien obtiene la confianza de la Cámara, quien es elegido Lehendakari. Y esto es así no porque lo diga yo. Es así porque es lo dispuesto en el artículo 33 del Estatuto de Gernika. En las elecciones a Juntas Generales ocurre exactamente lo mismo y por eso, aunque el Partido Socialista tuvo 5.000 votos más que el PNV en Gipuzkoa, el Diputado General es del PNV. Y lo mismo sucede en Álava, donde el Partido Socialista tuvo 500 votos más que el PNV. Por lo tanto, que nadie quiera confundir a la ciudadanía con los números porque las cuentas se hacen de otra manera: respetando las normas que entre todos nos hemos dado. Por eso no acepto que nadie ponga en duda la legitimidad del futuro Lehendakari ni del futuro Gobierno. Como no acepto que se diga que los apoyos del Partido Popular para la Lehendakaritza son antinatura y que lo digan aquellos para los que el apoyo de quienes siguen en connivencia con la violencia eran totalmente naturales para que Ibarretxe fuera Lehendakari. Y para acabar con este capítulo al que no quiero dedicar ni un minuto más, decir que tampoco acepto que quien ha mantenido permanentemente un gobierno en minoría que sólo sacaba adelante los asuntos gracias a nuestro apoyo; un gobierno que entraba en conflicto interno cada vez que tenía que gestionar dentro de sus competencias porque sólo se ponía de acuerdo en los temas soberanistas con los que generaban inestabilidad constante, diga ahora que un Gobierno socialista será sinónimo de debilidad e inestabilidad. Os aseguro que presidiré un gobierno fuerte, sólido, estable, con prioridades y con objetivos muy claros, y con una voluntad inequívoca de servicio a la ciudadanía. Un gobierno que, a diferencia de lo que pasaba con el tripartito, estará internamente unido, cohesionado, y trabajará con coherencia en todos sus departamentos. Remando todos en la misma dirección. Que es lo mismo que le pido al conjunto de los partidos políticos vascos. Que sumemos esfuerzos y voluntades para superar la crisis económica, para asentar la convivencia y para avanzar con paso firme en el camino irrenunciable de la paz y la libertad. Remar todos juntos en la dirección de recuperar la escuela y la sanidad públicas, de facilitar el acceso a la vivienda y de dar una oportunidad a los jóvenes de este país. Por lo tanto, no pido nada diferente de lo que hayamos hecho los Socialistas en estos años: responsabilidad, altura de miras y sentido de país. Aunque se esté en la oposición, porque desde ahí también se pueden aportar muchas cosas para construir Euskadi. Que nadie se escude en que el próximo será un Gobierno frentista. Porque los frentes no los hacen las siglas, los hacen las políticas. Y puedo garantizar al conjunto de la sociedad vasca que mi Gobierno no pondrá en marcha ni una sola política, ni una sola medida que excluya a nadie de su propio país, ni que suponga una agresión a los conceptos básicos y fundamentales de nadie. Mi gobierno tendrá como prioridades: - Acabar con el terrorismo y consolidar la paz y la libertad. - Hacer frente a la crisis económica, trabajando por el empleo mediante el diálogo social. - Asentar la convivencia. - Desarrollar nuestro autogobierno dentro de España y de Europa. - Mejorar la Educación, la Sanidad, los Servicios Sociales y las políticas para el acceso a la Vivienda. - Cohesionar el país con políticas que impulsen la modernización, la innovación y el conocimiento, y garanticen la igualdad de oportunidades de toda la ciudadanía, con independencia de su lugar de residencia. Y será un gobierno fuerte y, por eso mismo, un gobierno abierto al diálogo y al acuerdo con todos los partidos, con todos los agentes sociales y con todos los colectivos de este país. Un gobierno que, desde el respeto y el reconocimiento a la pluralidad política vasca, buscará el máximo apoyo y la complicidad de todas las fuerzas políticas parlamentarias para afrontar los retos de futuro…. ¿Dónde están los frentes y las intenciones frentistas? Sólo en el imaginario de aquellos que pierden el poder y pasan un mal trago, pero no en la voluntad de los Socialistas. Cuando me presenté a las elecciones adquirí ante vosotros y ante la ciudadanía el firme compromiso de unir a este país en torno a un nuevo liderazgo y a un nuevo gobierno. El firme compromiso de acabar con las políticas de división y enfrentamiento que en el pasado han tensionado a la sociedad y han separado a las fuerzas políticas democráticas, generando inestabilidad e incertidumbre. La solución a los graves problemas de Euskadi no pasa por reproducir el frentismo que hemos conocido en otras épocas. Requiere de todo lo contrario. Requiere de un gobierno que, con responsabilidad y altura de miras, tienda la mano a los partidos y los agentes sociales. Un gobierno que respete los diversos sentimientos de pertenencia y la pluralidad de la sociedad vasca. Un gobierno que una y cohesione al país desde el diálogo y el acuerdo entre diferentes. Un gobierno, en definitiva, que atienda a los problemas reales de la gente para construir un futuro de más progreso y bienestar entre todos y para todos. Esa es nuestra apuesta, ese es nuestro compromiso, y por eso los Socialistas asumimos con orgullo la responsabilidad de liderar un nuevo tiempo en la política vasca. - Vamos a ocuparnos del país y de su gente, especialmente de la que pasa dificultades, de la que tiene problemas. - Vamos a buscar la máxima unidad de las fuerzas democráticas para acabar con el terrorismo y consolidar la paz y las libertades. - Y vamos a trabajar para construir un país entre todos, sobre la base de un gran acuerdo entre las fuerzas políticas vascas. Porque seguimos convencidos de que sólo desde ese amplio acuerdo entre vascos será posible avanzar y ganar el futuro. Ese es mi objetivo y mi compromiso: hacer de Euskadi un país mejor, más moderno, más fuerte. A la cabeza de España y de Europa en desarrollo humano y en bienestar. Y para eso, para liderar el próximo Gobierno Vasco, y cumpliendo el compromiso que adquirí en el último Comité Nacional que celebramos antes de las Elecciones, hoy vengo aquí a exponer ante vosotros y vosotras, compañeros y compañeras, las decisiones que la Comisión Ejecutiva y yo mismo hemos tomado. Como decía antes, el PNV, como partido más votado, abrió una ronda de contactos para sondear las opciones de su candidato, comprobando con toda claridad que no reúne los apoyos necesarios. Con todo, parece que ha tomado la decisión de presentarlo a la sesión de investidura. Una decisión que respetamos. Nosotros acudimos a la reunión con el PNV el pasado 5 de marzo y no me resisto a leer hoy aquí algunos de los principios que contenía la propuesta de pacto que el Partido Nacionalista trasladó a nuestra comisión negociadora. 1. Reconocimiento de la pluralidad de la sociedad vasca, que nos enriquece y nos fortalece. 2. Instaurar una cultura política basada en el diálogo y la cooperación entre diferentes. 3. No podemos caer en la tentación de abonar el terreno de la política de frentes. 4. Es el momento de la responsabilidad, del liderazgo compartido, de escuchar a la sociedad y atender sus demandas y prioridades, de arrimar el hombro para sacar este país adelante. Seguro que os suena porque es el discurso que nosotros hemos venido manteniendo durante todo este tiempo. Lo sorprendente es que lo quiera liderar Ibarretxe porque ha tenido diez años para pactar, para buscar el entendimiento entre las distintas sensibilidades políticas que conviven en este país, y no lo ha hecho. Solo planes excluyentes, para enfrentar y dividir a esta sociedad. Y eso es lo que ha fracasado en las urnas. Y por eso el candidato del PNV no tiene hoy posibilidad de sumar apoyos para su investidura. Porque se ha quedado en minoría en la defensa de unas políticas y unos planes que enfrentan y dividen al país; que enfrentan y dividen incluso a los miembros de su propio partido. Ante la constatación de que Ibarretxe no cuenta con los apoyos necesarios para ser investido Lehendakari, la Comisión Ejecutiva del PSE decidió abrir nuestra propia ronda de contactos con las distintas fuerzas políticas que han obtenido representación parlamentaria. Una ronda de contactos de la que el PNV, en una decisión que habla por sí sola de la auténtica voluntad de diálogo de este partido, se autoexcluyó, y a la que sí asistieron el resto de formaciones. Una ronda que, como sabéis, aún no ha concluido y para la que hoy, en nombre de la Comisión Ejecutiva, pido el refrendo de este Comité Nacional, así como para ratificar la decisión de presentar mi candidatura a la sesión de investidura como Lehendakari del Gobierno Vasco. Luego habrá una Resolución Política que será ratificado por este CN si lo considera conveniente. Ninguno de los presentes ignora que, teniendo en cuenta los apoyos necesarios y la posición manifestada por los diferentes grupos, estas conversaciones tienen carácter preferente con el PP con un triple objetivo: conformar los órganos del nuevo Parlamento, garantizar la investidura del Lehendakari y dar al nuevo gobierno la estabilidad que necesita. También Ezker Batua ha mostrado disposición a llegar a algún tipo de apoyo o colaboración con nosotros, por lo que no cerramos la puerta a nuevos contactos con esta fuerza política en los próximos días. Pero, como digo, es con aquellos que han mostrado su predisposición a apoyar un gobierno de cambio, con el PP, con quienes vamos a seguir explorando la posibilidad de constituir cuanto antes un gobierno fuerte, sobre bases sólidas. Buscamos estabilidad y la conseguiremos. Pero os aseguro que el acuerdo para garantizar esa estabilidad con el PP, no contendrá ni una sola política contraria a nuestros principios ni a nuestros compromisos con la sociedad vasca. Será un acuerdo que contendrá bases compartidas y coherentes con nuestra política, para hacer frente a nuestros problemas como país. Problemas de libertad, de cohesión territorial, de vertebración social, de relaciones entre instituciones vascas y de relaciones con otras instituciones autonómicas o de la administración central. Problemas económicos y sociales, en las empresas y en los puestos de trabajo, en la atención social, en la vivienda, en el desarrollo de infraestructuras, en la sanidad o en la educación, en el uso de los instrumentos públicos…. Va a haber un Gobierno Socialista para instalar la normalidad democrática en este país. Porque en Euskadi se ha cuestionado en demasiadas ocasiones el marco democrático, las leyes y normas, el Estatuto y la Constitución. En Euskadi se ha llegado muchas veces tarde a la lucha contra el terrorismo, al apoyo a las víctimas, a su reconocimiento ético. En Euskadi se ha utilizado, más de la cuenta, el autogobierno no para unir sino para dividir. Por eso ha llegado la hora de tener un gobierno diferente. Que respete la legalidad, que atienda a las víctimas, que ponga el autogobierno al servicio de los ciudadanos, que una al país….. Y para eso, seré Lehendakari de todos, de los que nos han votado y de los que no. Y por eso os pediré, de manera especial a todos los compañeros y compañeras, que me respaldéis cuando tenga que tomar decisiones pensando, no en el interés del Partido, sino en lo mejor para el conjunto de la sociedad vasca. En esto, como en otras muchas cosas, seguiré el ejemplo de Ramón Rubial, que hace 30 años, recién elegido presidente del Consejo General Vasco, proclamaba: “Ahora ya no se trata aquí de intereses de partidos, sino de un gobierno en el que tenemos que trabajar todos. Las ideologías concretas de cada uno deben quedar a un lado”. Ese es mi objetivo: conformar un gobierno que todos los hombres y mujeres de este país sientan como propio. Y se que va a ser difícil al principio, no soy ningún ingenuo, no estamos en las mejores condiciones económicas ni políticas. Pero estoy absolutamente convencido de que vamos a ser capaces de demostrar que este país se puede gobernar de otra manera, que el cambio no es una palabra hueca sino un algo lleno de contenido, un soplo de aire fresco tan positivo que se va a hacer sentir muy rápido para el bienestar de la gente. Y acabo porque no me quiero extender más sino que haya debate. Esta es la oportunidad histórica del Socialismo Vasco. Esto es lo que hemos esperado tanto tiempo. Esta en nuestras manos y no es fácil. Lo hemos dado todo por este país. Siempre hemos sabido estar a la altura de las circunstancias. Tanto que parecía imposible que nadie nos pudiera pedir más. Que nadie nos pudiera exigir más. Pues yo vengo a pediros más. Un esfuerzo más, un sacrificio más. Os quiero a todos al servicio de Euskadi. Os quiero a todos como ejemplo de dignidad y de fortaleza, de humildad y dedicación, de honradez y firmeza. Seguramente no contentaremos a todos, pero nadie podrá decir que no hicimos todo lo que estaba en nuestras manos para hacer una Euskadi mejor. Muchas gracias.