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Patxi López: "Gure kudeaketa saltzeko arazoak ditugu"

"PPk ez du nire jarduera esparrua mugatzen, 2010erako Aurrekontuak egiteko 2005eko diru-bilketa izateak baizik"

Patxi López vive sus primeras Navidades en Ajuria Enea. Han pasado poco más de siete meses desde que tomó posesión de su cargo como lehendakari en la Casa de Juntas de Gernika. Medio año intenso. Ha logrado sacar adelante sus Presupuestos sin demasiados problemas gracias a los acuerdos con el PP y el PNV, pero el último Euskobarómetro refleja que buena parte de la población, en especial la nacionalista, le ve como algo ajeno.

¿Por qué? El jefe del Ejecutivo cree que su gestión está siendo acertada, que «departamento por departamento» es muy superior a la de anteriores gobiernos. «Pero tenemos problemas y déficits a la hora de saber venderla», admite López, quien niega que a su gabinete le falte «modelo de país». Respecto al PNV, el lehendakari apuesta por un discurso conciliador. «Sigue siendo hipercrítico, pero busca espacios para el entendimiento», afirma.

- ¿Cómo se le quedó el cuerpo cuando vio que el 71% de los vascos desconfía de su gestión?

- Es un dato que no agrada a nadie, pero las encuestas son relativas y de todas se pueden sacar conclusiones y aprender algo. Sabemos que la popularidad de cualquier administración desciende en tiempos de crisis económica. Estoy convencido de que los datos irán mejorando a medida que pase el tiempo porque, si comparamos departamento por departamento, la gestión de este Gobierno aprueba con nota.

- Pero la realidad es que la popularidad de su Ejecutivo ha caído seis puntos en medio año.

- La preocupación de la ciudadanía está en el empleo y en la economía, y eso es muy difícil de cambiar. Costará que se visualice que este Gobierno está gestionando de manera adecuada y utilizando todas las herramientas del autogobierno para resolver problemas.

- ¿Y el suspenso no será porque están haciendo mal las cosas?

- Seguramente estaremos haciendo algo mal. Y si la gestión la estamos haciendo bien, igual es que tenemos dificultades y problemas al comunicar y trasladar a la ciudadanía todo lo que hacemos. Es algo que tenemos que corregir.

- A veces da la sensación de que su Gobierno actúa a impulsos, que las propuestas se presentan sin un guión preestablecido.

- No es así. Quizás haya que poner encima de la mesa un modelo para ver cómo cada una de las actuaciones obedecen a algo claramente pensado y estratégico. Aunque hay medidas que se adoptan para resolver un problema concreto, poner en marcha un 'plan renove' para las empresas del mueble no forma parte de un proyecto, sino para ayudar a un sector en crisis. Se necesitará más tiempo para valorarlo todo en su conjunto.

- ¿Se arrepiente de no haber nombrado un vicelehendakari?

- No. El Gobierno funciona correctamente y está bien coordinado.

- Habla de gestión, ¿pero cuál es? Se lo digo porque los nacionalistas le acusan de inacción y de vivir de las rentas de Ibarretxe.

- Pues ha sido intensa. Hemos hecho planes para ayudar a sectores en crisis, iniciativas que el PNV rechazaba y ahora pide que se amplíen, hemos impulsado la 'Y'...

- Al acceder al cargo usted se propuso ser lehendakari de todos los vascos. Siete meses después, el rechazo que genera entre los nacionalistas es abrumador.

- Sí, pero el Gobierno ha demostrado que es transversal. Hemos sido capaces de acordar con el PP, con el PNV, con ELA... No hacemos políticas contra nadie.

- Pues eso no lo piensa una parte importante de la sociedad vasca.

- Lo pensará. La realidad se irá imponiendo. Nos vamos a empeñar en impulsar el consenso y todas esas resistencias se irán diluyendo.

- ¿No cree que las críticas tienen que ver con la forma en que llegó a Ajuria Enea y con su propio papel como lehendakari? La famosa fotografía de 'Vanity fair'...

- Es verdad que la gente prefiere un pacto PSE-PNV. Era algo que ya ocurría con Ibarretxe. Pero estoy convencido de que ese rechazo inicial al acuerdo con el PP también se está diluyendo. Y sobre mi figura... En fin, le aseguro que tengo poco tiempo libre. Aquello fue una anécdota.

- Usted destaca siempre la gestión, pero un Gobierno es mucho más, es imagen, discurso de hacia dónde va el país, de si quiere reformar el Estatuto...

- Pero la renovación del Estatuto no tiene por qué ser el único discurso político. Era sólo un ejemplo.

- Es que yo estoy más interesado en que sea un modelo sostenible que en dar vueltas a la identidad.

- Pero la cuestión identitaria en este país está sobre la mesa.

- A ver, yo no me cierro a una reforma estatutaria, pero hay que definir qué objetivos persigue. Tiene que ser para profundizar en el autogobierno, reforzar la convivencia y mejorar los pactos. Y se necesita voluntad política de entendimiento. La haremos cuando sea posible.

Evolución del PNV

- ¿Se ve usted en el papel de José Montilla? El presidente de la Generalitat, socialista, ha tenido sonoros enfrentamientos con Zapatero. ¿No tiene la sensación de que buena parte de la sociedad vasca quiere un lehendakari así?

-Yo me veo como Patxi López. No tengo que buscar posicionamientos contra nadie. Nunca voy a buscar distancias artificiales para definir mi posición. Serán las circunstancias las que me hagan adoptar un papel u otro.

- A veces se echa de menos algo más de energía. Lo de dar un puñetazo sobre la mesa.

- Eso sólo hay que hacerlo cuando es necesario. La autoridad se puede ejercer con formas muy suaves.

- ¿Cómo ve al PNV?

- Ha habido una cierta evolución. Empezó yéndose al monte hablando de golpe institucional. Ahora estamos ante un PNV que sigue siendo hipercrítico pero que también es capaz de buscar espacios para el entendimiento. Ojalá se centre en esa oposición constructiva, que es en la que nosotros estuvimos con Ibarretxe; incluso en los años de la consulta buscamos espacios de entendimiento y aprobamos leyes relevantes. Un partido como el PNV necesita hacer una oposición constructiva, no destructiva. Ahí andan.

- ¿Se ve ya el cambio que usted prometió?

- Estamos convencidos de que el cambio que estamos haciendo, que estamos introduciendo, requiere más tiempo para ser entendido en su dimensión.

- ¿Está de acuerdo con Ramón Jáuregui cuando dijo que a este Gobierno le faltaba definir su modelo de país?

- No, porque hemos llegado al Gobierno con un proyecto de país. Es verdad que estos primeros meses nos hemos dedicado a gestionar el día a día o a luchar contra la crisis con una serie de medidas. Pero este Gobierno tiene un proyecto de país, aunque, posiblemente, es hora de que se visualice más.

- ¿Y cuál es?

- Nos proponemos hacer una Euskadi sostenible y solidaria. Y eso necesita proponer un nuevo modelo de crecimiento económico, educativo, sanitario, de transmisión del conocimiento. Tenemos una población que vive más tiempo y que puede convertir la Sanidad en insostenible; aplicar nuevos modelos de políticas sociales para evitar crear un país de subsidiados... Pero todo necesita tiempo y consenso político y social.

- No dejan de ser principios filosóficos.

- Ya. A mediados de enero posiblemente presentemos las medidas en conjunto para visualizarlas mejor.

- ¿Tiene que ver con la reflexión que hizo Jesús Eguiguren de que había que recuperar el espíritu de Euskadiko Ezkerra?

- Son cosas diferentes. Jesús hablaba desde el punto de vista del partido. El PSE es una formación vasquista que defiende la singularidad vasca, pero cuando se hizo la convergencia con EE mucha gente no se integró porque recelaba de que nos identificásemos con el país. Ahora es el momento de recoger los frutos.

- Parecía una manera de marcar distancias con el PP.

- Para nada. Tengo que reconocer que el PP está haciendo una política inteligente en Euskadi, adaptándose a la peculiaridad del país. Estamos observando actitudes que no veíamos antes y eso va a ayudar a eliminar rechazos. Creo que se está ajustando a lo que tiene que ser una derecha civilizada y europea. Pero tenemos muchas diferencias con ellos.

Relación con el PP

- ¿No se siente atado por Antonio Basagoiti?

- En absoluto. Lo que me siento es obligado a mantener un permanente estado de diálogo con el PP, pero también con otros partidos.

- Pero está claro que limita su margen de maniobra.

- A mí lo que más me limita es la caída de la recaudación y tener que hacer unos Presupuestos para 2010 con los recursos de 2005. Eso sí que recorta el margen de maniobra.

- Pero el proyecto del nuevo campo de San Mamés...

- Usted me lo va a poner como ejemplo de que el PP nos obligó a cambiar de opinión.

- Pues sí.

- Pues no. Aquello sólo fue un buen ejemplo de mala comunicación de este Gobierno. Nosotros no nos opusimos al campo, sino que pusimos unas condiciones que, por cierto, se van a cumplir. Y eso apareció como si fuera un 'no', y no era verdad. Sólo queríamos que, si íbamos a invertir 55 millones de euros, el nuevo SanMamés tuviese alguna utilidad pública.

- ¿En qué medida está afectando la crisis a su gestión?

- En que buena parte de la gestión se dedica a combatir la crisis. Hemos aprobado unos Presupuestos que van en esa dirección: soportar nuestro tejido industrial, mantener las políticas sociales y consolidar los servicios básicos.

- ¿Manejan alguna previsión sobre cuándo mejorarán las perspectivas económicas?

- Hay algunos indicios. Pero no son suficientes para resolver el principal problema de la crisis, que es el desempleo. Pero soy optimista. Navarra y nosotros somos los que estamos en mejor situación para salir antes que el resto de las comunidades.

- ¿Temen que las agencias de calificación bajen la nota de Euskadi?

- Nuestro problema es la recaudación de las diputaciones. Y eso está mejorando. Pero no somos una isla y también nos puede afectar el entorno. Y si España baja, lo podemos notar.

- ¿Cree que las medidas que su Gobierno propone están siendo efectivas? Al final, siempre está la excusa de que se depende de lo que ocurra en el exterior.

- Bueno, es que si a mí me dicen que Alemania y Francia están saliendo de la crisis me alegro muchísimo porque son mercados importantes. Pero hay que actuar desde lo local. Hay que poner unas buenas bases, mantener el tejido industrial...

López ha sido elegido como hombre del año por una cadena de televisión. Le entrevistan en Ajuria Enea. Por allí también pasea Begoña Gil. De un piso en Bilbao a un palacio en Vitoria.

- ¿Se siente cómodo en su puesto de lehendakari?

- Estos puestos no son para estar cómodos, sino para sentir una incomodidad permanente con los problemas; eso es lo único que te hace reaccionar.

- ¿Ha perdido libertad personal?

- Cuanta más responsabilidad, menos libertad. Intento mantener una vida normal, desayunar por ahí, ir con Begoña a hacer compras, al cine...

- ¿Se ha acostumbrado a vivir en Ajuria Enea?

Me adapto facilmente. Al final, a casa vas a cenar o a dormir. Siempre echas de menos Bilbao o Portugalete, pero le estoy cogiendo el truco a Vitoria.

- ¿Cuál ha sido su mejor momento como lehendakari?

- Pues el día de la investidura en Gernika. Pero, sobre todo, cuando se liberó a los tripulantes del 'Alakrana'. ¡Uff! fueron días de mucha tensión.

- ¿Y los peores?

- Pues los del secuestro del 'Alakrana' y los atentados de ETA, sobre todo, el asesinato de Eduardo Puelles.

Beste berri batzuk...

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