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Intervención de Patxi López. Apertura Conferencia Política

BILBAO

Egun on danori, egun on adiskideok:

Quiero que mis primeras palabras sean para daros la bienvenida a esta Conferencia Política y para agradeceros vuestra asistencia a todas y a todos. Pero, sobre todo, quiero felicitaros por el gran esfuerzo que habéis realizado en los últimos meses para elaborar el borrador de nuestro Programa Electoral y para dedspués debatirlo y enmendarlo con propuestas que, estoy seguro, que lo van a enriquecer y mejorar en el trabajo que vamos a desarrollar este fin de semana.

Esta es una Conferencia Política que culmina un proceso ejemplar. Tal y como anunciamos hace tiempo, hemos abierto este partido, no sólo al debate y a las ideas de nuestros afiliados, sino a las aportaciones y a las propuestas de cientos de ciudadanos y ciudadanas, que sin ser militantes Socialistas, han querido contribuir a enriquecer nuestro proyecto de cambio, porque han entendido que el cambio es un proyecto compartido que da cabida por igual a todo el que tenga una idea y una esperanza a todo el que reclame una oportunidad y quiera hacer realidad el sueño de construir entre todos una Euskadi mejor.

Y lo hemos hecho sin complejos y sin miedo. Sin miedo a las críticas, porque estábamos dispuestos a reconocer, si hacía falta, que estábamos equivocados. Sin complejos por tener que modificar nuestras propuestas, si hacía falta, porque estábamos dispuestos a entender que las había mejores. Abrimos el Partido con todas las consecuencias y hemos acertado.

Y el ejemplo lo tenemos hoy aquí, en esta sala. En la que, junto a los 350 delegados y delegadas del Partido Socialista, hay 100 ciudadanos y ciudadanas independientes, con voz y con voto, dispuestos a hacer el mejor Programa para el mejor país.

Por eso quiero agradecer, de manera especial, a estas personas su generosidad y su compromiso con el proyecto de cambio que los Socialistas queremos se abra paso en este país en las Elecciones del 1 de Marzo.

Unas elecciones, no me cansaré de repetirlo en estos 29 días que restan para la cita con las urnas, que van a marcar un antes y un después en la política vasca.

Ya sé que siempre decimos lo mismo: Que todas las elecciones son las más importantes. Pero esta vez va en serio. SOLO FALTAN 29 DÍAS PARA EL CAMBIO.

29 días para conseguir, de la mano de miles y miles de hombres y mujeres de este país, que la alternancia democrática, el cambio de liderazgo en el Gobierno Vasco, sea una realidad.

29 días para culminar, con un nuevo Lehendakari y un nuevo Gobierno, la travesía que los vascos y las vascas iniciamos a finales de los años setenta.

29 días para dejar de soñar un país mejor y empezar a hacerlo realidad.

Pero, para eso, tenemos que ser capaces de ofrecer a la sociedad vasca el mejor programa y el mejor proyecto. Y para eso estamos aquí.

Quiero que cada ciudadano y cada ciudadana que tenga un problema encuentre aquí una solución. Quiero que cada persona que necesite de una oportunidad encuentre aquí la posibilidad de conseguirla. Que cada rincón de Euskadi sepa que los Socialistas Vascos le ofrecemos un proyecto para mejorar.

Vamos a demostrar que nada de lo que sucede en este país nos es ajeno. Que sabemos muy bien lo que hay que hacer y que, por eso, pedimos la confianza de la sociedad vasca: para hacerlo realidad.

Para hacer otras políticas y fijar otras prioridades. Para resolver los problemas reales de los ciudadanos y ciudadanas vascas: de los trabajadores que han perdido su empleo, de los jóvenes que no pueden acceder a una primera vivienda, de los jubilados que cobran las pensiones más bajas, de las mujeres que sufren la amenaza de la violencia machista, de los creadores que no quieren verse sometidos a las imposiciones del poder de turno para imaginar un mundo diferente, de los que tienen un proyecto empresarial viable y no encuentran financiación,…

Todos tienen que tener respuesta porque nos proponemos recuperar, para la política y para el Gobierno, la virtud de la cercanía a las personas y la capacidad transformadora de realidades injustas.

Eso es lo que queremos los Socialistas Vascos: gobernar, no para tener poder o para pisar moqueta (como quieren otros), no. Gobernar para solucionar problemas; para poner las instituciones y el autogobierno al servicio de los ciudadanos y ciudadanas.

Para poner las prioridades del Gobierno allí donde están las prioridades de los ciudadanos: en el empleo, en la sanidad o en la educación. No para dar alas a nuestras obsesiones particulares.

Eso es, ni más ni menos, lo que los Socialistas queremos y vamos a hacer desde un gobierno de cambio.

Y para hacerlo hemos contado y vamos a seguir contando con la participación de mucha gente, de dentro y de fuera de nuestro partido.

Somos, y lo digo con orgullo, el partido en el que miles de ciudadanos tienen puestas sus esperanzas. Y eso nos hace asumir una responsabilidad enorme.

Y, por eso, mientras unos se dedican a mendigar consejerías y otros tratan de asustar a la ciudadanía con la hecatombe que se producirá si abandonan el poder, nosotros vamos a presentar nuestro proyecto de país.

Mientras unos y otros siguen en la bronca y el enfrentamiento permanentes, y sólo se ponen de acuerdo para atacar a los Socialistas, nosotros ponemos en pista una Euskadi en la que cabemos todos, en la que no sobra nadie, salvo aquellos que utilizan y amparan la violencia terrorista.

Hemos visto estos días como algunos tratan de tapar sus miserias internas, su falta de ideas y de proyecto, con ofensas gratuitas a los Socialistas.

Pero no vamos a caer en la trampa, no vamos a entrar en esas batallas miserables, porque no merece la pena. Yo no lo voy a hacer y os pido a todos que no lo hagáis.

No necesitan respuesta las ocurrencias de Basagoiti ni los vídeos burdos del PP, porque se descalifican por sí solos. Lo penoso es que ¿Alguien conoce alguna propuesta del PP para Euskadi? Aparte de que piden 3 Consejerías, a cualquiera que esté dispuesto a ofrecérselas, desde luego a nosotros no, porque nunca se las vamos a dar, ni tres ni ninguna. ¿sabemos algo de qué quieren hacer por este país? Más vale que se dediquen a esto y que dejen la política pop que les vendrá mejor.

Y tampoco vamos a contestar a Ibarretxe y a sus colegas, porque todo el mundo se ha dado cuenta ya de que tratan de ocultar su verdadero rostro: el del Plan Ibarretxe, el de la consulta, el que nos ha dividido y enfrentado a unos vascos contra otros aireando fantasmas del pasado y mintiendo como descosidos.

Fantasmas como que el autogobierno está en peligro o mintiendo descaradamente con eso de que viene un ‘frente españolista’ que ni existe ni va a existir.

Frenteak sortu nahi dituen bakarra

Ibarretxe da.

Lasaitasunez gobernua antolatzeko

eta Euskadiren berrikuntza sortu ahal izateko,

euskal herritar guztiei laguntza eskatuko diet

gehiengo lasaia lor dezagun.

El único que ha jugado a la política de los bloques enfrentados en los últimos años. El único que quiere reeditar los frentes en Euskadi es Ibarretxe. Y no tengáis ninguna duda de que, si le salen las cuentas, el PNV volverá a pactar con sus socios de EA y de Ezker Batua. Y que ahora añadirá a Aralar, para volver a intentar imponer un modelo de país que sólo obedece a sus obsesiones identitarias y soberanistas, pero que, en absoluto, responde a lo que, de verdad, quiere la sociedad vasca y que lo único que hace es dividirnos y enfrentarnos.

Por eso, yo pido a la sociedad vasca que me dé una mayoría suficiente. Para hacer realidad el cambio y para gobernar sin hipotecas.

La realidad pone a cada uno en su sitio. Y los Socialistas hemos dicho adiós, para siempre, a la política de frentes. Hemos demostrado que somos capaces de tender la mano para entendernos con todos si eso beneficia al conjunto de la sociedad vasca.

No más frentes. No más divisiones. No más enfrentamientos. UNIDAD. Unidad de país. Unidad de territorios. Unidad de ciudadanos y ciudadanas.

Y hemos demostrado también (y esta Conferencia lo va a ratificar) que tenemos un proyecto propio, autónomo, que no se vende al mejor postor, porque nuestras ideas y nuestras propuestas no necesitan otro aval más que el de la ciudadanía.

¿Y quién puede garantizar esto? El único partido que está unido. El único que entiende a este país tal como es, plural y diverso, y que quiere hacer de la suma de ideas y sentimientos la fórmula para hacer Euskadi.

No vamos a gobernar en contra de nadie, sino en defensa de todos.

Y ahora estamos demostrando que en este proyecto nos acompañan cientos, miles de hombres y de mujeres de este país, que todos los días se suman a la nueva mayoría que va a ser la protagonista del cambio.

Y quiero, por eso, expresaros un doble reconocimiento. En primer lugar, el que debo a una militancia ejemplar, que es –lo he dicho muchas veces y no me importa repetirlo- lo mejor que tiene este partido.

Si hemos llegado hasta aquí, si hoy nos encontramos a las puertas del cambio, en la mejor posición de partida con que hemos afrontado nunca unas Elecciones Autonómicas, es por vuestro esfuerzo, por vuestra tenacidad y, sobre todo, por vuestro sacrificio en los momentos más duros.

Es porque, una y otra vez, los Socialistas Vascos nos hemos levantado ante las dificultades y hemos demostrado nuestro amor a este país y a sus gentes. Abriendo una tras otra las Casas del Pueblo atacadas y las sedes incendiadas. Sanando y cerrando las heridas del odio y la división que tan fácilmente se abren en este país y que luego cuesta tanto esfuerzo volver a cerrar.

Recordando y honrando la memoria de las vidas segadas, de las voces perdidas, de los amigos llorados.

Habéis dado un ejemplo de entrega, de lucha, de integridad y de generosidad. Y por eso, dejadme que os diga, que os merecéis lo que está a punto de pasar.

Os merecéis una gran victoria en las elecciones del 1 de marzo. Claro que os lo merecéis.

Y se lo merecen también, y este es mi segundo reconocimiento, muchos miles de ciudadanos y ciudadanas que, sin estar afiliados, han dado el paso de comprometerse con el nuevo tiempo político.

Algunos, como os he dicho antes, habéis querido acompañarnos en esta Conferencia Política y quiero aseguraros que no os vamos a defraudar.

Aquí tenéis a un Partido abierto al conjunto de la sociedad vasca. Un Partido que aspira a transformar la realidad política y social de Euskadi y que quiere también transformarse en contacto con la gente.

Y quiero deciros que el cambio lo vamos a hacer juntos y que esta apertura a la ciudadanía va a formar parte de nuestra seña de identidad, de nuestra manera de hacer política y de ejercer el liderazgo político.

Hoy toma concreción definitiva nuestro proyecto de cambio, nuestro Programa Electoral. Un Programa que vamos a defender con confianza, con seguridad y con plena convicción e, incluso, pasión.

Vamos a hablar de la Euskadi real, de lo que preocupa de verdad a los hombres y mujeres que viven y trabajan en Euskadi y de cómo queremos solucionar sus problemas.

Y no estoy hablando de un catálogo de buenas intenciones de cara a la galería. Hablo de compromisos reales con la ciudadanía para los próximos cuatro años.

Hablo de poner en marcha un plan de choque contra la crisis que de soporte a nuestro tejido industrial, que mantenga y genere empleo y que proteja a los más débiles.

Hablo de unir a los demócratas para acelerar el fin del terrorismo y consolidar las libertades en este país.

Hablo de dar un fuerte impulso a la vivienda social y a la de alquiler, para que nuestros jóvenes puedan acceder a una primera vivienda y tengan oportunidades reales de emanciparse.

Hablo de compromisos legislativos, para llevar la Ley de Vivienda o la Ley Municipal, al Parlamento en el primer año de la próxima legislatura.

Hablo de un Pacto Escolar para introducir reformas que potencien nuestro sistema educativo; que refuercen a la escuela pública y desarrollen una enseñanza de calidad y trilingüe. Porque haremos de la Educación uno de los grandes ejes del cambio político.

Hablo de que haya más médicos, más especialistas, más profesionales sanitarios para mejorar la atención y las prestaciones de nuestro Sistema Sanitario. De que cada Comarca de Euskadi cuente con un Hospital de Agudos y uno de media y larga estancia.

Hablo de volcarnos con los mayores, con los que cobran las pensiones más bajas, con los que tienen a su cuidado, casi siempre mujeres, a un familiar dependiente.

Hablo de medidas para conciliar la vida laboral y familiar, para la igualdad efectiva de hombres y mujeres, para que nadie sufra discriminación en razón de sus tendencias sexuales o de sus creencias religiosas.

Hablo de abordar el futuro de nuestro autogobierno, con diálogo y acuerdo entre las fuerzas políticas, sin imposiciones y sin aventuras.

Hablo, en definitiva, de un cambio para dejar atrás un pasado de división y reencontrarnos con el futuro.

Y todo esto, mañana, después de los debates que hagan falta, después de las discusiones y las incorporaciones necesarias, tiene que ser una realidad. Mañana tiene que salir de aquí el mejor Programa Electoral que hayamos hecho nunca. El más completo y el más serio con el que nos hayamos presentado ante la sociedad vasca, porque esta vez lo vamos a tener que llevar a la práctica y nos van a exigir (como tiene que ser) que lo cumplamos. Y lo vamos a cumplir.

Vamos a poner en marcha un Gobierno que gobierne y que utilice todas sus capacidades (que son muchas) y sus recursos (que no son pocos) para resolver problemas, no para crearlos.

Vamos a acabar con el lenguaje y las prácticas de la exclusión que nos degradan como ciudadanos y nos lastran como país.

Vamos a acabar con el intento de apropiación de Euskadi y de sus instituciones por parte de quienes se creen los dueños y depositarios exclusivos de lo vasco.

Esa cultura de la exclusión; de la desigualdad política; de la discriminación en función de las ideas o de los sentimientos de pertenencia; del pensamiento único; de la imposición y de la división interna… Tiene fecha de caducidad: el 1 de marzo.

Queda un mes para que ese nuevo tiempo de unidad, de diálogo, de acuerdo entre diferentes, de convivencia democrática, de Paz y Libertad, de igualdad de oportunidades, que una mayoría del país desea, se abra paso en las urnas.

Un mes para hacer posible la Euskadi que todos hemos soñado alguna vez y que ahora estamos a punto de conseguir. La Euskadi con la que yo sigo soñando y estoy dispuesto a liderar.

La Euskadi de la vida y de la libertad, que destierra el miedo, la violencia y el totalitarismo.

La Euskadi de la que nadie tenga que marcharse en contra de su voluntad.

La Euskadi que confía en su gente, que no establece categorías ni diferencias entre vascos. Que no discrimina por motivos culturales, lingüísticos, doctrinales o identitarios.

La Euskadi que se asienta sobre la unidad y la convivencia y que busca la suma de ideas, sentimientos e identidades.

La Euskadi que abandona los frentes y las trincheras para tender puentes de entendimiento.

La que se expresa en euskera, en castellano y en otras lenguas, porque es un país abierto y quiere seguir siéndolo. Y estar donde siempre ha estado, en España y en Europa.

Vamos a hacer posible que Euskadi se convierta en el verdadero PUNTO DE ENCUENTRO de todos los vascos y de las vascas. En esa “pequeña galaxia” que dice la canción de … que acabamos de escuchar y que es capaz de mantener en su orbita las esperanzas y los sueños de todos sus habitantes.

Dice una poesía de Kirmen Uribe (uno de nuestros grandes talentos que acaba de recibir el Premio Ramón Rubial a la creación cultural del año):

No puedo elegir

Entre el Mar y la Tierra.

Vivo feliz en la línea que las une.

En esta cinta negra que mueve el viento.

En este largo cabello de un gigante desorientado.

Del Mar me gusta sobre todo su corazón de niño grande.

A veces rabioso, a veces capaz de dibujar

Paisajes imposibles.

De la Tierra sus manos.

No puedo elegir

Entre el Mar y la Tierra.

Sé que mi lugar es un hilo fino,

Pero en el Mar me perdería

Y en la Tierra me ahogo.

Ez eman hautatzeko. Hemen geratuko naiz.

Olatu berde eta mendi urdinen artean.

No puedo elegir. Me quedo aquí.

Entre olas verdes y montañas azules.

Entiendo perfectamente ese sentimiento. Por eso dejadme que convoque, para hacer posible el nuevo tiempo, a todos aquellos que viven o que vivimos, en esa fina línea que mueve el viento, porque no queremos renunciar ni al Mar ni a la Tierra, ni a nuestras ilusiones ni a nuestras esperanzas.

Porque, en esta ocasión, los que siempre hemos sabido que la utopía es una verdad prematura, vamos a cumplir nuestros sueños.

Sólo os pido que me ayudéis a hacerlo posible.

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