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Mucho ruido y pocas nueces (Vicente Reyes)

Los acuerdos que el PSE-EE ha impulsado con el PNV son una buena noticia para el país, porque permitirán dotar de recursos adicionales a las políticas de reactivación económica. Contienen líneas de acción como estímulos fiscales a las empresas que reinviertan sus beneficios, el impulso a la I+D+i, la creación de un fondo para nuevas iniciativas empresariales o programas Renove para impulsar la inversión en bienes de consumo duradero y en bienes de equipo. Ofrecen, por eso mismo, estos acuerdos, una oportunidad para que el Gobierno vasco reconduzca una política económica dominada por la improvisación y la falta de iniciativa.

Tras nueve meses de legislatura, siguen desapareciendo empresas, baja el número de autónomos y se destruye empleo a mayor ritmo que en el resto de España. El pasado agosto ha registrado el menor número de afiliados a la Seguridad Social en ese mes desde 2003; y ha sido también el de más parados desde 1988. Y se prevé que a finales de año la tasa de paro sea la mayor desde el 2000: 1,8 puntos más alta que en 2012. Un negro panorama en el que destaca la disminución continuada de la producción industrial, sin la que no puede haber empleo de calidad ni salarios elevados ni, por tanto, consumo vigoroso ni futuro sólido.

El Gobierno Vasco ha afrontado hasta ahora esta situación sin iniciativa, aplicando a la baja programas heredados del anterior Gobierno que presenta como propios: por ejemplo, el de avales de choque publicitado la semana pasada, cuyo impacto en el tejido productivo queda muy reducido por su menor gasto. Por otra parte, no se ha vuelto a saber nada del programa para financiación de empresas soportado en la participación de las EPSV que anunció el propio Lehendakari. Sí se han aplicado los que ya se habían ejecutado la pasada legislatura, pero ahora con poco éxito, teniendo en cuenta que incluso el convenio “normal” para inversiones con las Sociedades de Garantía Recíproca (SGR) aún no se ha firmado.

¿Cómo es posible, además, que a 31 de agosto, los Fondos gestionados en la Sociedad de Gestión de Capital Riesgo de Euskadi hayan hecho únicamente cuatro operaciones de inversión directa en empresas mediante capital y/o préstamo, por un valor total de 3 millones de euros, cuando solo en el 2011 se materializaron 22 operaciones con casi 29,5 millones de euros  invertidos?

Y cuando, le he pedido, en el Parlamento Vasco, concreciones a la Consejera de Desarrollo Económico sobre el modelo propio de competitividad y política industrial que defiende, se limita a responder que este modelo “se construye desde la profundización y optimización del modelo de competitividad que nos ha traído hasta aquí”. Palabras sin contenido de un Gobierno que no sabe qué hacer, cuando es imprescindible afrontar un nuevo escenario global para el que hay que prepararse a fondo.

Porque es verdad que han aumentado algo nuestras exportaciones, pero por bajar costes y simplemente sobrevivir, lo cual no garantiza nuestro futuro; porque sabemos que, para competir con éxito, necesitamos ser punteros tecnológicamente, producir con un alto valor añadido y para eso es imprescindible invertir más en I+D+i.

También es fundamental, facilitar que las PYMEs puedan incorporarse al tren de la innovación tecnológica, porque ahora, la inversión pública vasca en investigación, desarrollo e innovación no llega a más del 2% de las empresas de Euskadi y para aumentar esa cuota se necesitan más recursos. Y los socialistas vamos a pelear por alcanzarlos en la negociación de los próximos Presupuestos.

Pero, además de invertir más en investigación, es fundamental orientar adecuadamente el gasto y hacer una buena gestión de esos fondos.  No basta con reordenar la gestión de la red vasca de ciencia, tecnología e innovación, o incorporar sistemas de gestión de la I+D+i como ha anunciado la Consejera de Desarrollo Económico. Es mucho más relevante que el Gobierno entre a valorar los resultados, más allá de los modelos, y que exprese lo que quiere que hagan esos centros con los fondos destinados a tecnología e innovación: qué va a valorar y qué va a pagar.

Y esto es lo fundamental, porque estamos invirtiendo en I+D+i a partir de estrategias genéricas, sin terminar de concretar qué se quiere potenciar con esos recursos y sin anclar, muchas veces, esa orientación en la realidad de nuestro tejido productivo.

Ahora mismo el Gobierno Vasco está trabajando en la estrategia europea S3 de especialización inteligente, pero se queda en el título, mencionando apuestas de futuro, como las nano-bio ciencias, energía y manufactoring, pero sin concretarlas.

Y deberíamos ser capaces de hacer aterrizar en Euskadi esas apuestas. Necesitamos orientar el uso de los fondos públicos a actividades más concretas y definir con más claridad las estrategias de país en I+D+i.

En definitiva, el gobierno tiene que pasar de las musas al teatro, menos decir “vamos a hacer” y más hacer. Para eso, para luchar contra el desempleo ayudando a nuestras empresas contará con nuestra mano tendida.

Vicente Reyes

Portavoz socialista de Industria e I+D+i en el Parlamento Vasco

 

Artículo publicado en el diario El Correo

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