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Patxi López. Discurso Clausura Jornadas "Economía, Empleo, Industria e I+D+i"

Buenos días a todas y a todos:

Quisiera en primer lugar, y ya que me corresponde clausurar estas jornadas, agradecer su trabajo y su dedicación a todos los que las han hecho posible. A los que desde el inicio han participado en su gestación y preparación y a los que, ayer y hoy, nos han permitido con su labor trabajar, debatir y aportar ideas en un clima verdaderamente propicio para ello.

Y gracias especiales a Joaquín Almunia y al conjunto de los ponentes por su participación, que ha conseguido enriquecer estas jornadas y, por supuesto, agradeceros a todos vuestra presencia esta mañana en Bilbao que, para mí es motivo de especial satisfacción.

Con estas Jornadas sobre Economía, Industria, Energía e I+D+i que ahora clausuramos, los Socialistas Vascos hemos querido contribuir a la reflexión que están haciendo todas las economías desarrolladas de nuestro entorno para hacer frente al problema común que representa la caída de los niveles de crecimiento económico que hemos conocido en los últimos años, que trae de la mano el incremento del desempleo y que se produce en un contexto de restricciones de crédito que todavía durará un tiempo por la crisis financiera e inmobiliaria que estamos viviendo.

Pero lo primero que quiero decir, como idea central de mi intervención, es que estoy plenamente convencido de que la economía vasca será capaz de remontar esta coyuntura desfavorable de la misma manera que fue capaz en el pasado de superar otras crisis de gran envergadura, la de los años 80 que todos recordamos.

Hoy tenemos una estructura industrial distinta, hemos modernizado los sectores tradicionales (siderurgia, naval…), estamos en nuevos sectores con futuro como la aeronáutica, las biotecnologías, la industria eólica… aspiramos a ser la sede de la Fuente Europea de Neutrones y ya estamos construyendo, por fin, la ‘Y’ ferroviaria, el tren de alta velocidad, una infraestructura para cohesionar al país y para transformar el modo en que hoy nos desplazamos las personas y las mercancías entre las tres capitales vascas a otros puntos de España y de Europa.

Y destaco estos ejemplos porque todos ellos son logros de la colaboración entre administraciones, de la cooperación entre los gobiernos central y vasco, de la iniciativa de una clase empresarial emprendedora y de la capacidad de los trabajadores y trabajadoras de este país.

Somos un país de emprendedores ejemplares, con hombres y mujeres magníficamente formados, y con iniciativa y voluntad para llevar a cabo cualquier empresa que nos propongamos, como ya hemos demostrado a lo largo del tiempo.

En los últimos treinta años hemos construido entre todos, gracias al pacto y al acuerdo entre diferentes, un autogobierno potente y eficaz, con instrumentos como el Concierto Económico que nos dan una enorme capacidad para gestionar nuestros recursos y destinarlos allí donde son más necesarios.

Nuestras empresas compiten a nivel mundial en un mercado globalizado y disfrutamos de un nivel de calidad de vida superior, en algunos aspectos, al de la media europea, en un entorno físico y humano ideal para los negocios que, en ocasiones, es la envidia de todos aquellos que nos

visitan.

Por todo ello, porque estoy persuadido de que podemos confiar en nuestras propias fuerzas para remontar esta crisis, soy optimista respecto al futuro y además estoy convencido de que EUSKADI PUEDE MÁS.

Euskadi puede avanzar más en la economía del conocimiento para estar entre las más competitivas y dinámicas del mundo, y puede ser capaz de crecer económicamente más y de manera sostenible, con más y mejores empleos y con mayor cohesión social.

Pero es verdad que hoy nos encontramos ante una situación económica complicada. Tras una primera etapa de restricción financiera, de crisis inmobiliaria y de tensión en los precios de las materias primas (sobre todo el petróleo), ahora estamos asistiendo a una restricción de demanda con una repercusión claramente negativa en el sistema productivo.

En Euskadi, la primera etapa de la desaceleración no se ha hecho notar de forma tan cruda como en otras partes, (fundamentalmente porque el peso del sector inmobiliario es menor que en el resto de España), pero difícilmente vamos a poder sortear los efectos de la debilidad de la demanda (el ejemplo más claro son las ventas de automóviles) que ya se

está notando.

Es decir, independientemente de las características diferenciales del País Vasco, que van en nuestro favor, estamos hablando de problemas globales que afectan al conjunto de las economías y tenemos, por lo tanto, que ser

capaces de ver cómo nos enfrentamos desde una perspectiva local, a un problema global.

Y yo creo que nos enfrentamos a dos retos: cómo conseguir minimizar los efectos del actual momento económico y, por otro lado, adecuar y preparar nuestra economía y nuestro sistema productivo a un nuevo escenario más complejo, más global y con muchos más actores (chinos, indios, rusos,

brasileños…), que ya se ha configurado y en el que debemos saber movernos.

En cuanto al momento económico, resulta necesario realizar una política contracíclica: utilizar los resortes presupuestarios, fiscales y normativos para ayudar a que nuestra economía se contraiga menos de lo que lo haría en condiciones normales e, incluso, que se dinamice.

Y en cuanto a la parte más estructural, tenemos que desarrollar una política que garantice que nuestra economía puede competir y evolucionar en un mundo cada vez más globalizado. Estamos hablando, por lo tanto, de infraestructuras, de política tecnológica e innovación y de formación de personas.

Pero, además, una sociedad moderna y avanzada como la nuestra debe hacer todo esto garantizando el bienestar de sus ciudadanos y atendiendo, por citar sólo las más importantes, sus necesidades sanitarias, de vivienda o de protección social que no deben de ser las paganas de la crisis.

LA POLÍTICA PRESUPUESTARIA Y EL CONCIERTO

El presupuesto del Gobierno Vasco ha funcionado desde 1998 en superávit real, lo que ha conllevado la generación de unos remanentes de tesorería que, todos sumados, superarían los 3.000 millones de euros.

Y si bien es cierto que una parte de ellos se han dedicado a operaciones corrientes (Educación y Sanidad e inversiones públicas), no es menos cierto que en la actualidad el Gobierno Vasco dispone de una capacidad financiera y de endeudamiento nada desdeñable, hasta el punto que se

pueden establecer programas de regeneración económica sin que se desmoronen las cuentas públicas.

El Gobierno Vasco, junto con las Diputaciones Forales, ya nos anunció antes del verano un Acuerdo Interinstitucional de Aceleración Económica que en realidad, en su mayor parte, no era más que el ejercicio de ordenar en un papel las cosas que ya se están haciendo o que estaban previstas hacer en los diferentes presupuestos de las Diputaciones o del Gobierno,

independientemente del momento económico que vivimos.

Por lo tanto, cabría preguntar ¿por qué no se han hecho estas cosas antes, si había capacidad financiera y presupuestaria para hacerlas? ¿Por qué se ha mantenido el escaso peso de la inversión pública o por qué se han ocultado sistemáticamente los ingresos y no han aflorado los remanentes de tesorería que ahora nos confirman que tenemos?

Toda esta capacidad financiera tiene mucho que ver con nuestro Concierto Económico. En los últimos 30 años, un factor básico que ha diferenciado el crecimiento de la Comunidad Autónoma del País Vasco respecto del resto de España es el extraordinario valor financiero del Concierto.

Lo malo es que, en los últimos diez años, los diferentes gobiernos vascos, bajo mi punto de vista, no han aprovechado de la mejor forma posible este valor o, peor aún, creo que hemos desperdiciado unos años preciosos para consolidar un modelo económico y social mucho más completo, más

competitivo, más justo y más solidario.

Y posiblemente venga ahora Ibarretxe a anunciarnos no sé cuantas medidas con esos 3.000 millones, pero será poco creíble su determinación de última hora porque ha desperdiciado un tiempo precioso para hacerlo, obsesionado sólo con sus proyectos particulares.

LA EVOLUCIÓN ECONÓMICA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Es verdad que en Euskadi no estamos tan mal como en otras partes. Es verdad que tenemos datos positivos para estar medianamente satisfechos.

Es verdad que tenemos un tejido productivo mejor preparado para estos momentos de dificultad. Y es un motivo de satisfacción para todos.

Pero también es verdad que habitualmente se nos ponen encima de la mesa unos resultados macroeconómicos brillantes para Euskadi en términos de PIB y en número de parados que ocultan la realidad que hay debajo de ellos, y que nos deben hacer actuar con urgencia porque son preocupantes. Porque no se nos cuenta, (para relacionarlo con estos datos), que nuestra población no crece y que, por lo tanto, nuestra riqueza

al repartirla entre menos gente nos da un PIB muy alto y que nuestra población activa está prácticamente estancada (crece 1 punto frente a los 10 del conjunto de España) con lo que los datos del paro son muy buenos porque hay menos gente en disposición de trabajar.

Es decir, si hacemos las cuentas bien y tomamos como referencia los 10 últimos años, 1998-2007, el PIB de la economía vasca ha crecido en términos monetarios 17 puntos menos que el conjunto de la economía española: el 91% en Euskadi, frente a un 108% en el conjunto del Estado.

Y el número de ocupados ha experimentado un crecimiento inferior en un 18% en Euskadi (28%) que en el Estado (46%). Porque la diferencia ha sido del 11% en términos de población y del 9% en población activa.

Me preocupa, por lo tanto, tener que decir que la velocidad de alejamiento del ritmo de expansión de la economía vasca respecto a la española se está acelerando, pero es así porque nadie se ha preocupado de afrontar estos problemas.

Y es que la obsesión identitaria del Gobierno Vasco, además de generar división y tensión en Euskadi y confrontación permanente con el Estado, provoca inestabilidad y genera un clima de incertidumbre que repercute negativamente en la inversión empresarial, en la creación de empleo y en el desarrollo económico.

No es ninguna casualidad el retraimiento de la inversión extranjera, ni el deterioro de la balanza comercial, ni que no seamos capaces de evitar que jóvenes perfectamente preparados y formados decidan abandonar Euskadi.

La economía necesita de una política que genere un entorno socio-político estable, amable y propicio, que dé seguridad y confianza y que facilite las decisiones y los proyectos de inversión.

Bastante complicada y difícil es ya la situación económica en Euskadi como consecuencia del terrorismo como para que encima se añada más conflicto e inestabilidad desde nuestras propias instituciones.

UNA PROPUESTA SOCIOECONÓMICA PARA EUSKADI

Pero volvamos al mundo de la política económica. Nos hallamos, como he dicho antes, ante una doble tesitura. Por un lado nos enfrentamos a una situación económica complicada que requiere medidas a corto plazo y, por otro, a la crisis de un modelo socioeconómico que requiere una verdadera

transformación de nuestra sociedad.

No cabe duda de que tras años de altas tasas de crecimiento, el manejo de esta fase bajista del ciclo va a suponer un cierto reto para todos nosotros, tanto en el ámbito público como en el privado.

- En primer lugar, para atender las consecuencias inmediatas, tanto económicas como sociales, de la desaceleración.

- Y, en segundo lugar, incluso más importante, para llevar a la práctica las reformas estructurales necesarias para que nuestro tejido económico y nuestra sociedad avancen con paso firme en esta primera mitad del siglo XXI. En definitiva, para acometer el proceso de cambio de nuestro modelo socioeconómico.

LOS EJES DEL NUEVO MODELO DE DESARROLLO

Los socialistas proponemos un modelo de desarrollo que bascule sobre los siguientes seis ejes:

1.- Estabilidad Política

2.- Diálogo Social y Corresponsabilidad

3.- Gestión eficiente de los recursos públicos

4.- Apoyo decidido a la industria vasca.

5.- Plan de impulso al crecimiento demográfico.

6.- Plan de solidaridad intergeneracional.

1.- Estabilidad Política

La estabilidad política es un requisito imprescindible para desarrollar nuestra economía y nuestra sociedad al ritmo potencial que poseemos. Se trata de sustituir el conflicto político permanente, que genera incertidumbre e inestabilidad económica, por una política que genere un escenario de

confianza, capaz de atraer la inversión exterior y promover la de las empresas vascas.

Poner permanentemente en cuestión el marco político y económico en el que nos desenvolvemos, como se ha hecho en los últimos tiempos desde el Gobierno Vasco, sólo genera inestabilidad y desconfianza en un mundo (el económico y el empresarial) que necesita de justo lo contrario para

asentarse y crecer.

Por eso, me propongo desterrar la política que sólo busca la confrontación permanente y la división; la política que busca el conflicto artificial con el Gobierno de España y el Estado. Para sustituirla por la política que suma, que une y vertebra al país, que define un proyecto compartido y que busca la cooperación y la colaboración en beneficio de los intereses de Euskadi.

Será el primer objetivo: crear un clima de estabilidad, seguridad y confianza que genere un espacio atractivo para que podamos crecer económica y empresarialmente.

Nada de aventuras que nos lleven al abismo o a chocarnos contra un muro y todo para el entendimiento que necesita este país.

2.- Diálogo Social y Corresponsabilidad

Es incomprensible que, en los últimos diez años, el Gobierno Vasco no haya impulsado ni propiciado el diálogo social. Nunca el Gobierno ha llamado a sentarse en una mesa a Sindicatos y Empresarios para buscar acuerdos con los que mejorar nuestra productividad, la calidad del empleo o, ahora, definir medidas consensuadas con las que enfrentarnos la crisis.

Tenemos grandes órganos de encuentro socio-laboral y podemos presumir de su número, pero están todos paralizados.

Por lo tanto, resulta imprescindible dar un impulso decidido y establecer un diálogo social constructivo entre los agentes sociales y fomentar un clima de corresponsabilidad en el interior de las empresas.

Una de las primeras cosas que haré será convocar a Sindicatos y Empresarios para definir una agenda y unos objetivos que se consolidarán y ejecutarán mucho mejor a través del acuerdo. Y quien quiera venir que venga y quien se quiera excluir que lo haga, pero la responsabilidad de país se demuestra a la hora de comprometerse en dar respuestas a las necesidades de su ciudadanía y cada uno sabrá cuál es su nivel de compromiso.

3.- Gestión eficiente de los recursos públicos.

Hay que poner nuestros recursos, esos superávit presupuestarios acumulados de los que hablaba y, si hiciera falta, nuestra capacidad de endeudamiento, para dar atención prioritaria a:

a) Activar la inversión pública en infraestructuras.

Infraestructuras que contribuyan a modernizar el país, a ser soporte y salida para nuestros productos empresariales y que, además, pueden ayudar a corto plazo a la dinamización de la actividad económica y del empleo. Entre estas inversiones cabe destacar:

- La apuesta por las infraestructuras de comunicaciones; de forma especial, la Y ferroviaria como principal proyecto vertebrador del país, pero también la variante ferroviaria de conexión del Puerto de Bilbao con las redes ferroviarias de mercancías y otros proyectos vinculados a los puertos, especialmente los de Bilbao y Pasajes.

- Acelerar los planes de carreteras, adelantando inversiones capaces de dar actividad al sector de la construcción en esta etapa baja del ciclo.

b) Impulsar una política de vivienda de promoción pública que contribuya a dinamizar este sector, que es el que más crudamente está sufriendo las consecuencias de la actual coyuntura económica, a través de:

- El impulso a la construcción de viviendas de protección oficial.

Doblando los recursos presupuestarios destinados a ello.

Elaborando un Plan de estímulo a la rehabilitación de viviendas que contemple, entre otras cosas, la mejora de la eficiencia energética y medio ambiental. Y promoviendo el acceso de los jóvenes y personas más desfavorecidas al mercado de la vivienda de alquiler.

c) Plantear la innovación como una prioridad básica en la política de desarrollo de Euskadi.

La sociedad y las empresas vascas han completado con nota alta la fase de la calidad, incluso la de la excelencia. Pero si nos quedamos ahí, esto no nos asegura el futuro y la supervivencia económica y, por tanto, la supervivencia a medio y largo plazo de nuestro modelo económico y de bienestar. Hoy nos enfrentamos a un mundo que, además de calidad, exige

nuevos valores como innovación y conocimiento. Y la respuesta a todo ello está en innovar cooperando.

La actual estrategia de innovación del Gobierno Vasco, las seis grandes áreas de trabajo que propone Innobasque (Innovación Tecnológica, Innovación Social, Transformación de la Empresa, Internacionalización del Sistema Vasco de Innovación, Emprendizaje Avanzado, y Promoción y Comunicación) son un buen punto de partida, siempre y cuando seamos capaces de asumir que solos no podemos. Que en un mundo como éste

también la suma, la colaboración y la cooperación son fundamentales. Y también digo, no nos resignemos sólo a colaborar, nuestra vocación es la de liderar proyectos y apuestas que nos instalen en las mejores condiciones para ganar el futuro.

Los Socialistas queremos que se visualice más claramente el nuevo marco regulatorio de la innovación, que debe vascular sobre cuatro ejes estratégicos:

- Un sistema universitario fuerte, donde se fomente la vocación

investigadora y se creen las condiciones y el entorno adecuado para que cualquier investigador de cualquier país del mundo tenga cabida dentro de nuestro entramado universitario.

- El reconocimiento de los investigadores como líderes tecnológicos.

- El apoyo a las empresas innovadoras.

- Y la creación de un entorno más proclive a la innovación.

A su vez, la política de innovación debe avanzar en cuatro líneas de carácter transversal:

- La cooperación entre empresas, instituciones y ámbitos territoriales, así como entre el sector público y el privado.

- La internacionalización de la innovación, como forma de asociar y atraer el talento.

- El fomento del espíritu innovador, lo que requiere un cambio cultural y social más proclive a la investigación y la creación de entornos tecnológicos. Resulta necesario vertebrar el diálogo entre ciencia, tecnología, innovación y sociedad.

- Y el aumento de la eficiencia de las actividades y procesos de

innovación.

En este terreno no podía olvidarme del apoyo sin fisuras a la instalación en Euskadi de la Fuente de Neutrones por Espalación, que, de la misma manera que el Guggenheim nos situó en el mundo del arte, puede situarnos en el mundo de la ciencia y que, además, es ejemplo de cómo sumar esfuerzos de todos para conseguir lo mejor para nuestro país.

d) Las personas como eje para el desarrollo de Euskadi.

Un hecho incuestionable es que el mejor recurso que tenemos los vascos son las personas que vivimos y trabajamos aquí. Todo lo que somos y podemos llegar a ser depende de nuestra capacidad de trabajo, de innovación y de creación de valor.

Por ello, las políticas en relación con el empleo y la formación son prioritarias para el desarrollo de nuestro país.

En nuestro caso, además, el término empleabilidad adquiere una especial importancia porque actualmente tenemos un margen muy escaso en materia de recursos humanos.

Por un lado, porque, al contrario que ocurre en otras partes de España, nuestra población se encuentra estancada en los poco más de 2,1 millones de personas y todas las proyecciones nos hablan de muy poco crecimiento.

Pero, además, porque la media de edad de nuestra población es cada vez mayor, por lo que, aparte de otros aspectos de carácter social evidentes, la población activa tiende incluso a disminuir.

Y es que estamos asistiendo a un hecho insólito. En estos momentos, somos exportadores de talento. Estamos formando personas en los ámbitos universitarios y de la formación profesional que, por diferentes motivos, no consolidan su vida profesional en Euskadi (demasiados jóvenes se van cada año de Euskadi a buscar empleo cualificado a otras zonas de España) mientras que esta circunstancia ocurre con muchísima

menor intensidad a la contra.

Resulta por lo tanto imprescindible activar políticas para, por un lado, retener el talento y, por otro, atraer personas de fuera que aporten sus conocimientos a nuestra sociedad, universidades, centros de investigación y empresas.

Si queremos tener una política de innovación eficiente, ésta es una de las prioridades. Y, desde luego, retener el talento va a ser mi prioridad.

Creo firmemente que un país pequeño como Euskadi no puede diseñar su futuro con garantía de competitividad si quienes están destinados a investigar, a innovar, a crear, a producir, abandonan su tierra porque lo que se les ofrece es poco atractivo.

Por eso, quiero comprometerme con esos miles de jóvenes vascos, que han dedicado y dedican muchas horas de su vida a formarse, a recibir conocimiento y experiencia, y que después tienen que mirar hacia otras comunidades autónomas o hacia otros países de la Unión Europea para encontrar un futuro que no encuentran en Euskadi.

A ellos les digo que su futuro se llama Euskadi. Y me comprometo con ellos a que, antes de que transcurran 6 meses desde que terminen sus estudios, tengan una oferta de empleo en Euskadi, nunca con una duración inferior a un año, con el objetivo de que sigan formándose y adquiriendo

conocimientos aquí, donde les necesitamos.

Para ello, me comprometo a crear un programa donde empresas, centros educativos (bien sean de FP o Universidades) e Instituciones Públicas (Gobierno Vasco y Diputaciones Forales) sean capaces de diseñar un

itinerario de inserción laboral para estos jóvenes.

Además, debemos desde ahora mismo alinear nuestra política educativa y de formación continua a los nuevos retos que se nos presentan como sociedad dentro de un mundo cada día más integrado.

En otras palabras, debemos dar la importancia real a lo que realmente es importante y priorizar políticas que contribuyan al desarrollo del país sobre otras que en muchos casos excluyen en vez de integrar.

4.- Apoyo decidido a la industria vasca.

Coincido plenamente con la intervención que esta mañana ha hecho Iñaki López Gandasegui: la industria es la columna vertebral de la economía vasca y debemos poner todos los medios para que siga siendo así y, por lo tanto, para que siga siendo competitiva a nivel mundial en actividades que

empiezan a ser realizadas por economías emergentes.

La apuesta por el I+D+i no puede olvidar que en un alto porcentaje debe ir destinada a aquellas industrias que inciden en sectores que dominamos.

Por tanto, tomo buena nota de algunas de las medidas de política industrial que se han señalado:

- Apoyo a la internacionalización de nuestras empresas industriales.

- Potenciación de las ingenierías actuales y fomento de nuevos

grupos internacionales de ingeniería.

- Fomento de todas aquellas actividades que contribuyan a incrementar el nivel tecnológico de nuestros productos.

- Atención a los proyectos serios que permitan la creación de nuevas empresas de contenido tecnológico.

5.- Plan de impulso al crecimiento demográfico.

Euskadi es una de las Comunidades Autónomas con el crecimiento demográfico más bajo de Europa, lo que nos ha llevado a un claro envejecimiento de la población y hace evidente la necesidad de redoblar los esfuerzos en pro del rejuvenecimiento de la sociedad. Y ello pasa por impulsar:

- Una política para la Familia.

- Políticas para la emancipación de los jóvenes.

- Políticas que observen la inmigración como una oportunidad y no como un problema.

Es evidente que podría extenderme mucho más en detalles y propuestas sobre sostenibilidad, suficiencia energética, eficiencia de sectores y actividades, pero ya llegará el momento en que pongamos encima de la mesa nuestro Programa Electoral completo.

Pero sí quiero dejar claro que el momento económico que vivimos, sin duda, va a afectar a personas a las que hay que atender. Es un compromiso irrenunciable del Partido Socialista que la crisis no la paguen los de siempre, los que menos tienen, y por ello la actuación del sector público en estos momentos bajos del ciclo deberá velar por que los derechos y necesidades básicas de las personas más necesitadas estén

cubiertos. Y ésta es también una labor básica de las administraciones públicas.

Pero ahora quiero terminar diciendo que las situaciones complicadas se pueden abordar de dos formas:

- Desde un punto de vista reactivo, intentando poner parches o

soluciones puntuales para paliar las consecuencias de la crisis.

- O desde una perspectiva proactiva, interpretando la situación como una oportunidad para avanzar hacia una posición mejor que la que teníamos antes y alcanzar unos niveles de calidad de vida superiores.

Euskadi dispone de unos buenos puntos fuertes como son la robustez de nuestro sistema financiero, un tejido económico/industrial en general bastante saneado, una buena dotación de stock de capital en infraestructuras públicas y empresariales, una capacidad e iniciativa empresarial de primera, una economía cada vez más flexible y diversificada, y unas cuentas públicas saneadas y con capacidad financiera

suficiente.

Pero también tenemos nuestras debilidades:

- La competencia cada vez mayor de las economías emergentes.

- La importancia de los precios energéticos y de materias primas en nuestra estructura de costes.

- Los costes salariales relativamente altos.

- A medio plazo, los más que probables problemas para cubrir

nuestras necesidades de puestos de trabajo.

Con todo ello, hemos sido capaces de modernizar nuestra estructura industrial y conquistar unos buenos niveles de bienestar. Pero creo sinceramente que la carencia de políticas adecuadas y el pasarse el día dándole vueltas a la noria identitaria, que lejos de obedecer a las necesidades del país sólo obedece a las obsesiones particulares de algunos, nos ha hecho crecer por debajo de nuestra capacidad potencial.

Por eso, mi convicción personal y la de los Socialistas Vascos es que la economía vasca puede más.

Y mi vocación es gobernar mirando al país y a sus necesidades cotidianas.

Quiero completar el autogobierno, quiero más autogobierno para ponerlo al servicio de la sociedad vasca.

Quiero que el Gobierno Vasco y el Gobierno de España se sienten a negociar la transferencia de las Políticas Activas y a buscar la solución más beneficiosa en la concurrencia del I+D+i. Si la competencia es concurrente, pactemos recursos e investigadores, pactemos proyectos y sedes cabecera de ámbitos de innovación, como por ejemplo el de la automoción,

en el que somos un referente fundamental.

Pero somos una comunidad adulta y como tal debemos actuar. No se puede gobernar ni la economía ni el país echando permanentemente la culpa a Madrid de todos nuestros males y lavándose las manos de lo que son nuestras propias responsabilidades.

Por eso, frente a la tensión yo exigiré cooperación. Y sobre todo, buscaré dar al país el sosiego político que su economía necesita.

Ya sé que es mucho, pero mi diferencial es que tengo claro lo que la ciudadanía de este país está pidiendo a gritos: consenso en los temas fundamentales, acuerdo entre diferentes y que unamos nuestras fuerzas para remar todos en la misma dirección y no que las gastemos en enfrentamientos inútiles.

Quiero abrir un nuevo tiempo en Euskadi. El tiempo para recuperar nuestra mejor seña de identidad: el pacto entre diferentes. El tiempo de poner las prioridades allí donde están las prioridades de los ciudadanos. El tiempo que consolide y aumente nuestro bienestar. El tiempo que destierre la

violencia. El tiempo para volver a ser motor de economía de toda España.

El tiempo de la ilusión que da el tener un proyecto compartido por todos y construido por todos.

No hemos llegado hasta aquí para buscar revanchas ni para pasar facturas a nadie. Al revés, estamos aquí para tender la mano y sumar voluntades para hacer realidad la Euskadi prospera que nos merecemos en el Siglo XXI.

Así que gracias de nuevo por vuestra presencia hoy aquí y sólo me queda daros ánimos y desearos éxito en todas aquellas empresas que llevéis a cabo. Porque vuestro éxito, el éxito de vuestras empresas y negocios, será el éxito de todos los hombres y mujeres de Euskadi. Muchas gracias.

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