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Pleno de Investidura. 5-5-09

PARLAMENTO VASCO

Presidenta anderea, legebiltzarkideok, egun on guztioi

Hona nator, Lehendakari izateko zuen konfiantza eske. Gaur egun handia da guztiontzat. Hiritarren asmo politikoak, demokrazia barruan, gauzatzen direnean beti da egun handia.

Baina gaur berezia da. Askoren ustez ezina zena, gaur egina izango da. Ez da gobernuaren berritze bat bakarrik, euskaldunen heldutasuna erakusten duen aldaketa ere bada. Demokrazia sendoaren heldutasuna da hori.

Gaurko aldaketak gure autogobernua gogortu egingo du. Euskaldunek badakite gobernu bat edo beste bat edukiagatik gure erakundeak gureak direla betirako. Ez dela inor jabe bakarra eta horregatik direla gureak, guztionak betirako.

Gaur zuen konfidantza eskatzen dut elkarren arteko liskarrak alde batera uzteko. Euskaldunen arteko zatiketa baztertzeko, gizartea batzeko.

Euskal hiritarren egiazko arazoak konpontzeko lan egin nahi dut. Batez ere, gaur kaltetuenak direnei laguntzeko.

Euskadi moderno eta indartsua egiteko eskatzen dizuet konfidantza.

Indar desberdinak, eritzi politiko desberdinak, identitateak onartuz, ahaleginak gehituz ereiki nahi dut Euskadi.

Tolerantzia eta balore demokratikoak zaintzen dituen gizartearen partaide izan nahi dut.

Euskadin, aurrera egin dugun bakoitzean, beti egon da desberninen arteko akordioa, alderdi politikoen indarren elkartasuna: hori da gure tradiziorik onena. Eta hori gaur ere, nik eskaintzen dudana.

Nire gobernuak elkarlana bultzatuko du, arazoei aurre egiteko: alderdien artekoa, hiritarren artekoa, baina baita ere erakundeen artekoa.

Posible da demokrata guztiok arazo handien inguruan elkartzea. Eta hori da gizarteak eskatzen diguna.

Poza ematen dit gaur Legebiltzar honetan ez ikustea terrorismoa babesten duen inor. Eta argi esan behar dut: egon behar genuen guztiak gaude hemen. Ez daudenak euren erabakiz daude kanpoan: ez dituztelako demokrazia arauak onartzen. Heriotza eta mehatxu terrorista lagunbide duena ezin da hemen egon.

Comparezco hoy ante esta Cámara, cumpliendo con lo dispuesto en el artículo 33 del Estatuto de Gernika, para solicitar su confianza, no sólo para ser elegido Lehendakari, no sólo para formar un Gobierno y presidirlo, sino para abrir un nuevo tiempo político en Euskadi. Un tiempo para reforzar nuestra democracia y nuestro autogobierno. Un tiempo para avanzar en el proyecto de modernización de este país; de apuesta clara por su desarrollo; de diálogo social para hacer frente a la crisis económica; de combate contra el terrorismo en todos los frentes y de unidad de todas las fuerzas políticas para consolidar la paz y la libertad.

Pido su confianza para unir a la sociedad vasca, para acabar con la confrontación política e institucional y dejar atrás el tiempo de la división y de los bloques enfrentados. Para poner las prioridades de la política allí donde están los problemas y las preocupaciones reales de la gente. Para ocuparnos del presente y del futuro de este país y de su ciudadanía, especialmente de la que pasa dificultades, de la que tiene problemas.

Pido su confianza para gobernar este país y hacer de Euskadi un país mejor, más moderno y más fuerte. A la cabeza de España y de la Unión Europea en desarrollo humano y en bienestar. En definitiva, para liderar un proyecto colectivo que nos una a todos.

Porque con esa confianza me propongo impulsar propuestas y proyectos que sean compartidos por la inmensa mayoría de esta sociedad. Con un Gobierno que supere los viejos discursos separadores de “los nuestros” y “los otros”, para conjugar un “nosotros” que nos integre a todos y a todas.

La Euskadi que quiero liderar es la que suma fuerzas políticas y sociales, la que suma sentimientos de identidad, mundos lingüísticos y culturales, tradiciones y sensibilidades distintas, para construir entre todos un país tolerante, culto, abierto a la modernidad; un país que se distinga por su calidad democrática, por su cohesión (a la vez que por su pluralidad y diversidad); por sus niveles de bienestar y por su capacidad de hacer frente a los desafíos del futuro.

Y es para mí una enorme responsabilidad pero también un enorme orgullo poder hacerlo de la mano del partido más antiguo de este país: del Partido Socialista de Euskadi. Y quiero por ello mostrar hoy mi reconocimiento a aquellos primeros hombres y mujeres que, en medio de una clase obrera marginada y explotada, supieron ponerse en pie con el orgullo de la dignidad callada de los pobres.

Ellos iniciaron una tradición política que ha hecho de los más desfavorecidos, objeto de reivindicación política y social. Una tradición política que hoy se sube a esta tribuna con la legítima pretensión de querer liderar un gobierno para unir al país.

La Socialista Vasca ha sido una propuesta política que ha sabido, no sólo convivir con otras tradiciones de este país, sino que, sobre todo, ha querido y ha conseguido llegar a acuerdos y pactar con otras tradiciones diferentes.

Nunca en Euskadi las propuestas políticas han sido guetos cerrados sin relación unas con otras. Siempre ha habido, en todas las formaciones, personas que han tenido la sensibilidad y el valor de apreciar las propuestas de los otros. Lauaxeta, asesinado por el franquismo, escribió uno de los poemas más contundentes a favor de los mineros vizcaínos “Ene Bizkaiko meatze gorri/zauri zaree mendi ezian” Rojas minas de mi Bizkaia, sois heridas en los verdes montes.

Esa es seguramente nuestra mejor tradición, la que yo quiero reivindicar hoy aquí: la voluntad de convivir, de superar nuestras legítimas diferencias y de llegar a acuerdos entre propuestas políticas diferentes, para representar así mejor al conjunto de la sociedad vasca y construir un país para todos.

La creación de Euskadi como entidad política se debió precisamente a eso: al acuerdo entre las distintas sensibilidades de este país. Euskadi es la expresión política de la unión voluntaria de vascos y vascas que piensan y se sienten de manera diferente. Y por eso todos tenemos la obligación de buscar la forma de progresar juntos respetando los valores democráticos.

Yo propongo una democracia de ciudadanas y ciudadanos libres y soberanos. Que puedan decidir que es lo que quieren ser o hacer. Propongo la Euskadi que permite a las vascas y a los vascos ser libres, porque nadie, ni gobiernos ni instituciones, les imponen su forma excluyente de ver el mundo.

Y por ello, aseguro desde el inicio que no voy a gobernar para una parte, sino que voy a gobernar para el conjunto del país, y lo voy a hacer al frente de un Gobierno fuerte, sólido y estable. Un Gobierno de diálogo, que va a arrancar precisamente tras un ejercicio previo de diálogo con aquellos que han tenido voluntad de acordar con el grupo al que represento.

Una voluntad de diálogo que quiero agradecer expresamente al PP del País Vasco y que ha hecho posible el documento que recoge las ‘bases para el cambio democrático al servicio de la sociedad vasca’ que PS y PP han suscrito.

Un acuerdo, que dará estabilidad al nuevo gobierno, asentado en valores democráticos y en las libertades y los derechos de ciudadanía de los hombres y mujeres de Euskadi; que asume positivamente el principio de igualdad y el pluralismo de la sociedad vasca; que consagra el diálogo y el acuerdo como método esencial para construir este país; y que pone el acento en las necesidades y prioridades de la Euskadi real.

Un acuerdo que habla de un nuevo Gobierno “que deje atrás las políticas de confrontación, de división y enfrentamiento que tensionan a la sociedad, separan a las fuerzas políticas democráticas y generan inseguridad, inestabilidad e incertidumbre”. Porque –y sigo citando literalmente-: “La solución de los grandes problemas de Euskadi requiere de todo lo contrario, de seguridad y estabilidad, de responsabilidad y altura de miras”.

Y habla también de la necesidad de un Gobierno “que una y cohesione al país desde el diálogo y el acuerdo entre diferentes, con políticas que garanticen la igualdad de oportunidades, teniendo en cuenta los derechos universales de ciudadanía”.

Todo ello, estoy convencido, que puede ser suscrito por todos los Grupos de ésta Cámara y espero, por eso mismo, que este acuerdo sea un verdadero anticipo de otros muchos que me propongo impulsar a lo largo de la Legislatura que ahora comenzamos.

Porque el Gobierno que voy a presidir va a liderar la política del “sí”. Sí al diálogo y al entendimiento entre las fuerzas políticas democráticas. Sí a la cooperación entre instituciones. Si al autogobierno y a las potencialidades que encierra para resolver nuestros problemas colectivos. Sí al pluralismo y diversidad de la sociedad vasca. Sí a los derechos de ciudadanía. Si a la unidad de los demócratas para defender las libertades. Sí a la paz y al fin del terrorismo. Sí a Euskadi en una España plural y en una Europa cada vez más unida y cohesionada. Y un sí no menos rotundo a la democracia, a la legalidad democrática.

Por eso mi primera obligación como Lehendakari será trabajar sin descanso por la libertad plena de los ciudadanos y ciudadanas vascas que hoy todavía no son libres a causa de la amenaza terrorista. Mi primer empeño será poner fin al terrorismo de ETA, buscando para ello la máxima colaboración con el Estado y con todas las fuerzas democráticas.

Deseo también dejar constancia, desde el primer momento, de mi fe en el sistema democrático, sustentado en la Constitución y el Estatuto de Autonomía. El sistema que otorga legitimidad a nuestro autogobierno, que fue respaldado por la ciudadanía vasca en las urnas y que hace posible la existencia misma de este Parlamento y de todas nuestras instituciones.

Deseo, por eso mismo, prestigiar y poner en valor nuestras instituciones y reafirmar el papel central que corresponde a este Parlamento en el desarrollo de nuestra vida política.

Y añadiré que aquí estamos todos los que tenemos que estar, porque partimos de la aceptación previa de unas normas de convivencia que son básicas para participar en la vida política y poder, así, representar a la ciudadanía.

Este Parlamento es un fiel reflejo de la sociedad vasca y de su pluralismo interno. Incluye a todos y no margina a nadie, porque respeta y acoge en el debate público todas las expresiones políticas que están presentes en nuestra sociedad: la derecha y la izquierda, el autonomismo, el nacionalismo y el independentismo.

Todas ellas pueden ser defendidas con entera libertad desde el respeto a las reglas de juego del sistema de libertades. Reglas que excluyen, como no puede ser de otra manera, cualquier tipo de apoyo o justificación de la violencia terrorista.

Por eso, únicamente aquéllos que han decidido automarginarse, situarse al otro lado de la legalidad y en su contra, son los que no pueden tener asiento en esta Cámara. Y eso lo entiende la inmensa mayoría de esta sociedad, que está harta de aquellos que se reivindican a sí mismos como una organización política cuando no lo son, porque están sometidos a los dictados de una banda terrorista y han demostrado su incapacidad para romper amarras con ella.

Yo vengo a pedir la confianza de esta Cámara para presidir un gobierno de total lealtad al significado último del Pacto Estatutario. Un Gobierno que, por lo tanto, nunca podrá ser frentista. Todo lo contrario. El gobierno que voy a presidir tendrá siempre la mano tendida y buscará el entendimiento con todos aquellos que estén dispuestos a colaborar en el desarrollo del futuro de la sociedad vasca y de su autogobierno.

Yo ofrezco un proyecto para toda la ciudadanía de este país, desde el convencimiento de que la política es insustituible como instrumento de convivencia. Todos y cada uno de nosotros somos insustituibles en la política vasca. La convivencia necesita de la voluntad de cada uno de nosotros.

Mi Gobierno va a trabajar por una Euskadi de todos, hecha por todos. Un país de ciudadanos y ciudadanas libres e iguales en derechos y obligaciones. Un país que no clasifique a las personas por su procedencia, por sus apellidos, por la lengua que hablan, el partido en que militan o la iglesia a la que acudan.

Quiero que Euskadi esté con los mejores, a la cabeza de las comunidades autónomas y de las regiones del mundo en desarrollo económico, empleo y bienestar.

Me comprometo a defender los intereses de todas las vascas y de todos los vascos, especialmente de los más desfavorecidos.

Creo en la solidaridad, en una sociedad en la que nadie se quede al margen.

Creo en la igualdad, porque es lo que más cohesiona y lo que más une a una sociedad y a un país.

Creo en la necesidad de proteger a los más vulnerables y en la idea de que para lograr esos objetivos son necesarios el Estado y unos servicios públicos de calidad.

Quiero que todos los vascos y las vascas disfruten del bienestar que hoy sólo disfrutan algunos. Quiero que tengan más expectativas vitales, nuevos derechos y mejores prestaciones públicas para tener una mejor oportunidad de desarrollo social y laboral.

Defenderé la transparencia, la austeridad, la participación ciudadana, la pluralidad y la calidad de la información y del debate público. Mi acción de Gobierno estará basada en la verdad. Para mí, en un proyecto de sociedad, no hay más ideal que lo real. La Euskadi real de la que tantas veces me han oído hablar en esta misma tribuna.

ECONOMIA

Pero soy consciente de que acudo a pedir la confianza de esta Cámara en un momento singularmente delicado de nuestra economía.

Muchos hombres y mujeres de este país lo padecen de manera directa porque han perdido su empleo, viven la dificultad de acceso al crédito o tienen problemas para llegar a fin de mes. Ellos y ellas pueden tener la seguridad de que la prioridad de mi Gobierno será paliar está situación de dificultad que atraviesan y que para ello tomaré medidas de forma inmediata.

A pesar de las previsiones de quienes hasta ahora han tenido la responsabilidad de gobernar, hoy sabemos que desgraciadamente el comportamiento de la economía vasca está siendo similar al del resto de la economía española y mundial. Ahora podemos constatar que durante los primeros meses del año en curso, las tasas de crecimiento de nuestra economía son negativas, lo que está teniendo una repercusión inmediata en el empleo, y también en la recaudación fiscal.

La crisis se está dejando sentir ya, y con toda contundencia, en todos los sectores de nuestra economía: primero en la construcción, posteriormente en la industria, en la pesca, en la agricultura y por último en los servicios.

Las fortalezas de nuestra economía, especialmente de nuestro potente sector industrial, y contar con un instrumento poderoso como es el Concierto Económico, han sido buenos amortiguadores a la hora de sentir los efectos de la crisis, pero no son un muro que nos aísle de las turbulencias de la economía mundial.

Ello dibuja un panorama muy complicado para la primera fase de esta nueva Legislatura, especialmente en lo que se refiere al empleo y a la recaudación, como he mencionado antes.

La crisis mundial a la que nos enfrentamos no tiene comparación con otras de épocas anteriores, ni por su dimensión, ni por las características que la explican, ni por la actual complejidad e integración de un entramando socioeconómico mundial sumamente globalizado. Como tampoco tienen comparación las extraordinarias medidas anticrisis que se han activado desde los poderes públicos.

Por ello resulta muy complicado establecer un calendario de salida de la crisis. No sabemos cuándo se va a estabilizar el sistema financiero mundial, ni cuáles van a ser las nuevas condiciones del mismo y, por lo tanto, las repercusiones finales sobre el sistema productivo. Como tampoco sabemos las perspectivas reales del sector inmobiliario, ni cómo va a evolucionar el consumo privado, pieza fundamental para la reactivación del sistema productivo, incluida la inversión.

Esta compleja situación viene marcada además por la integración de nuestra economía en el sistema económico español, europeo y mundial. En estos últimos días el Fondo Monetario Internacional ha descrito un escenario financiero no especialmente optimista, prolongando la recesión a una buena parte del año 2010. El G7, por su parte, adelanta un poco la reactivación, pero en cualquier caso no la prevé hasta bien iniciado el próximo año. Y por último, todos los oráculos económicos fían la salida de la crisis en la recuperación de la economía norteamericana.

En todo caso, el que nos veamos inmersos en esta complicada y globalizada situación económica no significa que no podamos hacer nada. Desde el Gobierno Vasco se pueden hacer muchas cosas y las vamos a hacer.

Lo primero es un diagnóstico claro y realista de nuestra situación, porque como en todos los ámbitos de la vida un buen diagnóstico es clave para adoptar la estrategia y las políticas adecuadas.

De este primer diagnóstico podemos sacar las claves de nuestra actuación en materia económica en los próximos cuatro años.

En primer lugar, es una crisis financiera que está repercutiendo sobre la financiación de empresas y familias. Por tanto hay que actuar para facilitar esta financiación.

En segundo lugar, existe una crisis inmobiliaria que se ha reflejado de forma más cruda en el sector de la construcción. Debemos ser capaces, por lo tanto, desde la iniciativa pública, de fomentar las inversiones en infraestructuras, incluida la vivienda para amortiguar esta caída.

En tercer lugar se está produciendo un estancamiento del consumo. Por lo que resulta necesario activar medidas, tanto directas como a través de políticas de renta, para evitar un desplome de la demanda interna.

En cuarto lugar, consecuencia de las otras tres, se está produciendo un desplome del empleo. En estos momentos el número de parados en las oficinas del INEM supera las 115.00 personas. Y este va a ser uno de los ejes básicos de nuestra actuación, tanto a través de políticas activas como paliativas.

Y en quinto lugar, se están produciendo ya, situaciones personales y familiares derivadas de la pérdida de empleo y de recursos económicos que deben ser atendidas, con urgencia, desde las políticas sociales.

Y todo ello sin desatender la provisión de los servicios públicos que desde el Gobierno Vasco se prestan a los ciudadanos y ciudadanas.

Estas grandes líneas son fundamentales, no solo para paliar las consecuencias de la crisis, sino también para colocar a nuestra comunidad en una situación favorable cuando cambie el ciclo económico, y salir mejor y antes que otros de la fase recesiva.

Pero para ello, todos, Gobierno, oposición, entes locales y forales, sindicatos, organizaciones empresariales y agentes económicos tendremos que arrimar el hombro. Deberemos apoyarnos en la fortaleza de nuestra economía y desarrollar una política económica que contribuya al crecimiento, y en la que, sin duda, los factores de ese crecimiento dependerán del incremento de la productividad y de nuestra competitividad.

Para ello, la política económica de mi Gobierno irá dirigida a reforzar las capacidades de crecimiento de nuestra economía y lo haremos guiándonos por tres principios esenciales: primero, una política fiscal y presupuestaria que contribuya a reanimar la demanda; segundo, una política de promoción económica que refuerce la competitividad de nuestro aparato productivo, y, tercero, un diálogo permanente con los agentes económicos y sociales que involucre a todos los que tenemos responsabilidades en el devenir socioeconómico de nuestra comunidad.

1.- POLÍTICA FISCAL Y PRESUPUESTARIA

Es evidente que de la correcta gestión de los recursos públicos dependerá nuestra capacidad de desarrollar las medidas necesarias para fomentar el desarrollo económico y el mantenimiento y la creación de empleo.

Sobre todo cuando nos encontramos con que en estos primeros meses del año estamos asistiendo a una caída de la recaudación, que se está situando en unas cifras muy inferiores a las calculadas y aprobadas el pasado mes de octubre por el Consejo Vasco de Finanzas Públicas. Estas previsiones de recaudación se basaban en un escenario de evolución de la economía vasca que desgraciadamente no se está cumpliendo y esto hará que previsiblemente cerremos el ejercicio 2009 con déficit, circunstancia que no se producía desde el año 1993.

Pero lo que les puedo adelantar desde ahora es que mi intención es cubrir, ya desde este ejercicio presupuestario de 2009, las necesidades que requieren el momento económico actual, y que esto obligará a emitir endeudamiento.

La apelación al endeudamiento no es un acto irreflexivo, sino que ha sido muy sopesado por nuestra parte en los últimos meses. El actual endeudamiento vivo del Gobierno Vasco equivale al 0,9% del PIB vasco, con lo que el margen de que disponemos es muy alto, por encima de los 3.000 millones de euros sin que el ratio se dispare. En consecuencia, este es el margen que vamos a utilizar para desarrollar las medidas anticrisis sin que se resienta la estabilidad de nuestras cuentas públicas.

En todo caso, estos recursos extraordinarios sólo van a aplicarse a políticas y medidas extraordinarias, básicamente de inversión, sin que en ningún caso cometamos el error de cubrir un gasto de carácter estructural con endeudamiento.

COOPERACIÓN CON OTRAS ADMINISTRACIONES

Además hay que tener muy claro que no vivimos en una isla. La economía vasca se encuentra extraordinariamente interrelacionada. Esta interrelación no es solo a nivel económico, sino lo es en el ámbito administrativo. Por eso uno de los ejes que vamos a fomentar es el de la coordinación y cooperación entre los diferentes ámbitos institucionales, de dentro y de fuera de Euskadi, para así conseguir las sinergias necesarias para desarrollar proyectos estratégicos.

Por poner sólo algunos ejemplos: la Fuente Europea de Neutrones por espalación, la Y ferroviaria, el soterramiento del tren en Vitoria, las estaciones intermodales, el desarrollo del puerto de Bilbao, la regeneración de la bahía de Pasaia o la línea 3 del metro de Bilbao, son proyectos que necesitan y están teniendo la colaboración de diferentes administraciones. Y yo me propongo buscar esa misma complicidad para otros proyectos igual de importantes para este país.

La Euskadi que yo contemplo es un país en red, donde cualquier punto pueda considerarse central, próximo a los demás; una Euskadi abierta al mundo, cohesionada por intereses comunes y animada por idéntico dinamismo y ambición de progreso.

Al logro de estos objetivos estratégicos va a contribuir de manera extraordinaria el TAV, una infraestructura a la que vamos a dar un impulso definitivo en la Legislatura que comienza.

Hemos perdido demasiado tiempo y me propongo recuperar el tiempo perdido y adelantar, todo lo posible, la ejecución de las obras en el tramo guipuzcoano.

Las empresas y los trabajadores que realizan la construcción de esta infraestructura vital para el progreso del país sentirán el aliento y la solidaridad de mi Gobierno y con él, el de la inmensa mayoría de esta sociedad, que contempla atónita cómo la banda terrorista que amenaza la libertad de todos, ha situado al TAV en el centro de sus ataques.

Todos ganamos con la alta velocidad ferroviaria, un proyecto que no solo mejorará los desplazamientos de personas y mercancías entre las tres capitales vascas, acercándonos al resto de España y de Europa, sino que además contribuirá a aliviar el problema ambiental que suponen los miles de camiones que diariamente circulan por nuestras carreteras.

Es una de nuestras prioridades y será atendida como tal. Esta obra es hacer país y nadie lo va a impedir y pondremos todos los medios para que se haga cuanto antes, arropando a empresarios y trabajadores que se están implicando a fondo con el desarrollo de Euskadi.

2. POLÍTICAS DE PROMOCIÓN ECONÓMICA

Pero, además, el desarrollo de todos estos proyectos debe ser compatible, en el medio plazo, con el reto permanente de incrementar la productividad y reforzar el potencial productivo de nuestras empresas.

La industria vasca ha sido, es y debe seguir siendo la columna vertebral de nuestra economía, y por lo tanto, la base fundamental del bienestar de nuestra sociedad.

No podemos dejar, de ninguna manera, que ningún proyecto empresarial viable y con futuro se vaya al traste por problemas de financiación.

Para apoyar a nuestra industria, vamos a incrementar el esfuerzo realizado en I+D+i, racionalizando la extensa red de agentes y centros tecnológicos que hoy trabajan en este campo, dedicando un alto porcentaje de recursos a mejorar e incrementar las tecnologías y productos que dominamos.

Vamos a fomentar y traccionar en las empresas industriales la subida por la escalera tecnológica de productos.

Vamos a apoyar la internacionalización de las empresas industriales, a potenciar las ingenierías actuales y a fomentar nuevos grupos internacionales de consultoría e ingeniería.

Fomentaremos también la creación de grupos industriales, alianzas y fusiones, con núcleo accionarial vasco, y prestaremos atención a los proyectos serios que permitan la creación de nuevas empresas de contenido tecnológico.

Prestaremos una especial atención a la consolidación y desarrollo de nuestro sector energético, por un lado para garantizar el abastecimiento en términos de diversificación, calidad y coste; por otro para fomentar el ahorro y la eficiencia energética; y por último para contribuir a desarrollar el estratégico sector de la energías renovables, sector en el que podemos constituirnos en punta de lanza a nivel mundial.

En materia de capital humano, intensificaremos el esfuerzo presupuestario en educación y reordenaremos la estructura del Gobierno para volver a unificar el Empleo y las Políticas Sociales y ponerlas al servicio del país.

Promoveremos un ambicioso programa que frene la destrucción de empleo y los EREs que estamos conociendo casi a diario. Sostener el empleo que tenemos será uno de los grandes objetivos de mi Gobierno. Desde el primer día tomaremos medidas para favorecer las actividades generadoras de empleo, persistiremos en la promoción del empleo femenino y juvenil, y articularemos políticas para reducir la temporalidad de nuestro mercado laboral.

3. DIÁLOGO PERMANENTE CON LOS AGENTES SOCIALES

Pero insisto, esta es una tarea que no corresponde sólo al Gobierno, sino a todos los agentes económicos y sociales, y sólo puede tener éxito en un entorno de entendimiento, diálogo y colaboración.

Por ello, cumpliré mi compromiso y convocaré de forma inmediata a empresarios y sindicatos a una Mesa de Diálogo Social que busque alcanzar un gran Acuerdo Económico y Social que abarque, desde luego, al mercado de trabajo, pero que incluya también a los asuntos que influyen en la competitividad de nuestro tejido productivo.

Y no puedo dejar de referirme aquí a la huelga general que algunas centrales han convocado para el próximo día 21. Quiero volver a emplazarles a que reconsideren su decisión, a que den una oportunidad al diálogo social en este país y a que traigan sus reivindicaciones y sus propuestas a la mesa de negociación que como digo convocaré de forma inmediata.

Tengo un profundo respeto al derecho a la huelga, pero este es un derecho que debe ejercerse con sentido de la responsabilidad, sobre todo cuando se trata de una Huelga General, que debe ejercerse sólo cuando se agotan los márgenes de diálogo y negociación. Cosa que es obvio que no ha sucedido en este caso.

Mi Gobierno desarrollará y ampliará el Pacto Social que alcanzamos la Legislatura pasada –gracias, en buena medida, al buen trabajo del grupo al que represento-, para que Euskadi siga siendo ejemplar por sus políticas sociales, por su atención a las personas dependientes y por sus políticas de igualdad entre hombres y mujeres.

Debemos afrontar con realismo este periodo de crisis, pero el Gobierno que aspiro a presidir no sacrificará sus políticas sociales ni abdicará de su afán de progreso social.

Que nadie tenga dudas al respecto: si alguien merecerá atención especial de mi gobierno serán quienes carezcan de empleo; serán quienes cobran las pensiones más bajas; serán las personas con alguna discapacidad; serán los trabajadores que han agotado sus prestaciones por desempleo y serán las personas que pasan momentos de dificultad.

No habrá recortes en derechos sociales; al contrario, seguiremos ampliando derechos y políticas sociales en nuestro país.

MEDIDAS DE CHOQUE

Éste es el marco en que se inscribirá la acción económica del Gobierno a lo largo del conjunto de la Legislatura. Pero, de una forma inmediata, mi Gobierno adoptará medidas de choque para hacer frente a la crisis económica:

Iniciaremos conversaciones con el Gobierno central para asumir la transferencia de las Políticas Activas de Empleo.

Crearemos un fondo de ayuda a la promoción del empleo y la formación de los trabajadores.

Adoptaremos medidas para agilizar el acceso de PYMEs y autónomos al crédito de 500 millones de euros suscrito con las sociedades de garantía recíproca Elkargi y Oinarri, y se ampliará el convenio financiero a otras entidades.

Asimismo, adoptaremos un conjunto de medidas concretas para apoyar a dos sectores claves: la automoción y el sector de la construcción.

Se acelerará la licitación de obra pública, se promocionará la rehabilitación de edificios y el aumento de su eficiencia energética y se ampliará el aval público para la adquisición de Vivienda de Protección Oficial.

Se pondrá en marcha, desde los Ayuntamientos, un plan, con un fondo especial, para la recolocación de parados y un refuerzo de la cobertura de desempleo para los trabajadores en situación de mayor necesidad.

Y se facilitará la ampliación del plazo de la hipoteca, sin coste adicional, para las familias en situación de especial dificultad.

Esto no son más que algunas medidas, orientaciones y principios de una política económica y social que se convierte en prioritaria por la gravedad del momento y que, repito, necesita del acuerdo y del consenso para ser más eficaz.

Y espero que todos sepamos estar a la altura de las circunstancias, de lo que demanda la sociedad vasca, para dar un claro ejemplo de unidad frente a los problemas que requieren del empuje de todos nosotros.

CONSTRUIR LA PAZ

Lo mismo que requiere de la unidad de todos, el gran objetivo de país: “construir la paz”, tal y como lo entendía nuestro recordado Fernando Buesa. “Paz que exige renuncia a utilizar la violencia como instrumento para conseguir objetivos políticos. Paz que exige la desaparición de la violencia. Paz que requiere justicia para las víctimas inocentes de tanta barbarie. Paz que necesita reconciliación y oportunidades de reinserción para quienes causaron víctimas y daños. Paz fundada en la libertad de defender cualquier pretensión política por procedimientos exclusivamente democráticos. Paz con generosidad, pero sin precio político”.

Pakea irabazi behar dugu. Euskaldun guztion lana da hori. Pakea askatasunaren eskutik etorriko da. Bata lortzeko bestea bermatu behar dugu. ETAren terrorismoaren eragina sakona izan da gure gizartean. Bihotz bat baino gehiago gogortu du, hiritarrak elkartzen dituen kateak hautsi dira. Hori izan da terrorismoaren garaipen nagusiena: euskal gizarteak terrorismoaren biktimak isolatuak ixtea, gure gizarteko partaidetza ukatuz. Demokraziaren indarra hiritarrak gure erakundeen inguruan biltzea da, terrorismoarena, aldiz, gizartean etsipena zabaltzea.

ETAren arazoa geurea da: euskal gizartearena. Gure esku dago zulo honetatik irtetzea.

Nire gobernuak bere indar guztiak jarriko ditu ETAri aurre egiteko. Bereziki geurea dugun Ertzaintzarekin, eta, baita ere, Espainiako gobernuari eta Frantziakoari laguntza eskatuz.

Baina ez da nahiko hori, beharrezkoa bada ere. Euskaldun bakoitzak egin behar dio aurre indarkeriari. Guztiok esan behar dugu: ETArekin amaitu behar dugu. Horretarako demokraziaren baloreak zabaldu eta sakundu behar ditugu gure gizarteko zirrikitu guztietan. Ziur nago euskaldun gehiengo handiak hori nahi duela.

Ni egunero ETAren aurrean egongo den Lehendakaria izango naiz. Euskal gizarteak aintzindari izango nau terrorismoaren aurkako borrokan.

Desgraciadamente, los vascos hoy seguimos viviendo bajo la amenaza de ETA. ETA sigue pretendiendo matar. ETA sigue creando miedo en demasiados sectores de la sociedad vasca.

La banda terrorista debe perder toda esperanza de alcanzar sus objetivos totalitarios. Nunca va a destruir la Euskadi que hemos puesto en marcha. Pero su amenaza obliga a muchas personas, de muy distinto signo político y de colectivos diversos, a vivir protegidos de la amenaza terrorista.

En Euskadi no sobra nadie dispuesto a defender sus argumentos con las únicas armas de la política: la palabra y el voto. Pero no puede haber sitio para las bombas y las pistolas.

Hoy podemos decir que la tenacidad de la democracia ha llevado a ETA a la posición más débil de su historia, por mucho que todavía tenga capacidad de matar como ha demostrado en el último año con los asesinatos viles y cobardes del empresario Inaxio Uria en Azpeitia, del brigada Luis Conde en Santoña, del agente de la Guardia Civil Juan Manuel Piñuel en Legutiano y de nuestro compañero Isaías Carrasco en Arrasate-Mondragón.

Hoy quiero rendir a todos ellos y a todas las víctimas del terrorismo el homenaje de quien sabe que este país no se construirá nunca sobre el olvido, sino sobre la memoria de todos aquellos que fueron injustamente asesinados, porque todos ellos forman parte de la esencia misma de Euskadi, por representar su diversidad y defender sus valores democráticos.

Estamos más cerca del final de ETA, pero no lo hemos logrado todavía. La organización terrorista ha decidido continuar su brutal historia. Ha desaprovechado las oportunidades que la democracia, sin renunciar ni a uno solo de sus principios ni a una sola de sus reglas, le ha ofrecido, y por lo tanto ETA sólo tiene ya un destino: poner fin a su barbarie criminal definitiva e incondicionalmente.

La voluntad de mi Gobierno es trabajar sin descanso para ver ese final más pronto que tarde y acompañarlo con la necesaria deslegitimación política y social del terrorismo y de los falsos argumentos en que algunos han basado el uso político de la violencia en este país durante años.

Para ello reclamaré el apoyo de todas las fuerzas parlamentarias. Para diseñar una estrategia antiterrorista compartida por todos los grupos de esta Cámara. Podemos hacerlo y debemos a hacerlo.

Tenemos un problema serio en la sociedad vasca porque viven entre nosotros ciudadanos totalitarios que no reconocen los valores del sistema democrático y amparan la violencia terrorista.

El gran triunfo de los terroristas no se basa sólo en los asesinatos cometidos, sino en su intento de petrificar miles de corazones vascos. Joseba Sarrionaindia reivindica con esteticismo frío esa sociedad sin alma: “Harrizko ixiltasuna” lo llama. Una persona mira desde una ventana, en silencio, sin mover un dedo, como se desangra un guardia civil, mientras una nube solitaria cruza el cielo.

Es verdad que no estamos como hace 20 años, cuando la reivindicación del asesinato se hacía de forma masiva y pública por las calles de Euskadi. Mario Onaindia expresaba con frase breve, la tragedia de lo cotidiano: “Vivo en un país donde se reivindica el asesinato” decía. El terror se ha difundido por los más diversos vericuetos de las relaciones sociales en Euskadi, aunque muchas veces ha asumido el ropaje neutro de la indiferencia. El terrorismo ha conseguido tener atemorizados a miles de vascos que esconden su miedo cerrando los ojos ante el dolor ajeno. Y una ciudadanía atemorizada pierde la libertad. Poco a poco vamos avanzando: vamos recuperando trozos de conciencia olvidados, atisbos de piedad retornan lentamente a los corazones de los vascos.

Y en esta labor de re-humanización de la sociedad vasca, las víctimas y su tenaz resistencia al olvido merecen un reconocimiento muy especial. La reivindicación de las víctimas no sólo es una cuestión de deber moral, es también la fuerza que inicia nuestra redención colectiva de los oscuros años de plomo. El escritor Fernando Aramburu nos previene con claridad contra la tentación social de exigir que el futuro se construya ajeno a la responsabilidad del pasado, sin enfrentarse a tiempo con los propios demonios: “Escribí sin odio contra las formas verbales destinadas a propalar el odio, alimento básico del terrorista. Y escribí contra el olvido calculado tras el cual acecha el futuro revisionista, borrador profesional de huellas, el manipulador de datos, el negador venidero de cuanto ocurrió”.

Les aseguro que mi gobierno tendrá muy en cuenta estas palabras y, también, la denuncia callada de las victimas. Soy consciente de que la victoria definitiva frente al terror de ETA requiere un rearme moral de la sociedad vasca. Utilizaremos sin prejuicios todos los medios que en derecho sean posibles para combatir a ETA. Especialmente dotaremos de recursos y, lo que es más importante, de apoyo político a la Ertzaintza para esta labor. Pero va a ser necesario que derrotemos al terror en nuestras propias almas, recuperando la humanidad y el valor de la vida individual.

En esta tarea de hacer frente al terrorismo pido el apoyo de todos ustedes, sin excepción. La lucha contra el terrorismo debe ser una actitud colectiva de las ciudadanas y ciudadanos vascos. Es necesaria la deslegitimación social, en todos los ámbitos, de todas las personas y organizaciones que amparan o justifican el terror. Sé que podemos colaborar. Es algo que la ciudadanía vasca nos exige de forma clamorosa.

Yo voy a presidir un Gobierno que ha sido expresamente amenazado antes de empezar su andadura. Una sociedad democrática no puede tolerar que su gobierno legítimo sea chantajeado por una organización terrorista.

Nuestra fuerza, la fuerza de la democracia, es el apoyo ciudadano. La fuerza del terrorismo es el desistimiento de esos ciudadanos frente al terror. Yo y mi Gobierno manifestamos con orgullo nuestra voluntad de vivir con dignidad, sin dejarse amedrentar. Los Socialistas sabemos que hay cosas por las que merece la pena sufrir, lo mismo que centenares de políticos, empresarios, periodistas, jueces y fiscales, profesores, policías o concejales y ciudadanos vascos que con valor cívico ejemplar se enfrentan a las amenazas, muchas veces, en soledad absoluta. Son un ejemplo de heroísmo ciudadano para los vascos y para todos los demócratas del mundo.

Mi gobierno hará un esfuerzo especial en la labor de socializar los valores democráticos entre los ciudadanos vascos y que desaparezcan de los espacios públicos cualquier atisbo de comprensión y justificación de la violencia y los violentos.

Si queremos que el terrorismo desaparezca no sólo tendremos que detener a terroristas; también deberemos reaccionar ante sus expresiones públicas y conseguir su deslegitimación social, especialmente en los ámbitos de la enseñanza, el asociacionismo y los medios de comunicación. Y les aseguro que este Gobierno hará todo lo posible para conseguirlo.

GARANTIZAR LA LIBERTAD DE TODOS, FOMENTAR LOS VALORES DEMOCRÁTICOS.

Euskal gizartean demokrazia sakontzea planteatzen dut nik. Hiritar bakoitza beste hiritar baten parekoa izatea, aukera berdinak izatea bere etorkizuna ereikitzeko.

Balore demokratikoak adostu behar ditugu guztion artean. Pertsona bakoitzaren askatasuna bermatzeko bide egokiak bilatu. Desberninak izateko eskubidea onartu. Erakunde berdinak onartzeak eta etorkizun amankomunaren partaide izateak egiten gaitu euskal hiritar.

Seguramente el primer compromiso de un gobierno democrático con sus ciudadanos es garantizarles la igualdad y la libertad. Y la libertad es real cuando, en la vida cotidiana, los ciudadanos encuentran opciones diferentes, propuestas contradictorias entre las que realmente pueden elegir. Cuando escoger una opción u otra, entraña riesgos personales, la libertad es mera retórica.

Por ello mi gobierno garantizará por todos los medios democráticos la libertad de las personas. Hará que nadie tenga que pagar un precio, cualquiera que este sea, por ser libre. Por expresar en libertad su propia opinión.

Pero además, y esto nos incumbe a todos, debemos hacer un esfuerzo de reflexión compartida sobre la esencia misma del sistema democrático.

La democracia, además de un sistema de mayorías y de gestión de las voluntades libremente expresadas, es también un conjunto de derechos y de normas legales que ponen límite a la acción de la comunidad o de los gobiernos sobre los individuos o colectivos minoritarios. Porque este entramado de derechos y de normas es lo que, en última instancia, garantiza la libertad de las personas.

Desde hoy les aseguro que a mi Gobierno le gusta la pluralidad, la libertad de elección, la heterogeneidad y que renuncia a proponer desde las instituciones políticas un modelo oficial de qué ser y cómo ser.

Parece sencillo, pero hemos visto como llevarlo a la práctica cuesta, sobre todo cuando no hay costumbre. Ramón Saizarbitoria lo expresa de forma sencilla: “pluraltasuna, berez ona den arren, deserotasunak dakartza, batez ere bokazio hegemonikoa duenarentzat” La pluralidad, siendo en sí misma positiva, trae algunas molestias, sobre todo al que tiene una vocación de hegemonía.

En Euskadi conviven diferentes formas de entender la cultura, la identidad. Y en nuestra sociedad tiene esto mucha más importancia que en otras. Somos así los vascos. Mi gobierno no impedirá a nadie ser como quiera ser o tener la identidad que prefiera tener. No pedirá a nadie que cambie de parecer y no denostará al que no comparta nuestra posición.

Lo que debemos ser capaces de hacer es mirar al “otro” e intentar entender sus razones. Aceptar su derecho a no ser como nosotros Y después buscar la forma, (la forma legal también), para que el “otro” y “yo” podamos convivir sin renunciar cada uno a su elección. Esa es la política que mi Gobierno va a fomentar.

La conclusión es obvia: para que podamos garantizar las diferentes opciones, nadie puede imponer su propia posición al conjunto de los vascos. Los Socialistas renunciamos a imponer al conjunto de la ciudadanía vasca nuestra forma de entender la identidad. Pero mi gobierno garantizará que los Socialistas, los Nacionalistas o los que no sean ni lo uno ni lo otro, puedan reivindicar, para sí mismos, la identidad que prefieran.

SOLIDARIDAD ACTIVA

Lo que nos une a los vascos, lo que nos debiera unir, son las instituciones que nos permiten ser diferentes. El orgullo de poder decir: En mi país puedo ser como me parezca, el sistema constitucional y el autogobierno me lo garantizan.

Pero hay algo más importante aún: la solidaridad interna. Una sociedad, para que sea tal, y no una mera suma de personas individuales, debe garantizar la solidaridad con todos sus miembros. Cada ciudadano debe tener la convicción razonable de que todos compartimos el riesgo en un futuro común. Que más allá de los intereses estrictamente personales, creemos que el progreso común nos beneficia todos. Y que en momentos de crisis, como el actual, debemos todos hacer un esfuerzo por el bien general. Somos ciudadanos vascos porque juntos nos vamos a enfrentar a la crisis, y porque juntos vamos salir de allá. Somos ciudadanos vascos porque cuando vemos que una persona, o un colectivo tienen un problema, en vez de decir ellos tienen un problema, decimos: la sociedad vasca tiene un problema y lo tenemos que solucionar entre todos. La solidaridad activa es el cemento que une a los individuos en una misma sociedad. Cuando un vasco tiene un problema tenemos un problema colectivo y, cuando un vasco perjudica, nos perjudica a todos.

REFORZAR LA CONVIVENCIA Y EL AUTOGOBIERNO

También estamos ante el reto de dar un nuevo impulso a nuestro marco de convivencia. Y por eso me comprometo a trabajar para recuperar el espíritu de pacto que trajo a este país el Estatuto de Autonomía.

Trabajaré desde el primer día de mi mandato para revitalizar el Estatuto de Gernika. Y, para ello, lo primero que haré será ponerlo en valor y defenderlo, con claridad y sin reservas mentales. Consciente, además, de que ésta es la primera obligación de un Lehendakari: defender lo que constituye la máxima expresión de nuestra legalidad democrática, ratificada por la ciudadanía vasca en las urnas.

Cumpliré a rajatabla esta obligación. Gobernaré con el Estatuto en la mano, para avanzar en libertad, en seguridad, en derechos de ciudadanía y en el progreso económico y social de los hombres y mujeres que viven y trabajan en Euskadi.

Ese es el marco que nos ha permitido vivir el mayor período de autogobierno de toda nuestra historia contemporánea. Nos ha dotado de instituciones propias. Ha ido poniendo en manos de este país los medios indispensables para abordar con eficacia nuestros principales problemas políticos, económicos, sociales y culturales.

Pero, además, el Estatuto ha sido, y sigue siendo, el punto de encuentro necesario que requiere el especial pluralismo de Euskadi: el elemento indispensable de vertebración y de convivencia democrática y generador de un consenso básico sin precedentes hasta la fecha.

Y por eso yo quiero reafirmar su valor como marco de convivencia democrática. Porque en el Estatuto cabemos todos. Eso es lo que le diferencia de otras aventuras que dividen y enfrentan al país.

Y tengo la ambición y el propósito de dar un impulso al desarrollo del Estatuto, hasta su plena culminación.

- Primero, potenciando su dimensión social. Utilizando todas sus competencias y recursos para poner en marcha más y mejores políticas sociales, de bienestar y de cohesión y articulación del país. Desarrollando en su vertiente interna todas aquellas competencias asumidas que aún hemos sido incapaces de desarrollar durante demasiados años y que mi Gobierno traducirá en leyes. Hay dos que, por su impacto social, no pueden esperar: y son la Ley Municipal y la de Vivienda.

- En segundo lugar, abriendo una negociación seria con el Gobierno de España, para asumir las transferencias pendientes, empezando como ya les he avanzado con las Políticas Activas de Empleo.

- Y en tercer lugar, poniendo en marcha un proceso de reflexión con todas las fuerzas parlamentarias sobre su futuro con voluntad de reforzar el marco de autogobierno, y nunca de abandonarlo; desde el consenso de todos, y no desde la imposición unilateral; Y con arreglo a la legalidad democrática vigente, y no al margen o en contra de la legalidad.

Como Lehendakari, defenderé en todo momento los intereses de Euskadi ante la Administración del Estado. Y lo haré con vigor y con decisión. Sin miedo a discrepar cuando sea necesario. Pero poniendo siempre la voluntad de acuerdo por encima de cualquier enfrentamiento artificial de carácter coyuntural.

Yo no tengo intención de vender frustraciones a este país como si fueran trofeos políticos. Yo no convertiré cualquier desacuerdo que pueda tener con el Gobierno de España en motivo de orgullo ideológico, sino en acicate para negociar mejor. No hay motivo doctrinario alguno que me impulse a llevarme mal con el Gobierno de España y sí muchos motivos prácticos para encontrar más motivos de cooperación que de disenso.

Quiero ganar el futuro y hacerlo con todos.

INVERTIR EN TALENTO Y CONOCIMIENTO

Aspaldiko esaldia da “Txikiak handia bentzi leidi, asmoz eta jakitez”. Hiritarrak ezagutzan ondo jantziak izatea eta aurrera egiteko borondatea dira progresoaren oinarriak. Esaldi horrek aspaldiko egia esaten digu, baina gaur oraindik egia handiagoa da. Gizarte modernoan aurrera egin ahal izateko ezinbestekoa da hiritarrak ondo prestatuak izatea.

Oraintsu Josu Jon Imazek gogoratzen zigun Finlandiaren kasua. Krisialdi larrian, gizarte txikia izanik ikerketa eta hezkuntzaren alde egin zuen apostua.

Nire gobernuak ere ez du zalantzarik izango: ikerketa eta hezkuntza maila hobetzea izango da helburu nagusia. Gaur krisialditik irten behar dugu, baina baita ere, gaur hasi behar dugu biharko hiritarrak eta progresua prestatzen.

Y el primero de los recursos disponibles para ganar el futuro es el aprovechamiento del talento personal y el atesoramiento de nuestro capital humano. En la sociedad del conocimiento nada es más estratégico que contar con un sistema educativo de primer nivel.

Euskadi debe mucho a sus escuelas, a sus educadores, a sus universidades y a sus científicos. Contamos con un buen sistema educativo: el que tuvo su origen en el Pacto Escolar de 1992, suscrito cuando un Socialista, de nuevo Fernando Buesa, dirigía desde el Gobierno la Educación Vasca.

Pero han pasado los años y hoy nuestro Sistema Educativo requiere de una reflexión estratégica entre todos los sectores que lo conforman, el público y también el privado. Nuestro Sistema Educativo requiere sobre todo de pactos, de acuerdos. Precisa modernizarse para adaptarse a las necesidades actuales y también previsiones para el futuro.

Mi Gobierno hará de la Educación un ámbito especialmente beligerante en defensa de la democracia, de combate a los presupuestos ideológicos del totalitarismo y de deslegitimación ética, social y política de la violencia y el terrorismo en cualquiera de sus formas.

Reorganizaremos la enseñanza no universitaria con el objetivo de alcanzar un nuevo pacto escolar para que todos los centros sostenidos con fondos públicos puedan trabajar en un horizonte de seguridad y de garantía de futuro para sus proyectos.

La Escuela Pública será el referente fundamental de la actuación de mi gobierno. Invertiremos en la modernización y ampliación de los centros y en la creación de otros nuevos allá donde sean necesarios.

El objetivo de la educación básica es alcanzar un bilingüismo integrador, para lo que se fomentará la utilización vehicular de las dos lenguas oficiales, su conocimiento y su uso, siempre contando con el criterio de las familias y de los profesionales docentes.

En este sentido, mi Gobierno derogará de inmediato aquellos artículos que, relativos a las lenguas, se contienen en los distintos decretos que establecen el currículo de la educación básica, el de infantil y el de bachillerato, por no respetar la propia Ley de la Escuela Pública y por haber surgido fuera de los consensos necesarios para hacer avanzar la política lingüística.

En el ámbito de la educación superior, la sociedad espera que la universidad pública sea una universidad de excelencia para que cumpla adecuadamente su misión de producir y transferir conocimiento, a la vez que forma a los nuevos cuadros y líderes sociales y empresariales. Todo ello como parte de un compromiso social que incluye el impulso de la fortaleza moral e intelectual de nuestra sociedad.

Las distintas clasificaciones universitarias, tanto nacionales como internacionales, indican la necesidad de que la UPV/EHU mejore sus resultados, aunque también es cierto que en determinadas áreas su posición es relevante y que el impacto de sus investigaciones ha crecido durante los últimos años.

En este sentido, medidas adoptadas en los últimos años como el Plan Universitario y la creación de Ikerbasque son avances, pero insuficientes, para recuperar el tiempo perdido en el fortalecimiento de la I+D universitaria y en el tratamiento progresivo del relevo generacional. Basta constatar que la investigación universitaria vasca únicamente ha ejecutado poco más del 15% del gasto total de Euskadi en I+D+i.

Por eso, mi gobierno apoyará de forma continuada la actualización y mejora de las infraestructuras científicas, así como la formación y contratación de jóvenes investigadores y el incremento del Personal de Administración y Servicios, especialmente para el apoyo a los grupos de investigación.

Entre estos retos, no es de menor importancia llevar a buen puerto en nuestro sistema universitario la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior, a la vez que se reordena la oferta de titulaciones para hacerla más atractiva y útil para los estudiantes y para la sociedad y se avanza significativamente en la oferta de áreas de conocimiento en inglés.

Estas medidas afectan a todas las universidades de nuestro sistema de enseñanza superior. Todas ellas contribuyen al desarrollo de Euskadi según su tamaño y oferta y con todas se establecerán contratos-programa para financiar líneas de trabajo de interés, sin olvidar la subvención a la UNED como universidad pública que atiende a estudiantes vascos.

I+D+i

La actual crisis económica está poniendo de manifiesto la necesidad de intensificar la apuesta por la I+D+i para aumentar la productividad de las empresas y lograr nuevos productos con un mayor valor añadido.

Esa promoción de la innovación ha de estar ligada a una mejor gestión y ejecución de la I+D, a un sistema universitario fuerte y de calidad, a una red de organismos públicos y centros privados de investigación y a un entorno social más proclive a la actividad científica, a la innovación y al espíritu emprendedor.

Por eso, y a pesar de la actual crisis económica, impulsaremos la inversión en I+D+i con la meta de alcanzar el 2,5% del PIB en 2012, potenciaremos la interrelación de la investigación vasca con las principales líneas estatales de actuación en I+D y de los Programas Marco europeos, buscaremos el apoyo estatal para proyectos de dimensión europea, perfeccionaremos la concreción de la transferencia en investigación y optimizaremos, de acuerdo con el sector, la Red vasca de parques tecnológicos.

Ésta es mi idea de Euskadi: un país volcado en la educación de los jóvenes, volcado en la investigación y abierto a la innovación.

SANIDAD

El objetivo de nuestra política sanitaria va a ser contribuir a la cohesión social y al desarrollo de Euskadi. Vamos a reforzar todas aquellas políticas dirigidas a conseguir la mejor asistencia universalizada, gratuita y de calidad.

Y no vemos otra manera de hacer efectiva esta política que colocar al ciudadano, sus derechos, necesidades y expectativas, en el centro del sistema sanitario vasco. Y, por ello, vamos a desarrollar y ampliar los instrumentos legales y de gestión necesarios para garantizar el ejercicio de estos derechos y deberes, tanto los que tienen que ver con sus derechos individuales (dignidad, privacidad y autonomía) como aquellos más instrumentales del derecho a la asistencia sanitaria (tiempos de espera y capacidad de elección).

Es importante también reconocer la significativa contribución que la salud realiza a la sociedad. Porque no sólo contribuye de manera obvia al bienestar de las personas, sino que constituye uno de los aspectos que añade más valor a las economías modernas.

Por ello este gobierno apostará por la inversión en la salud como una apuesta estratégica que, mejorando la salud de las personas, desarrolle al mismo tiempo la economía, la innovación, el desarrollo y la nueva sociedad del conocimiento. Y lo haremos buscando la mayor eficiencia en el gasto, y el mayor retorno social del importante volumen de recursos económicos públicos que la sanidad representa en Euskadi.

Nuestro compromiso será por la austeridad en la gestión pública de la sanidad, la profesionalidad y el rigor, sin partidismos, en la gestión de estos recursos y la transparencia respecto de los resultados alcanzados por cada una de las unidades y servicios que conforman el servicio público de salud vasco.

Tenemos muy claro que Osakidetza, como la mayor organización pública del País Vasco tanto en presupuesto como en número de trabajadores, necesita de sus magníficos profesionales para lograr los ambiciosos objetivos que nos proponemos para estos próximos años. Queremos hacer de Osakidetza de nuevo un referente en España y Europa de servicio público innovador, eficiente y vinculado a la sociedad a la que debe servir. Y para ello necesitamos un nuevo modelo de relación y compromiso con todos sus profesionales.

Por eso vamos a propiciar un modelo de gestión y liderazgo con los profesionales y no sobre ellos, abriendo espacios de escucha, de participación y de colaboración nuevos. Primaremos el compromiso de los profesionales con el servicio público, su desarrollo profesional, la mejora de competencias y el logro de resultados, y mecanismos retributivos acordes a dichos logros, de manera equitativa, rigurosa y abierta a todos los profesionales y trabajadores.

Queremos una asistencia sanitaria que llegue por igual a todos los territorios de Euskadi y a todos los grupos sociales. Vigilaremos la equidad en el acceso a los servicios de salud, con especial preferencia a las necesidades de los grupos con más necesidad o más vulnerables. En este sentido reforzaremos las dotaciones sanitarias en aquellos ámbitos y territorios hoy menos favorecidos. Para ello, realizaremos un nuevo mapa de recursos sanitarios del País Vasco que detecte las deficiencias existentes tanto respecto de nuevos servicios necesarios como de obsolescencia de los existentes. En particular proponemos mejorar la oferta hospitalaria y de media y larga estancia allí donde hoy es de difícil acceso o resulta deficitaria y acometer las inversiones tan retrasadas en nuevos centros de atención primaria. Resulta imprescindible al mismo tiempo priorizar la inversión en nuevas tecnologías para lograr una sanidad más acorde con la nueva sociedad de la información y el conocimiento. Desarrollaremos aquellos servicios de información y telemáticos que permitan a los ciudadanos un mejor y más seguro acceso a la información que necesitan para cuidar su salud así como para acceder y comunicarse con los servicios de salud, y a los profesionales de la salud ejercer de manera cómoda y eficiente su trabajo.

La sanidad es un área muy dinámica y los retos son continuos, como nos lo recuerda la nueva gripe de estos días. Vamos a seguir una política de total transparencia con la población, reforzando los sistemas de vigilancia, la disponibilidad de medicamentos ante posibles agudizaciones de estos brotes y apoyando el desarrollo de las vacunas necesarias. Para reforzar nuestros sistemas abriremos un centro colaborador de la OMS en el País Vasco.

Este Gobierno actuará con realismo, pero también con ambición. Con realismo para reconocer que, en lo económico, vivimos tiempos difíciles que obligan a ser rigurosos con los recursos públicos, introduciendo mejoras de gestión que, entre otras cosas, permitan ahorrar allí donde es posible ahorrar, como en el gasto farmacéutico; racionalizando los conciertos con entidades privadas; y optimizando los recursos sanitarios propios, mediante la adecuada coordinación entre la asistencia primaria y hospitalaria.

Pero, además de realismo, necesitamos ambición, porque se puede hacer mucho más. De ahí nuestro compromiso con la sanidad pública de garantizar su suficiencia económica, asignándole una dotación presupuestaria estable y progresivamente creciente, de forma que, al final de la Legislatura, el gasto sanitario experimente un aumento de un punto en relación con nuestro PIB.

VIVIENDA

El derecho a una vivienda digna en Euskadi no está garantizado. Más de 82.000 ciudadanos necesitan acceder a una primera vivienda y más de 63.000 quieren cambiarse a otra que responda a sus necesidades y no pueden hacerlo. Además, el mercado de alquiler es escaso y caro.

En lo que a Vivienda se refiere, podemos decir que no hemos aprovechado los años de bonanza económica y disponibilidad presupuestaria para incrementar en la medida necesaria la producción global de viviendas de protección pública y la producción adecuada de las diversas tipologías de las mismas.

Desde el punto de vista Legislativo, dos de las tres Leyes clave para solucionar el problema de la vivienda siguen pendientes: la Ley de Vivienda y la Ley Municipal.

Tenemos por tanto tarea pendiente. Es una exigencia, que asumo con decisión, aunar los intereses de los promotores y constructores en reactivar el sector inmobiliario con los intereses de miles de ciudadanos que quieren, sencillamente, disfrutar de un hogar, bien sea en propiedad o en alquiler.

Construir vivienda protegida, alquiler y rehabilitación serán las tres líneas para conjugar ambos intereses. Reitero mi compromiso de fomentar la construcción de 40.000 viviendas protegidas, 16.000 en alquiler. Y fomentaremos la rehabilitación de casas, edificios y barrios, que genera empleo y es respetuosa con el medio ambiente.

IGUALDAD

Eliminar la discriminación en todos los ámbitos y por todos los motivos será una constante de mi gobierno. No podemos tolerar y no vamos a tolerar que las mujeres queden un peldaño por debajo de los hombres en ningún ámbito de la vida: ni en el trabajo, ni en la política, ni en el ocio, ni en la familia; en ninguno.

Por eso, la lucha contra esa otra forma de terrorismo que es la violencia de género, el apoyo al empleo femenino, las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar, el apoyo a la corresponsabilidad en las cargas familiares y la promoción de las mujeres en todos los ámbitos de la vida social y política serán objetivos prioritarios en los próximos años.

Y como primera medida, puedo anunciarles la creación, dentro del Departamento de Interior, de una dirección general para la lucha contra la violencia de género.

Vamos a combatir también la más irritante de las discriminaciones laborales: la salarial. Ninguna mujer cobrará un solo euro menos que un hombre por hacer el mismo trabajo.

Vamos a apoyar, más si cabe en este momento de crisis, el empleo femenino, especialmente para las mujeres en la madurez, a partir de los 45 años.

No puedo dejar de mencionar aquí el desarrollo pleno de la Ley de Dependencia que, impulsada por el Gobierno socialista, pretende paliar las graves situaciones derivadas de la dependencia personal. Se ha avanzado un camino, pero la Legislatura que comienza tiene que ser la del desarrollo pleno de la aplicación de la Ley, actuando de forma coordinada Gobierno y Diputaciones.

Mi Gobierno afrontará también el problema demográfico que tenemos, con una población de las más envejecidas de Europa y necesitada de recuperar cuotas de juventud. Para ello impulsaremos un ambicioso plan de crecimiento demográfico con medidas de apoyo a las familias, a las mujeres que quieran convertirse en madres sin renunciar a su carrera profesional y con políticas para la emancipación de los jóvenes.

Es decir, un paquete importante y numeroso de medidas que faciliten la vida de las personas desde la protección a la familia plural como pilar elemental e imprescindible del estado del bienestar.

DIVERSIDAD E INTEGRACIÓN

Uno de los valores que caracteriza a la sociedad vasca actual es su diversidad, que afecta a los modos de vida y a los modelos de convivencia, y también a la construcción de la identidad colectiva.

Hoy ya no se entiende qué es ser vasco sin las personas emigrantes, como hace años no se entendía sin los inmigrantes interiores de España, o sin las colectividades vascas en el exterior, porque, lo queramos o no, el “ser vasco” no se contiene en una fórmula química, o en una definición étnica o en un grupo sanguíneo.

Queremos ser vascos sobre una cultura e identidad “recreada” entre todos, porque creemos en una Euskadi multicolor más que en una gris, o en blanco y negro. Esto tiene su correlato en términos de ciudadanía y, por tanto, en conjunción de derechos y deberes y en trato igualitario de todas las personas que hoy componemos Euskadi.

En el proceso de incorporación de personas emigrantes a nuestra sociedad debemos aprovechar los beneficios que aportan, gestionando adecuadamente los procesos de integración sociocultural, que abarcan no sólo a las Administraciones sino también a la sociedad en su conjunto, ofreciendo soluciones eficaces a los retos que la inmigración plantea en Euskadi, donde apostamos por escenarios de cohesión social, participación y gestión de la convivencia.

POLÍTICA LINGUÍSTICA

Euskal gizartean bi hizkuntza daude. Biak bereak eta biak ofizialak. Nire gobernuak ez du inor baztertu nahi, are gutxiago euskal hiztuna. Badakigu milaka hiritarrek egiten duten ahalegina euskara ikasten. Euskara ikasten dute ikasi nahi dutelako, erabili nahi dutelako.

Nire gobernuaren laguntza izango dute bideak errazteko, laguntza emateko. Baina bermatu behar dugu batzuren guraria besteen askatasuna ez mozteko. Gizarte batek bi hizkuntza izateak aberastasuna dakar, baina ahalegin bereziak eskatzen ditu. Era bateko edo besteko hiztunek egin beharreko ahaleginak, elkarren errespetuz.

Nuestra diversidad es también lingüística. En Euskadi conviven dos lenguas, el euskera y el castellano, y el objetivo de mi Gobierno será reforzar esta convivencia, evitando que se creen guetos o comunidades separadas por los idiomas.

Soy consciente de la riqueza y el extraordinario potencial comunicativo que supone para Euskadi poseer dos lenguas y por eso mi Gobierno llevará a cabo una política lingüística de cohesión y convivencia, alejada de cualquier tipo de confrontación, que siga las directrices fijadas por el Consejo Asesor del Euskera.

En este sentido, les anuncio mi propósito de ampliar, mediante una modificación normativa, las funciones del Consejo Asesor del Euskera, para que pueda ser también un verdadero órgano de Encuentro Lingüístico, que oriente adecuadamente las relaciones entre el euskera y el castellano, avance propuestas para su mejora y rinda cuentas periódicamente a este Parlamento de los resultados de sus trabajos.

Me he comprometido, y cumpliré mi palabra, a mantener la financiación pública de las actividades realizadas en euskera, con el compromiso explícito de no reducir su dotación económica, porque entiendo que la cultura hecha en esta lengua merece una atención constante y un trato especial. Todo ello, sin menoscabo del apoyo a la cultura vasca que se expresa en castellano porque el compromiso con la cultura vasca es con toda ella, se exprese en el idioma que se exprese.

Me propongo además alcanzar un amplio consenso con todos los grupos para llevar a cabo reformas en la radiotelevisión pública en orden a hacer de EiTB un servicio público plural y de calidad, y de convertir a ETB 1 en instrumento útil y eficaz de desarrollo de una cultura en euskera moderna y plural.

Una política lingüística integradora es un instrumento básico para la puesta en marcha del Plan Estratégico de Acción Cultural en el País Vasco. Un Plan que quiero sustentar en el diálogo. Diálogo en una doble dirección: entre el Gobierno y los agentes de la cultura, en primer lugar; y diálogo también en el seno del propio mundo de la cultura vasca, especialmente necesitada de órganos y espacios de encuentro.

Y les anuncio también que mi Gobierno empezará a trabajar desde el primer día en la preparación de un Congreso Vasco de la Cultura que acoja a representantes culturales de los dos ámbitos lingüísticos de Euskadi, para reflexionar abiertamente sobre los contenidos de una verdadera política cultural para la Euskadi del siglo XXI.

Nuestro objetivo será promover una cultura abierta, democrática y de calidad, que posibilite l expresión de la pluralidad de la sociedad vasca, de sus agentes, creadores y grupos de interés. Sin dirigismos ni exclusiones por razones políticas, estéticas o de pensamiento. La política cultural debe garantizar la libertad de creación y la igualdad de oportunidades para todos los creadores de este país.

También quiero proponer a todos los ciudadanos, a las Administraciones y a todas las instituciones un compromiso activo en apoyo de la candidatura de Donostia-San Sebastián como Capital Europea de la Cultura 2016, y, más en general, en la defensa y difusión de nuestra mayor riqueza: nuestra cultura y nuestras lenguas.

ADMINISTRACIONES PÚBLICAS

Un requisito esencial de nuestro bienestar es la eficacia de nuestras Administraciones, el buen funcionamiento de nuestros servicios públicos.

Estoy decidido a introducir reformas para mejorar el funcionamiento de la administración vasca, también de la Justicia, y adecuar sus estructuras a las nuevas realidades.

Es necesario abordar sin dilación la delicadísima situación financiera de las entidades locales y su necesaria reforma.

En la anterior Legislatura los desacuerdos entre instituciones hicieron imposible el esfuerzo de mejora de la financiación de los municipios, pero es evidente que la situación financiera local requiere una reforma que permita una financiación suficiente para los servicios que asumen los municipios y que permita también que, mediante su integración en los grandes planes del Gobierno, esos servicios garanticen su capacidad de atender a todos los ciudadanos y la mejora constante de su calidad.

Mi propósito es traer a esta Cámara lo antes posible la Ley Municipal. Una ley que quiero pactar con el resto de los grupos y también con Eudel. El municipalismo será una de las señas de identidad de mi gobierno porque el papel de los Ayuntamientos es decisivo en el empleo, la protección social y la integración de las personas inmigrantes.

Por ello les anuncio que es mi intención que una de las primeras reuniones que mantendré en Ajuria Enea como Lehendakari sea con la ejecutiva de la Asociación de Municipios Vascos, Eudel.

Pienso en las ciudades, pero no me olvido de las necesidades del campo y de los pueblos pesqueros. Mi Gobierno comenzará su andadura dando voz al sector y para ello crearemos unos consejos consultivos que lo sean de verdad, estableciendo con ellos un calendario de reuniones periódicas.

Trabajaremos por un sector primario con voz y representación propia, no tutelado ni sometido a la Administración, que no dependa de criterios clientelares a la hora de recibir ayudas públicas. Los municipios rurales y costeros serán atendidos de forma integral para garantizar así un desarrollo sostenible desde el punto de vista económico y medio ambiental, sin perder al mismo tiempo su patrimonio histórico y su tradición bien rural, bien pesquera.

HACIA UN PROGRESO SOSTENIBLE

Estamos en un momento en el que resulta prioritario adecuar nuestro modelo de crecimiento económico y de bienestar social a los retos que representa la sosteniblidad del Medio Ambiente.

Quiero, por lo tanto, comprometerme, desde ahora mismo, a emprender una senda de respeto y liderazgo en el cumplimiento de todos aquellos Acuerdos Internacionales que han establecido instrumentos y medidas razonables para combatir el cambio climático.

Quiero comprometerme, desde ahora mismo, no sólo a secundar con nuestro esfuerzo las Disposiciones ambientales de la Unión Europea y de la Administración General del Estado sino a imprimir un sello de calidad a nuestra propia gestión bajo un lema, Eco-Euskadi, que aspira a convertirse en un referente en este ámbito.

El compromiso de mi gobierno contra el cambio climático es contundente. Siguiendo la máxima de “piensa global, actúa local”, hacemos nuestras las conclusiones del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, y nos comprometemos con las políticas especificas para el cumplimiento de los objetivos europeos en el triple objetivo de 1) reducir para el año 2020 en un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero 2) conseguir que al menos el 20% de la energía tenga su origen en fuentes renovables, y 3) auspiciar la eficiencia energética como criterio imprescindible tanto en el tejido industrial como en las áreas residenciales y de servicios.

En esta línea, me propongo alcanzar convenios con el conjunto del tejido industrial vasco para la implantación de planes ambientales de mejora energética, impulsando el desarrollo de cuantas medidas de optimización sean precisas, con activa participación en la Comisión de Prevención y Reparación de daños medioambientales, para mejorar la aplicación de medidas preventivas de daño ambiental, fortaleciendo la responsabilidad ambiental de las actividades económicas y productivas.

Me comprometo a que el Plan Vasco de Lucha contra el cambio climático pase de ser una mera declaración de intenciones, a ser definitivamente una realidad. Para ello, y teniendo en cuenta el carácter “transversal” de la política medioambiental, impulsaremos el desarrollo pluridepartamental de las políticas que sean necesario implementar, para consolidar avances y poner en práctica las medidas que se acuerden en la lucha contra el cambio climático.

En esta línea dejo constancia de mi compromiso en elaborar durante esta legislatura, una Ley contra el Cambio Climático, para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con competencias y atribución de medios necesarios a los Ayuntamientos para hacer recortes drásticos en la emisiones a nivel local.

Lideraremos un modelo de desarrollo sostenible, con el firme propósito de que Euskadi ocupe una posición puntera en el campo de la investigación y la innovación del nuevo desarrollo de tecnología de baja emisión de carbono, y el uso del hidrógeno como recurso energético básico, impulsando la generalización del uso de las energías renovables, en un proceso de evolución tecnológica para el crecimiento económico con nuevos recursos energéticos.

Aprovecharemos la oportunidad que la lucha contra el cambio climático nos ofrece, para nuestra recuperación económica mediante la creación de empleos en tecnologías de energía verde.

De la misma manera, y al objeto de atajar el problema del impacto ambiental del transporte, en la lucha contra el cambio climático, para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, me comprometo a elaborar durante esta legislatura, una Ley de Movilidad Sostenible, que impulse el transporte colectivo y el no motorizado, y que sirva de marco general de aplicación en las políticas de transporte de todas las Administraciones Públicas.

Para lograr estos objetivos, todas las puertas estarán siempre abiertas a todos los sectores implicados, y fundamentalmente a las Diputaciones Forales y a todos los Ayuntamientos de Euskadi, para la definición de criterios y trabajo conjuntos, con el objetivo general de que Euskadi sea modelo de desarrollo humano y gestión económica, medioambientalmente sostenible.

CONCLUSIÓN

Concluyo aquí la exposición de los ejes fundamentales de mi programa de Gobierno; pero esta exposición no resultaría completa si no reiterase, una vez más, algo que ya he mencionado a lo largo de mi intervención y no me cansaré de repetir.

Inicio mi acción de Gobierno con la mano tendida a todos los grupos presentes en esta Cámara y una firme voluntad de diálogo y de consenso.

Esta voluntad de acuerdo, de consenso, de pacto, tiene también interlocutores fuera de este Parlamento, en los agentes sociales y en los diferentes colectivos de la sociedad vasca.

Pero mi oferta de consenso se refiere, con particular énfasis, al partido que hasta ahora ha tenido responsabilidades de gobierno y que será principal partido de la oposición en la Legislatura que comienza.

Culminar con éxito nuestros retos colectivos es una misión que corresponde, en primer lugar, al Gobierno y mi Gobierno sabrá estar a la altura de las circunstancias; pero es muy deseable que el principal partido de la oposición actúe con responsabilidad y contribuya al logro de los grandes retos colectivos de la sociedad vasca.

Decía al empezar que iniciamos hoy una nueva etapa. Pero es una nueva etapa que hunde sus raíces en el pasado que hemos compartido. Confío por ello en ser un digno heredero de los lehendakaris que me han precedido: Aguirre, Leizaola, Rubial, Garaikoetxea, Ardanza e Ibarretxe. A todos les debemos mucho. Especialmente a los que pertenecen a esa generación que conoció los años oscuros de la dictadura y que, en la oscuridad, supo soñar lo que hoy somos.

Acabo con una referencia personal. Yo soy un ciudadano de Portugalete que nunca había soñado con el honor de una responsabilidad tan relevante como para la que hoy solicito la confianza de esta Cámara.

Soy hijo y nieto de trabajadores. Mi padre, Eduardo López Albizu, al que todos llamaban ‘Lalo’, trabajó como ajustador en los astilleros de La Naval, en Sestao. Mi abuelo paterno, Emilio, casi se dejó la vista en “la colada” de Altos Hornos de Vizcaya. Mi otro abuelo, Antonio fue jefe de máquinas de un mercante que hacía la línea del Río de la Plata en los años cuarenta y cincuenta.

El ejemplo y el compromiso político de mi familia, su lucha por la libertad, por la democracia y por los derechos de los trabajadores -una lucha por la que mis padres conocieron el destierro y las cárceles franquistas- me ha traído hasta aquí.

Para mí la razón de ser de la política es mejorar las condiciones de vida de las personas y trabajar por los valores de libertad, solidaridad y justicia.

A ello voy a dedicarme como Lehendakari del Gobierno de Euskadi en los próximos años y para ello solicito la confianza de esta Cámara.

Hau da eskaintzen dudana. Baina baita ere herritarrei eskatzen diedana ere. Elkarren arteko errespetua, desberdintasunak onartzea, akordioak bilatzeko ahalegina egitea, euskal gizartea batzea, gure erakunde demokratikoak defendatzea.

Eta oraingo egoeran ahalegin gogorra egin behar dugu krisialdetik irtetzeko, indarrak batuz. Ni beti egongo naiz elkarlanerako prest.

Hona hemen gobernu berriaren eskua, zabala, lankidetza eskaini eta eskatzen duena.

Ez dut nik inoiz gordeko.

Eskerrik asko.

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