Ponencia Política del VI Congreso del PSE-EE
RESOLUCIÓN POLÍTICA
VI CONGRESO PSE-EE
Celebramos nuestro VI Congreso en el mejor momento que ha tenido el socialismo vasco en toda su historia, tras nuestro acceso al Gobierno Vasco después de las elecciones del pasado 1 de marzo. Este hecho debe ser un acicate y una oportunidad para ampliar nuestras áreas de influencia
En Euskadi hay un Gobierno y un Lehendakari socialistas, porque a lo largo de estos años hemos sido capaces de conectar con la sociedad y ofrecer respuestas a los problemas y preocupaciones que tiene la ciudadanía vasca.
No es casualidad que el cambio se haya producido en Euskadi al final de esta década en la que el soberanismo ha provocado un clima de tensión y crispación en la ciudadanía, con un constante desafío nacionalista al Estado.
Además, la sociedad ha cambiado y exige firmeza democrática, judicial y policial frente al terrorismo y políticas coordinadas para abordar la crisis económica fruto de los excesos del modelo capitalista.
Euskadi ha estado viviendo en el límite de los valores, de las reglas y de la convivencia con un ejecutivo decadente que en diversas circunstancias buscó oxígeno en los votos del brazo político del terrorismo etarra.
Se puede afirmar que el final de esta legislatura e incluso de esta década se ha caracterizado por un gobierno que se ha convertido en el principal problema de la ciudadanía vasca, habiéndola sometido a una extraordinaria presión identitaria de forma cotidiana. Precisamente nuestro cambio se justifica por la necesidad de abandonar esa realidad, por la necesidad de no gobernar Euskadi ni contra nada ni contra nadie. La ciudadanía vasca está cansada de las discusiones identitarias y de la tensión. El cambio no significa gestionar la agenda nacionalista imprimiéndole el signo contrario, sino gestionar la agenda olvidada, la social. Por eso ha llegado un nuevo tiempo. Por eso se ha producido el cambio.
En definitiva, la ciudadanía de Euskadi, se ha cansado hasta el hartazgo de los inacabables debates de los distintos sentimientos de pertenencia de los vascos, propiciados por el nacionalismo, que solo han logrado enfrentar constantemente a la Sociedad, y por la existencia de ETA en pleno siglo XXI, un anacronismo criminal que viene de muy atrás, que es el último terrorismo que existe en la U.E. y que la sociedad vasca ya no puede soportar.
Un cambio que se manifiesta por un fuerte crecimiento del PSE-EE, frente al estancamiento o reducción del resultado electoral de nuestros más directos competidores.
Interpretar adecuadamente las diversas razones que la ciudadanía ha tenido para otorgarnos crecientemente su voto y saber adaptarlas, en un momento de profunda crisis económica, al plano ejecutivo de la política a realizar por el Gobierno de Patxi López es uno de nuestros principales retos, para así quedar de esta manera al servicio de la sociedad.
Saber señalar las prioridades de la política vasca, ofrecer una respuesta a esas prioridades, una hoja de ruta, una luz al final del túnel, es el otro objetivo de este Congreso.
Euskadi tiene dos prioridades: ayudar a paliar y resolver los efectos negativos de la crisis económica, estructural y financiera; y acabar con el terrorismo de ETA y con todo tipo de violencia, recuperando así la libertad, la dignidad y el derecho a ser nosotros/as mismos/as y expresar nuestras opiniones más diversas en un marco de tolerancia y convivencia, sintiéndonos todos ciudadanos vascos.
Las crisis, y esta es una de las más profundas, suelen adolecer de un problema de liderazgo; liderar la sociedad es comenzar a superar la recesión. En clave política es necesario vigilar los cambios inspirándolos; la sociedad otorgará credibilidad al partido político que lidere esta crisis.
El PSE-EE mantiene su firme apuesta por el recuperado diálogo social como herramienta fundamental para la concertación. Asimismo, hemos facilitado la aprobación de presupuestos en las instituciones vascas en los últimos años y en esta coyuntura económica no haremos una excepción. Queremos cooperar más allá de nuestras responsabilidades de gobierno o de oposición. Es necesario que los partidos políticos traslademos confianza y seguridad desde las instituciones hacia la sociedad. Una cooperación que busca el acuerdo en políticas de lucha contra la crisis y de creación de empleo y en políticas sociales para ayudar a los más desfavorecidos
Para los Socialistas Vascos acudir al endeudamiento y a determinadas reformas fiscales para obtener recursos y desarrollar medidas anticrisis, es hoy una necesidad de nuestra política económica.
Necesitamos un nuevo modelo económico, un papel más definido de bancos y cajas, otro modelo de responsabilidad social en el sistema financiero, una economía sostenible que atienda el empleo de los jóvenes, las prestaciones sociales a nuestros mayores y un tejido empresarial con alto valor añadido basado en la investigación, el desarrollo y la innovación
LUCHA POLICIAL, JUDICIAL Y POLÍTICA CONTRA ETA
ETA no es la consecuencia de un enfrentamiento entre vascos y españoles. ETA sólo es una organización terrorista que tiene como único objeto el ataque a los derechos fundamentales de las personas.
En Euskadi hay una confrontación que produce una fractura entre vascos que piensan de una manera frente a vascos que piensan de otra forma. Esta fractura es denominada por algunos como normalización política, y la vinculan al reconocimiento del derecho a decidir. Para nosotros la normalización de Euskadi es la ausencia de terrorismo, el reconocimiento real del pluralismo y la igualdad y libertad efectivas de todos los ciudadanos vascos.
Es innegable la polémica que rodeó la legislación antiterrorista. Esta legislación provocó acusaciones de baja calidad de la democracia española por parte del entramado político de ETA así como por gran parte del nacionalismo democrático.
La sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo avala las respectivas sentencias del Tribunal Supremo y el Constitucional, y delimita sin ambigüedad la separación entre violentos y demócratas.
La sentencia establece algo que ha estado claro y es un referente para marcar los principios básicos del cambio que afrontamos:
• No existe democracia sin pluralismo
bull; Un partido político sólo puede emprender una campaña contra las estructuras legales o constitucionales del Estado si utiliza medios legales y democráticos y si el cambio de sistema que propone es compatible con los principios democráticos fundamentales
bull; Mantener la seguridad pública, la defensa del orden y la protección de los derechos y las libertades de los ciudadanos
bull; No está destinada a prohibir la defensa de las ideas o doctrinas que cuestionen el marco constitucional, sino a conciliar la libertad y el pluralismo con el respeto a los derechos humanos y la protección de la democracia.
Estos principios que han inspirado las leyes en vigor deben ser explicitados y utilizados de referentes contra toda equidistancia y ambigüedad en la interpretación del fenómeno de la violencia.
En ese objetivo, buscaremos reforzar la unidad de los partidos políticos que ahora existe trabajando para la creación de foros permanentes de diálogo multilateral, con un triple objetivo: llevar a cabo iniciativas de pedagogía democrática a nivel local; generar una mayor confianza en la sociedad; y buscar el desánimo permanente entre los terroristas y quienes los justifican o no se desmarcan del mismo.
La deslegitimación política y social del terrorismo de ETA, debe acompañar la incesante lucha antiterrorista que protagonizan los gobiernos, la policía y la justicia. De igual forma, todos debemos contribuir a la visibilidad de las víctimas del terrorismo y a ensalzar su significado político. Porque el futuro de la sociedad vasca se tiene que construir desde la memoria y el respeto al significado político de las personas que fueron asesinadas, que no es otro que el de la imposibilidad de llevar adelante el proyecto que fue causa de su asesinato.
La sociedad vasca muestra a su vez una madurez extraordinaria para asumir el cambio, así lo ha reflejado con la acogida que desde la naturalidad y el buen estilo democrático, ha dado al cambio, simbolizado por un nuevo Lehendakari y un nuevo gobierno, con una ideología y composición, muy diferente al anterior
n los meses anteriores a la pasada campaña electoral, el partido hizo un gran esfuerzo por estar con todos los sectores de la sociedad (sindicatos, empresarios, profesores, autónomos, colectivos sociales, etc...), y de aquellos encuentros salieron muchas propuestas que incorporamos a nuestro programa electoral. Ahora, ese programa electoral es nuestro programa de gobierno, por eso tenemos que contar nuevamente con la sociedad para llevarlo a buen puerto. El PSE-EE tiene como objetivo estrechar la relación entre representantes y representados, para lo que buscará fórmulas para implicar más a la ciudadanía en las decisiones que se tomen desde las instituciones públicas con nuevos mecanismos de innovación democrática y mayor información. Tenemos que conseguir que la sociedad acompañe al lehendakari en su acción de gobierno.
El Socialismo vasco es hoy la referencia, la guía, la dirección del nuevo rumbo de la política vasca. Esta dimensión es fruto del apoyo que la ciudadanía vasca ha dado a una trayectoria política que arranca hace algo más de un lustro y que tiene como ingredientes principales una nueva forma de interpretar y practicar la autonomía política, de defender y proteger los valores, de estimular las políticas progresistas y de comprometerse anteponiendo el acuerdo y la corresponsabilidad con las necesidades de la ciudadanía.
Los socialistas vascos estamos procurando ensamblar nuestros legítimos objetivos como partido de izquierda, con el sentir de toda una sociedad que es plural y por eso hemos hecho del respeto al pluralismo político uno de los pilares de nuestra acción política diaria. Y lo hemos llevado a la práctica acordando, pactando con diferentes en beneficio del país, acordando presupuestos, leyes y normas en el Parlamento, en las Juntas Generales y en los Ayuntamientos. Intentando dar a la política prestigio desde la utilidad, procurando devolver a la ciudadanía que nos ha votado su confianza, con respuestas y medidas. Procurando apuntalar con esta actitud un comportamiento necesario para fomentar la convivencia entre diferentes, para aumentar la tolerancia y para acelerar el encuentro entre vascos, en los aspectos que nos hacen avanzar a todos.
Los socialistas vascos hemos usado este tiempo, hemos aprovechado este recorrido para impulsar políticas sociales, económicas, inversoras, totalmente compatibles entre un partido socialista y una sociedad plural.
El socialismo vasco ha puesto distancia entre sí y el radicalismo, el maximalismo o la resistencia. Euskadi instalada en sus extremos sólo es candidata al fracaso como sociedad. Los años, los momentos en los que se han producido estos experimentos, sólo han arrojado división y desencuentro entre partidos, instituciones y ciudadanía. Antes como oposición, y ahora como partido de gobierno debemos unir los sentires de la ciudadanía que ha apostado por los socialistas vascos como ejecutores del cambio y referente del buen hacer político en Euskadi.
Reafirmarnos en la política de transversalidad, de encuentro, de diálogo, de acuerdo, de espacios unitarios, es uno de los mejores tributos a la política progresista que siempre debe guiarnos a los socialistas.
Para llegar hasta aquí hemos corrido riesgos y hemos superado dificultades. Hemos introducido mejoras en el funcionamiento de nuestra organización, hemos reorientado nuestra política. Hemos arriesgado en el fallido proceso de paz. Hemos pactado con el PNV. Hemos acordado con el PP. Hemos apoyado todos los presupuestos de todas las instituciones gobernadas por fuerzas democráticas. Hemos arriesgado en Euskadi y en España. Hemos demostrado que la transversalidad es posible y necesaria si se aplican dosis de responsabilidad y de generosidad. Así lo ha visto y así lo ha practicado el PSOE. La contribución de todo el socialismo al cambio en Euskadi es ejemplar. Toda la sociedad éramos conscientes de las tensiones y dificultades que el cambio en Euskadi pudiera acarrear a la política general. No ha existido ningún vértigo. Los socialistas vascos estamos profundamente agradecidos a todos los socialistas de España por su altura de miras, por su ejercicio de solidaridad con Euskadi para que el cambio gozase del mayor número de aliados y complicidades posible.
El socialismo vasco, en poco más que el tiempo que abarca entre el anterior Congreso y el actual, ha experimentado una evolución electoral e institucional extraordinaria. Hemos crecido en número de concejales, de alcaldías, de junteros, de parlamentarios y de representación institucional en otros niveles, hasta llegar al actual Gobierno Vasco.
Los datos confirman la cercanía, la conexión creciente con la ciudadanía, con quienes nos votan y con quienes aunque no nos voten, nos ven con simpatía. Tenemos espacio para crecer. Para consolidar el cambio debemos crecer y para crecer tenemos que ajustar ahora y cada día la eficacia, la utilidad y el conocimiento con la divulgación de nuestra política.
Euskadi ya ha inaugurado un nuevo ciclo de la política. Una nueva mayoría parlamentaria, un nuevo gobierno, una alianza política diferente. Un ciclo que no es excluyente para ningún demócrata. Un ciclo en el que no cabe el frentismo ni la ocultación ni el clientelismo.
Nuestro proyecto de cambio político irá acompañado de una importante proyección cultural honesta con la historia vasca y con nuestros sentimientos y forma de vida.
Un ciclo que tiene su origen en el extraordinario apoyo y crecimiento que la ciudadanía dio el 1 de marzo al socialismo vasco, que tiene su inicio en la presentación de la candidatura de Patxi López a la Lehendakaritza, y que tiene su concreción y los apoyos necesarios en el acuerdo con el Partido Popular.
Un acuerdo que nace con vocación de estabilidad. Un apoyo que no es de coyuntura o de oportunidad. Un acuerdo que abre el abanico de posibilidades a la política vasca y que necesita tiempo para devolver a Euskadi serenidad política e institucional, libertad y respeto a los derechos fundamentales de las personas, prioridad a los problemas reales de la ciudadanía en torno al empleo, la educación, la sanidad, la vivienda, la cultura, el cambio climático...etc.
Tras muchos años de gobiernos nacionalistas, de forzadas adhesiones de sectores de la sociedad al anterior partido del gobierno, de temor a no tener oportunidades por ser disidente, han creado una demanda de cambio, un cambio que necesitará más de una legislatura y que convierte el acuerdo con el PP en un acuerdo de estabilidad que está abierto al entendimiento con otras fuerzas políticas.
Como es tradicional en el socialismo vasco, la política de alianzas, allí donde sea necesario, la fijaremos después de que los ciudadanos se pronuncien en las urnas, analizando los resultados electorales en cada ámbito y abiertos a acuerdos con todos los partidos democráticos en base a los acuerdos programáticos que se puedan alcanzar
Los socialistas vascos seguimos practicando el acuerdo entre diferentes para hacer país. Creemos en el acuerdo entre los vascos que piensan de una forma y quienes pensamos de otra. Por eso, y pesar de las descalificaciones que se han hecho del mismo desde el pasado 1 de marzo, en el acuerdo de bases firmado entre el PSE-EE y el PP no existe ni una sola política o medida que vaya contra nadie, salvo frente a los terroristas y quienes les apoyan. Y ese acuerdo de bases es lo que nos permite seguir tendiendo la mano a todos los partidos en general y al PNV en particular en el triple objetivo de hacer frente a la crisis económica, luchar contra el terrorismo en todos los frentes y mejorar nuestro marco de convivencia.
La transversalidad no ha sido un slogan socialista de nuestra anterior etapa. Los socialistas apostamos por hacer un país entre todos. Euskadi se lo merece después de muchos periodos en los que otros se lo han negado. Las relaciones políticas que protagonizamos los socialistas, también cuentan con el PNV. Su representación política e institucional, los ciudadanos y ciudadanas que le dan su apoyo, merecen todo nuestro respeto y reconocimiento. En la historia de ambos partidos, son innumerables los encuentros y las políticas de acuerdo y cooperación. También ha habido muchos otros para la discrepancia e incluso para la confrontación. La disposición de los socialistas para superar tiempos y políticas de trincheras es total. El PNV es un partido necesario para incrementar la política de transversalidad ya puesta en marcha en tareas de gobierno del País Vasco, a partir del 1 de marzo. Anteponer objetivos estratégicos de país, fortalecer el bienestar de la ciudadanía vasca es una prioridad socialista que queremos compartir. Las posibilidades de entendimiento dependen fundamentalmente de su evolución política. Dependen de cómo metabolicen su paso a la oposición. Dependen de donde pongan el acento de su política. De si la ponen en la identidad o si la ponen en el interés colectivo del país. El PNV si lo desea tiene su acomodo en el ciclo político de CAMBIO que vive hoy Euskadi, tiene su encaje dentro del respeto a los protagonistas y a las bases del acuerdo, que hoy lideramos entre diferentes en el PAÍS VASCO.
En definitiva, en un gobierno, las políticas de alianzas se establecen más por objetivos estratégicos de país, que por objetivos filosóficos de partido.
Definida la política de alianzas del cambio, cinco son los objetivos inmediatos del PSE-EE:
1. Desarrollar el cambio, contribuyendo desde el partido al apoyo que el gobierno necesite para culminar su cometido
. Ensanchar la organización y la influencia del partido en toda la sociedad vasca para extender en el tiempo el cambio
. Elaborar las reflexiones políticas y líneas estratégicas de nuestra acción política, los avances, las propuestas de modernidad y de futuro que la izquierda, los progresistas y la sociedad en su conjunto esperan de nosotros
. Preparar a conciencia, para mejorar los actuales resultados, en las elecciones municipales y forales de 2011
. Dar continuidad a la unidad del partido, a la fortaleza, la confianza y la garantía que un partido unido aporta a los electores y a la sociedad
ESARROLLAR EL CAMBIO. Uno de los ejes de nuestra apuesta para Euskadi pasa por el desarrollo del autogobierno hacia afuera y hacia adentro.
Hay quienes vinculan la normalización política al reconocimiento del derecho a la autodeterminación. Los socialistas, junto a cientos de miles de vascos y vascas, la vinculamos a la ausencia del terrorismo, al pluralismo real y a la libertad y la igualdad efectivas.
El proceso de normalización de la sociedad vasca exige el reconocimiento efectivo como vascos tanto de los que son como de los que no son nacionalistas.
Normalizar es ahuyentar la violencia, no alentar una sociedad excluyente, evitar el frentismo, tolerar y respetar al diferente por razones religiosas, sexuales, ideológicas, de nacimiento..., abrir nuestra historia al rigor metodológico, investigar con propiedad nuestra prehistoria, nuestra forma de vivir, nuestra cultura, nuestras lenguas, nuestra forma de relacionarnos, la aplicación de la ley, la solvencia institucional, abandonar el enfrentamiento sistémico con las instituciones del Estado. Normalizar es respetar y no excluir, pensar que ser de los nuestros no implica exclusión sino inclusión.
Creemos en el ciudadano y la ciudadana vascos en su dignidad y el derecho a la libertad, despreciamos la violencia y el terror, el crimen, la extorsión, la kale-borroka... Normalizar es superar el conflicto a menudo artificial de grupos que se autoproclaman salvadores de una sociedad, que les desprecia.
Normalización es asentar las instituciones del Estado, prestigiar los medios eficientes como el Estatuto y el Concierto, que emanan de la Constitución española, desarrollar nuestro alto nivel de autonomía. Tenemos medios institucionales suficientes para afrontar con esperanza el futuro y no deben ser objeto de menosprecio sino de prestigio.
La normalización tiene que contar con un programa de prioridades: aislar el terror de su influencia social y política, generar puestos de trabajo, propugnar un nuevo modelo económico para Euskadi, mejorar las relaciones sociales, sanitarias, de asistencia a la tercera edad, desarrollar la Ley de Dependencia.
No debemos descuidar la interlocución directa con la ciudadanía sobre los avances sociales y sus dificultades. Los medios de comunicación son aliados necesarios en el proceso de normalización democrática.
Normalizar es hacer natural la transversalidad como apertura de acuerdos con todas las opciones legales nacionalistas. Ningún partido dentro de la Ley está excluido del consenso político.
Normalizar no es atender las reivindicaciones de los violentos, sino al contrario, aplicar la ley, el desarrollo institucional y la solvencia democrática; la firmeza democrática frente a la postura de mirar para otra parte y la permisividad, que aglutina a los violentos."
Los socialistas queremos desarrollar el estatuto sabiendo que no partimos de cero. Porque el Estatuto no es un mero listado de competencias, sino que sobre todo es un pacto, un triple pacto entre vascos entre territorios y de las instituciones vascas con las del resto de España. Y es sobre todo eso lo que le da valor.
Queremos desarrollar el estatuto fortaleciendo el autogobierno vasco, teniendo en cuenta que no existe otra comunidad autogobernada en el mundo occidental con nuestro nivel de autonomía. Pero también haría falta un fuerte e inédito desarrollo del autogobierno hacia adentro. Como consecuencia de los déficits generados por la actual definición institucional de Euskadi.
En este sentido sería necesario abordar desde el máximo consenso, una reforma de la LTH que creemos que es un compromiso ineludible para los responsables políticos en Euskadi.
La arquitectura institucional vasca adolece de múltiples solapamientos funcionales y de un débil desarrollo municipal.
Y lo es también, en este mismo campo del desarrollo del autogobierno hacia adentro, la aprobación de una ley municipal que reconozca la mayoría de edad de los ayuntamientos vascos, que les dote de mecanismos de financiación estables y previsibles y que garantice su presencia de pleno derecho en el Consejo Vasco de Finanzas, así como que el Estatuto del Concejal de EUDEL sea vinculante en los ayuntamientos.
Con respecto a la financiación municipal, los socialistas apostamos por revisar los precios de las aportaciones económicas que el Gobierno Vasco y diputaciones financian por servicios que se prestan desde los municipios sin que sean de su competencia. Asimismo, consideremos necesario establecer fórmulas de crédito entre instituciones que permitan a los ayuntamientos corregir la desviación que la bajada de recaudación ha producido entre ingresos y gastos.
En relación a las reformas fiscales, el partido asegurará la coordinación entre los grupos junteros, el grupo parlamentario y el gobierno.
Los socialistas vascos hemos accedido al gobierno de este país al mismo tiempo que una crisis de alcance planetario ha puesto en cuestión importantes fundamentos del modelo económico. Como si fuera un designio ineluctable nos toca volver a demostrar nuestra capacidad de gestión de los asuntos públicos en los peores momentos económico-financieros de una sociedad.
Nuestra actitud ante el excepcional desafío que supone asumir tamañas responsabilidades, y fieles a nuestra tradición progresista, tiene que huir del lamento, o la resignación ante las dificultades que enfrentan todas las economías desarrolladas.
Se están produciendo muchos cambios de paradigmas y nunca como ahora se hace más necesario observar la máxima "Pensar Globalmente, actuar localmente"
Dos revoluciones se están produciendo casi sin darnos cuenta. La de las costumbres y la de los empleos que cambiaran nuestro modo de vivir, tal y como lo hemos conocido.
La revolución de los empleos, es propia del fin de la era industrial. La de las costumbres es propia del fin de la preeminencia masculina. La suma de ambos efectos dará lugar a un mayor número de personas vulnerables, con la perdida de estructuras protectoras tradicionales.
Crear empleos, no es colocar gente, es crear necesidades y mercados nuevos, lo cual implica necesariamente innovación. Las barreras a la innovación son sociales y administrativas y nuestro compromiso debe ir en la dirección de eliminar todas las que estén en nuestras manos
La Administración Pública no puede convertirse en el sector más arcaico de la sociedad, y debe iniciarse una reflexión profunda sobre las grandes inercias que arrastra, así dimensionar racional y socialmente el peso del sector publico en el conjunto de la economía vasca, una sociedad más abierta, elites menos arrogantes, burocracias menos pesadas, un sistema de educación más moderno, más próximo, más eficaz que ofrezca un porvenir más estimulante para los jóvenes. No el fin de la crisis y del paro, sino el sentimiento de que se trabaja en la buena dirección para salir de la crisis y el desempleo.
Cuando el empleo es un bien escaso, es preciso llevar a cabo una revisión histórica sobre la función pública, y los fundamentos sobre los que se asienta un gran número de asalariados, dotados de trabajo vitalicio y bien remunerado, donde los conceptos de productividad, competitividad, o calidad conviven con absentismo, horas perdidas, y bajo rendimiento, frente al nomadismo laboral, la precariedad, o la expulsión del mercado de trabajo en edades criticas. Los cambios de paradigmas tienen que afectar necesariamente a las estructuras administrativas.
Es necesario también abordar una seria reflexión sobre las políticas sociales, sobre el mantenimiento y sostenibilidad de nuestro estado de bienestar, mediante un amplio acuerdo político que salvaguarde esta cuestión de la política partidaria.
Es por ello, que los retos que debe plantearse el PSE-EE deban de ir encaminados a resolver de manera sostenible y estable la crisis actual, para evitar que se pueda reproducir en el futuro.
Y son en este sentido, el I+D+i, la política energética y la reestructuración de una política fiscal acorde a los tiempos, las tres piedras angulares que deben sustentar el crecimiento económico de una sociedad reconocida entre las más avanzadas, como es la sociedad vasca.
La flexibilidad nos va a acompañar en esta nueva época del socialismo vasco. Una demostración de flexibilidad y de adaptación ya hemos hecho con la formación del gobierno. Un gobierno que sabe compartir con la sociedad aquello que pertenece a la sociedad, porque cuando se gobierna se hace para la sociedad, una sociedad que exige nuevos comportamientos, nuevas alianzas, nuevas políticas. Hemos pasado de un tiempo en que dedicábamos recursos a diseñar el futuro a otro en el que el futuro lo construimos interviniendo directamente en el día a día. Estamos en un tiempo en el que debemos responder a problemas y necesidades en tiempo real. Un tiempo en que nos faltará espacio para la reflexión y la planificación y en el que multiplicaremos las posibilidades de equivocarnos. Somos un partido más de acción que nunca. Somos el partido de referencia de la sociedad vasca. El partido al que se le pide respuestas, porque respuestas y sólo respuestas, se va a pedir al Lehendakari y al gobierno y para ello necesitan todo nuestro apoyo.
ENSANCHAR LA ORGANIZACIÓN del partido en la sociedad resulta imprescindible para extender el tiempo del cambio. La organización tiene que crecer. Necesitamos más agrupaciones, más sedes, más foros, más referencias concretas y organizativas del socialismo vasco. Es el mejor momento del PSE-EE, en toda su historia para crecer. El crecimiento organizativo describirá con precisión la proyección del socialismo en el liderazgo institucional. Más que nunca se hace necesario redoblar nuestros esfuerzos en la potenciación de todas las organizaciones del partido. La apertura a la sociedad vasca es imprescindible para crecer como organización, para ello debemos abrirnos a la sociedad y hacer atractivo, y creíble, nuestro proyecto político. Que el cambio sea efectivo de dentro hacia afuera, con ilusión y con más organización lograremos nuestro propósito.
Necesitamos que las Organizaciones Sectoriales trabajen y den continuidad a su actividad con una periodicidad regulada. El Partido debe buscar permanentemente fórmulas de apertura hacia la sociedad para hacer más atractivo nuestro proyecto político.
Mantendremos la buena relación que existe con JSE-Egaz Ramón Rubial, trabajando coordinadamente las propuestas sobre juventud que realicen, como conocedores cercanos de la realidad juvenil, y permitiéndoles ser, de esta forma, protagonistas activos en las políticas dirigidas a los jóvenes, ya que, somos conscientes que la juventud vasca ha sido una pieza importante de este cambio político. De ahí, que los socialistas vascos impulsaremos acciones encaminadas a la consecución de los objetivos y estrategias marcadas en anteriores documentos políticos y programas electorales del PSE-EE (PSOE).
ELABORAR REFLEXIONES POLÍTICAS es una tarea clave del partido. Avanzar en valores, en la cultura de la libertad, en los derechos individuales y colectivos, es tarea prioritaria del partido.
El partido debe madurar y debe ofrecer a la sociedad debates amplios, abiertos, sobre asuntos de futuro que forman parte del presente.
El laicismo, la fiscalidad, la organización institucional, la financiación institucional, el derecho a la eutanasia y al aborto, el sostenimiento y nuevas ofertas de política social, la integración de la inmigración, la tolerancia cero en violencia de género, el desarrollo de la cultura de la igualdad, las garantías y los controles democráticos, la información pública, son parte de nuestros retos de futuro. Son también parte de las controversias y de las diferencias conceptuales, filosóficas, éticas, de la sociedad. Proponer debates, orientaciones y ganar espacios para esas políticas mediante una promoción de la democracia participativa, es también tarea de primer orden de un partido que debe allanar el camino para una posterior acción del gobierno.
Desde el socialismo vasco, apostaremos por aquellos organismos dependientes del Gobierno Vasco cuyos destinatarios sean quienes sienten la vulneración en su persona de los derechos humanos. Especialmente aquellos organismos creados a tal fin por este gobierno con lehendakari socialista, como por ejemplo la dirección general de lucha contra la violencia de género.
Instaremos al Gobierno Vasco con el fin de que todas las políticas desarrolladas con anterioridad sobre violencia de género, sean asignadas ó transferidas junto con las partidas económicas necesarias a la Dirección General de Violencia de Género, cómo organismo máximo del Gobierno Vasco en esta materia
De la misma manera, no podemos olvidarnos de la Cooperación para el Desarrollo, que como buenos transmisores de los valores socialistas, debemos impulsar, proponer, organizar y gestionar políticas en este sentido, poniendo en valor las aportaciones de las administraciones y la unión de fuerzas hacia objetivos comunes en esta materia.
Todo ello sin relegar las reflexiones y medidas a adoptar en los terrenos energético e industrial, para combatir los efectos de la actual crisis económica y sus dramáticas secuelas.
PREPARAR LAS ELECCIONES LOCALES Y FORALES DE 2011 es otro objetivo de primera magnitud y que además no admite esperas porque las elecciones son a fecha fija. En las elecciones de 2011 se va a producir otro momento clave de la etapa contemporánea del socialismo. Las elecciones forales y locales tienen su principal interés en mejorar los resultados en Ayuntamientos y Juntas Generales. Buscamos tener más representantes y más gobiernos. Buscamos que haya más cambios en más instituciones. Buscamos con los nuevos cambios contribuir a la potencia del cambio general, del cambio principal. La sociedad vasca vive un momento de extraordinaria madurez política. Estamos en un tiempo donde la expectativa socialista se ha multiplicado. Las elecciones de 2011 deben confirmar esta tendencia. El cambio en Euskadi necesita nuevos apoyos institucionales, más armonía y 2011 será el momento de lograrlo.
El PSE-EE celebrará una Conferencia Política antes de las próximas elecciones municipales y forales para debatir y aprobar nuestro programa electoral en dichos comicios.
LA UNIDAD DEL PARTIDO es esencial para que la sociedad nos reconozca el prestigio y la fortaleza que los socialistas deseamos. A la sociedad vasca no le preocupa que entre nosotros tengamos diferencias, siempre que sepamos resolverlas. La sociedad actual es compleja y acepta la complejidad en los partidos. Si a la sociedad actual no se le puede uniformar, o hacer que sienta igual; si todos los ciudadanos y ciudadanas no necesitamos lo mismo y en el mismo tiempo, es porque existe la diversidad. La diversidad crea diferencias. Las diferencias no se resuelven con recetas universales. Esta realidad nos va a poner a prueba constantemente. Tenemos los instrumentos para resolver, tenemos una organización democrática, un principio de solidaridad, una actitud de compañerismo. Con una sabia combinación de estos elementos que han permitido la historia más longeva de un partido político, el futuro siempre será mejor que el pasado. La unidad del partido es garantía para la confianza y para el prestigio del socialismo. Este proceso congresual y el tiempo posterior debe fortalecer la imagen del socialismo vasco.
Muchas miradas y muchas esperanzas están puestas en nuestro partido. El socialismo es una necesidad para avanzar en la libertad, en la igualdad, en la justicia, en la solidaridad. En la sociedad mayoritariamente se demandan estos valores.
Hay grandes expectativas puestas en nosotros y nosotras. De nuestro partido se espera que lideremos las ideas, las propuestas y las soluciones, explicándolas adecuadamente. Que todas nuestras decisiones y acciones estén ligadas al interés público, al interés ciudadano. Que los recursos públicos los utilicemos con transparencia y eficacia. Que nos sometamos constantemente al control público. Que cuando nos equivoquemos sepamos pedir disculpas, explicar el por qué y corregir.
Es también nuestra labor ofrecer nuevos rostros a la política del mañana, sabiendo adaptar a nuestro partido nuevos contenidos y nuevas formas que hagan de nosotros una organización actual que no se aleja de la sociedad a la que representa. Es nuestro mayor objetivo dar a nuestros electores y a la sociedad vasca todo lo que espera de nosotros y nosotras.