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«Batasuna arrastrará a ETA para que deje la violencia esta legislatura»

«Mayor no tenía ni puñetera idea de lo que estaba hablando. Lo que dijo es mentira»

Jesús Eguiguren (Aizarna, 1954) es una voz autorizada en el debate sobre el hipotético final del terrorismo en Euskadi, que vuelve a estar sobre el tapete. Su experiencia en las conversaciones con Batasuna en el fallido proceso de 2006 y su profundo conocimiento de la política vasca provocan que las reflexiones del presidente del PSE-EE siempre sean escuchadas con atención.

- ¿El Gobierno central tiene abiertas vías de contacto con ETA para facilitar un final de la violencia?

- No, en absoluto existe ningún tipo de vía abierta para sustentar un diálogo con ETA, porque no se dan las condiciones. Sería perjudicial abrir expectativas que no existen y hacer ver a ETA que tiene sentido su existencia. El diálogo para acabar con el terrorismo ya no vale tal y como se entendía con el último proceso. La única salida es que Batasuna condene el terrorismo o consiga que ETA lo abandone definitivamente. La responsabilidad está en sus manos. Que no esperen un milagro de diálogo y negociación con el Gobierno que ya no se va a dar.

- Cuando Jaime Mayor dice que hay otra negociación en marcha, ¿es porque cuenta con buenas fuentes en Interior?

- Cuando habló no tenía ni puñetera idea de lo que estaba hablando. Es mentira lo que dijo. Decir que los intereses de ETA y el Gobierno coincidían para cambiar España es un discurso desestabilizador de las instituciones.

- ¿Debería moverse el Gobierno si realmente se atisba alguna luz?

- La pelota está en el tejado de la izquierda abertzale. Si acaba el terrorismo o Batasuna lo condena, el Gobierno aplicará una política de responsabilidad para favorecer esa dinámica. Pero ahora no está en manos del Gobierno hacer nada. No les puede resolver el tema.

- ¿En lo que va de año se ha producido alguna novedad significativa en la actual situación para pensar que se están dando pasos hacia delante?

- Hay una toma de conciencia generalizada en la sociedad de que es la izquierda abertzale la que tiene que buscar una salida. No hay atajos. Batasuna también ha avanzado en la convicción de que los tiempos cambian y el terrorismo es incompatible con la democracia.

- ¿La experiencia de Loyola está cerrada?

- Cualquier debate político sobre el futuro de Euskadi y el final del terrorismo se va a celebrar en el Parlamento Vasco. Se podrá hablar de las cosas que se hablaron en Loyola, pero nadie se va a prestar a una mesa de partidos, con el tema del terrorismo condicionando lo que se pueda discutir. Aquel método está ya quemado. No se va a repetir.

- ¿Los nueve meses sin atentados, a excepción del asesinato del policía francés a resultas de un encuentro fortuito con etarras, indican que puede haber una especie de tregua tácita?

- No tengo ni idea. Creo que ETA en este tiempo ha estado preparando atentados. De qué tipo, dónde, cómo y qué dificultades puede tener con Batasuna si los perpetra... son cábalas en las que no quiero entrar. No creo que estemos en tregua, sino en una situación en la que no andan sobrados de capacidad, tienen dificultades políticas y la Policía ha evitado atentados.

«Confrontación interna»

- Usted habla de dificultades políticas. ¿Hay un fuerte debate interno entre los que apuestan por seguir con las armas y el sector que aboga por la política?

- La confrontación es evidente. A los que quieren hacer política el terrorismo se lo impide. ¿Eso se plasma en que están discutiendo internamente? Será supongo una confrontación más sutil y confusa en esa concepción de la política que tienen ellos. Hay gente que quiere poner fin al ciclo del terrorismo y defender sus ideas independentistas por vías pacíficas. Este sentimiento empieza a ser mayoritario en Batasuna pero, como existe ETA, no saben cómo desligarse, hacerle frente o convencerle de que pare.

- ¿Conseguirá el mundo de Batasuna arrastrar a ETA hacia el final de la violencia y las vías políticas?

-Tarde o temprano sí. Creo que todavía necesitarán más tiempo seguramente. Lo del Aberri Eguna ha sido decepcionante, aunque era previsible que de un día para otro no iban a hacer nada. Pero la suerte está echada a favor de la política, creo yo, salvo que en Batasuna no haya gente con suficiente visión o autoridad para imponer sus tesis.

- ¿Y por qué cree que arrastrarán a ETA para que deje la violencia?

- Porque el terrorismo de ETA no es un terrorismo marginal, de sectores sociales del lumpen, sino un terrorismo con unos apoyos sociales en el País Vasco importantes, y el día que no tenga esos apoyos sociales, el terrorismo autónomamente no tiene capacidad para seguir. Por tanto, el día en que los políticos de ese mundo, tomen la decisión de decir 'hasta aquí hemos llegado' y ahora vamos a seguir por otras vías, yo creo que esa batalla la ganan los políticos, porque van en el sentido de la historia y de lo que quiere la sociedad vasca. Está claro hacia qué lado va a caer la decisión. Lo que no está tan claro es el tiempo y las circunstancias. Yo creo que este debate seguirá un par de años.

- Usted ha reiterado que se acabará con el terrorismo en esta legislatura. ¿Cómo será posible?

- Porque tarde o temprano, el pulso que se traen sobre quién dirige la izquierda abertzale, si los políticos o los que controlan la organización armada, se va a inclinar a favor de los políticos. Y como los pulsos no pueden ser eternos... yo creo que el desenlace se va a producir en esta legislatura. El cambio de Gobierno Vasco también ha contribuido a esto. Antes había un nacionalismo gobernando que dejaba que el nacionalismo radical mantuviera una llama encendida. Todos los esquemas han cambiado.

- Usted es consciente de que la izquierda abertzale nunca va a condenar a ETA. ¿Es imposible por tanto que vuelva a la legalidad?

- No es una cuestión de palabras, de que todo el mundo condene. Hay que demostrarlo en términos políticos. Soy pesimista sobre la posibilidad de que vayan a las elecciones porque el mundo de Batasuna tiene unos mecanismos de evolución lentísimos.

- ¿Qué le parece la declaración de los mediadores internacionales encabezados por Currin que apelaba a ETA a cesar la violencia y al Gobierno a una negociación?

- Hay que aclarar que no son mediadores, sino abogados de parte, asesores de Batasuna para ver de qué forma pueden iniciar otro proceso o volver a la legalidad. No pueden exigir contrapartidas al Gobierno. Tienen que exigírselas a su parte. El Ejecutivo lo único que puede hacer es utilizar el Estado de Derecho y combatir el terrorismo, que es lo que está dando resultados positivos. ¿Qué va a hacer el Gobierno para convencer a ETA de que lo dejen? Es una decisión de ellos.

- Entiendo que minimiza el alcance de esta declaración.

- Ojalá no hubiera que minimizarla y tuviera un efecto. Pero la entiendo en la estrategia de la parte política de la izquierda abertzale para forzar a ETA a que tenga que parar o decretar una tregua. Lo que pasa es cuando la izquierda aber- tzale da dos pasos adelante da uno atrás y los plazos van lentos.

- Los mediadores esperan una suspensión de la violencia antes de un año.

- Si ellos hablan de doce meses, póngale veinticuatro.

- ETA dice que reflexionará sobre esta petición de los mediadores. ¿Qué conclusión espera?

- Soy escéptico.

- En los últimos comunicados da la sensación de que han cesado las amenazas explícitas que vertía ETA. ¿Le dice algo?

- Entiendo que hay un cambio de tono para tratar de no ir directamente en contra del discurso de Batasuna. Pero no creo que haya una retirada de las amenazas porque siguen trabajando para atentar.

- ¿Realmente ETA se cree la propuesta de la izquierda abertzale?

- Está parada en el esquema que le llevó a la ruptura de la tregua. Quieren un acuerdo político entre todos y darle el visto bueno. La anterior tregua se rompió por eso. Cambiaron el esquema de que ETA y el Gobierno hablaban de aspectos técnicos y la política se dejaba en manos de una mesa de políticos. Tratan de compatibilizar la continuidad de la lucha armada con que la izquierda abertzale haga política, se llegue a un acuerdo y, si a ellos les gusta, paran. ETA sigue en sus trece.

-¿Qué lectura hace del asesinato en Francia?

- Hasta ahora habían tenido la inteligencia y precaución de no asesinar policías franceses. Han hecho a los franceses darse cuenta de qué es ETA. Es un dato más contra ETA.

- ¿Quién manda en la organización terrorista ahora mismo?

- No sé ni si lo sabrá la Policía. Yo creo que la dirección estará en manos de gente relativamente nueva, adoctrinada bajo la filosofía con la que rompieron el proceso de paz. Que se llamen Karrera o Agirre no sé si es importante. - ¿Qué peso tiene 'Josu Ternera'?

- No lo sé. Son cosas propias de los servicios de inteligencia. Supongo que no está en la dirección de ETA sino en un círculo de gente que puede influir en los históricos de ETA. Tiene la fuerza que le da llevar toda la vida en ETA pero no creo que ocupe ningún cargo concreto, aunque eso no quiere decir que no influya. Tampoco durante el anterior proceso era dirigente de ETA.

- ¿Rufi Etxeberria es el nuevo líder de la izquierda abertzale?

- No sé, pero en el proceso anterior era uno de los hombres que apostaron por el proceso de paz.

- ¿Por qué salen unos de la cárcel y otros no?

- Depende de los jueces. No creo que el Gobierno ande diciendo, éste dentro y éste fuera.

- ¿Otegi y Rafa Díez siguen teniendo influencia?

- Sí. Estar en la cárcel les otorga más autoridad.

- ¿También de cara a ETA?

- Ahí con la Iglesia hemos topado. ETA es muy celosa de sus competencias. En definitiva, lo que está hoy en día en cuestión es quién dirige la izquierda abertzale. Si los que llevan la metralleta o los que llevan la rama de olivo. La pelea que hay es si la dirige ETA o Batasuna.

- ¿Mantiene contacto con Otegi?

- No. Sería un poco raro que yo visitara en la cárcel a dirigentes de la izquierda abertzale. Y tampoco serviría para nada. El Gobierno no está en ninguna negociación.

- El fiscal ha pedido doce años de prisión para Otegi, Etxeberria y Permach. ¿Realmente cree usted que son dirigentes de ETA?

- La discusión es más bien sobre si Batasuna forma parte del entramado que ha utilizado ETA.

-¿Cree posible que los partidos vascos lleguen a gestionar el final de ETA, como usted propone?

- En Madrid, como se vio en el último proceso de paz, a la mínima se crea tal desconfianza y sospechas sobre el Ejecutivo que es muy difícil para el Gobierno español llevar a cabo el proceso posterior al fin de ETA. Hay que consensuarlo en el País Vasco entre los partidos, sin excluir a nadie, y las decisiones que se adopten defenderlas en Madrid.

- ¿Qué le parecen las reformas legales del Gobierno contra Batasuna? Usted recientemente había pedido que no hubiera más.

- En España se cree que todo se arregla con leyes o con acuerdos por escrito que luego no cumple nadie. Debería existir complicidad entre Gobierno y oposición, y así no harían falta tantos papeles. Yo pensaba que con la Ley de Partidos era suficiente y que retocarla abría expectativas de recurrir otra vez a Estrasburgo, pero me imagino que los legisladores sabrán lo que hacen.

- ¿Venezuela es realmente un refugio de ETA con la ayuda de las FARC y la connivencia de Chávez?

- ETA tampoco es tan importante en el mundo como para que esté implicado un Gobierno como el de Venezuela. Lo que ocurre es que el terrorista cuando es lejano parece menos malo. Pero creo que no hay una colaboración explícita.

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