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Isabel Celaá: "No me preocupa Cearsolo, sino los interrogantes abiertos por el desfalco"

Anuncia que los socialistas "irán hasta el final" en la investigación del escándalo en el Guggenheim.

"Queremos aclararlo, quedarnos tranquilos, que la sociedad vasca tenga una cumplida respuesta".

"Ahora hay interrogantes legítimos, las explicaciones al desfalco son insuficientes".

Isabel Celaá es una de las personas que mejor conocen el Guggenheim sin estar dentro. Portavoz del PSE-EE en la comisión de Cultura del Parlamento vasco desde 1998, Celaá se declara «inquieta» por los interrogantes aún abiertos por el desfalco de medio millón de euros. La parlamentaria anuncia que su partido irá «paso a paso» en la investigación, pero con «contundencia».

-¿Qué resumen hace de la comparecencia del director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, y de la consejera de Cultura, Miren Azkarate? ¿Qué es lo que más le llamó la atención?

-Estoy más preocupada ahora que antes. Mi impresión es que el consejo de administración no se ha enterado de nada. Sé que es muy duro, pero lo digo por Vidarte, como apoderado, y por Azkarate, como presidenta de la Tenedora -sociedad instrumental del Guggenheim que se ocupa de la adquisición de obras artísticas- y miembro del consejo de administración. No se han enterado de lo que pasa.

-Se declaró «muy inquieta» cuando Vidarte confesó que el Guggenheim sólo ha investigado los robos cometidos por el que era director de Finanzas, Roberto Cearsolo, durante dos años (2004 y 2005) y dio por buena la confesión del autor del desfalco para explicar el resto de irregularidades desde 1998.

-Eso es. Vidarte circunscribe la investigación a dos años, aunque se nos había dicho que Cearsolo había estado robando durante ocho años. Todo lo que se nos ha contado se modifica. No sabemos nada; ni la cuantía de los fondos que se han distraído, ni durante cuánto tiempo, ni conocemos exactamente cómo se ha hecho... Es que la secuencia de los hechos casa regular. No tenemos una explicación verosímil de lo acontecido.

-¿Usted cree que se pueden desentrañar en cinco días ocho años de robos, como dice el director?

-Resulta difícil. Yo sé que Vidarte se esfuerza en explicarlo, pero la secuencia resulta muy precipitada. Vidarte dice que viaja a Nueva York por otros motivos y, durante su estancia, explica el escándalo a la Fundación, algo que hace antes de que llegue la carta de confesión de Cearsolo... En fin, cómo puede ser que lo ocurrido en ocho años de pronto se aclare en unos días. O era muy sencillo o alguna pista más ha de haber. Nosotros pensamos que la investigación al Guggenheim, el 'caso Guggenheim', no ha hecho más que empezar.

Resistencia «activa»

-¿Esto es la obra de «un tramposo», como cree Vidarte, o es el síntoma de una enfermedad en el museo?

-En el Guggenheim, empezando por el entramado societario, no estaban dispuestas las cosas de la mejor manera para tener una transparencia absoluta. Varias veces hemos insistido en el Parlamento en que tanta sociedad (la Tenedora, la Inmobiliaria -que gestiona el solar y el edificio-, la Fundación -que se encarga de la actividad del museo-) no facilita nada el control público. Y nunca hemos entendido la resistencia activa que el Gobierno ha puesto a estas cuestiones.

-¿El conglomerado Guggenheim está diseñado así a propósito?

-No me atrevo a juzgar intenciones. Pero lo cierto es que ponían el pretexto de que eran dos sociedades privadas, cuando reciben dinero de dos administraciones públicas, como son el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya.

-¿A qué obedece tanta resistencia?

-Eso es lo que queremos descubrir. Pero no vale ahora cambiar la naturaleza de las sociedades, después de tantas negativas a aceptar las indicaciones del Tribunal de Cuentas, y aquí no ha pasado nada. Tienen que responder de lo que ha sucedido. La consejera de Cultura tiene una responsabilidad política.

-¿Cómo debe concretar Azkarate su responsabilidad?

-Tiene que hacer autocrítica y luego decir a la sociedad vasca 'yo me he equivocado aquí y he asistido a consejos de administración y no me he enterado de lo que ha pasado'. Azkarate debe entonar el 'mea culpa' también por las pérdidas en la operación de cambio de divisas. Y Vidarte tampoco se ha enterado.

-Usted se lo preguntó a él. A su juicio, ¿cómo debe responder el director general del museo a la crisis?

-Haciendo un ejercicio de autocrítica, reconociendo fallos y dando explicaciones fehacientes con documentación verificable para disipar las dudas. Se ha guardado muy mal el patrimonio de los vascos.

-Nadie hasta ahora ha solicitado dimisiones.

-Prefiero no contestar en esa dirección. Demasiadas veces las fuerzas políticas han hablado de dimisiones y ceses. Es más interesante ir paso a paso, y que Vidarte públicamente reconozca sus fallos en el control de recursos públicos. Porque ha fallado de manera sonora. Todo estaba en manos de Cearsolo. Vidarte ha sustituido la necesidad de poner controles administrativos por delegar en una sola persona. ¿Cómo es posible que Cearsolo tuviera la clave para hacer operaciones bancarias por Internet? Por eso le pregunté a Azkarate si Vidarte le merecía una confianza activa, el respeto profesional del que ha cumplido.

-¿Y ha cumplido?

-No. Ha fallado, lo ha reconocido él mismo. El señor Cearsolo no nos preocupa, es un delincuente que irá a los tribunales y éstos depurarán la responsabilidad. Lo que queremos es aclarar todo lo que es el entorno. Eso es lo inquietante.

-¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el Partido Socialista?

Los socialistas, sin sobresaltos, con moderación, con serenidad, pero con contundencia, queremos seguir hasta el final del asunto. Esto ya no es sólo una cuestión de exceso de confianza en una persona; esto es una falta de control alarmante. Queremos aclararlo, quedarnos tranquilos, que la sociedad vasca tenga una cumplida respuesta. Ahora hay interrogantes legítimos y razonables. Las explicaciones al desfalco son insuficientes.

-¿Condicionará de alguna manera la actual coyuntura política de acercamiento entre PSE y PNV la estrategia de los socialistas en el Guggenheim?

-Ningún partido que se precie puede estar pensando en que juegos políticos puedan poner límites al esclarecimiento de la verdad. Al revés, la búsqueda de la verdad no puede verse influida con las relaciones de un partido o con otro.

-¿Qué opina de la operación de cambio de divisas en la que se han perdido más de seis millones de euros?

-Prefiero ser prudente. La compra de dólares, no siendo ilegal, tiene algunos ribetes preocupantes.

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