Isabel Celaá: "No vamos a permitir que se expulse la lengua castellana de las aulas"
La parlamentaria del PSE-EE censura que sólo los euskaldunes tendrán derecho a estudiar en su lengua materna.
Isabel Celaá dice que un pacto educativo sin el PSE-EE no será válido
BILBAO
Los Socialistas vascos creen que Educación se ha reservado la pieza clave del rompecabezas al presentar la reforma de los modelos lingüísticos. «El Departamento debe detallar cuáles van a ser los mínimos del horario lectivo que se dedicará a cada lengua en la escuela. Tienen que enseñar esas cartas antes de empezar a hablar. No vamos a hacer un pacto a ciegas», advierte la parlamentaria Isabel Celaá. De los objetivos generales que marca el nuevo sistema educativo, Celaá rechaza que se sitúe «tan alto» el nivel de euskera y se convierta a la lengua vasca en mayoritaria para impartir asignaturas. «No vamos a aceptar que se expulse el castellano de las aulas», afirma.
-El proyecto reclama que todos los alumnos alcancen un nivel de conocimientos B2, cercano al certificado de inglés 'First'.
-Es un objetivo nada realista pretender implantar esa prueba con carácter general. Las últimas evaluaciones al sistema educativo vasco demostraron que sólo un tercio de los alumnos del modelo B -bilingüe- y dos tercios del D -enseñanza íntegra en euskera- alcanzaron ese listón. ¿Cómo vamos a extender un nivel de semejante altura? ¿Cómo vamos a tratar de generalizar lo que ni siquiera es posible para los estudiantes del modelo D?
-El proyecto se apoya en que hay que cumplir las leyes que exigen igual capacitación para los estudiantes en ambas lenguas oficiales.
-La ley hay que cumplirla siempre. Pero alcanzar un nivel B2 en euskera no está en la ley. El proyecto nos ha llegado ya muy avanzado. Quizá tendríamos que haber discutido antes por qué hay que poner una prueba de nivel a final de Primaria y Secundaria para las lenguas oficiales y no en otras materias, como Matemáticas o Física. Cuando un niño se examina de una asignatura en euskera o castellano ya está superando la prueba del idioma.
-El consejero le diría que se evalúa para comprobar si alcanzan el objetivo que fija el nuevo marco de enseñanza, con el que se garantiza la igualdad de las dos lenguas.
-Es un objetivo discriminatorio en una doble dirección, porque si la lengua vehicular principal será el euskera sólo los euskaldunes tendrán garantizado el derecho a estudiar en su idioma materno. Y la meta que se propone: superar la prueba B2, es incomparablemente más sencillo para euskaldunes que para castellanohablantes.
PENSAR EN EL ALUMNO
-Una vez puestos a plantear una meta para las lenguas oficiales ¿Cuál sería la justa?
-Quizá habría que pedir un B2 para la lengua materna y un B1 para la que no es la familiar. Pero, en todo caso, no ocurre nada porque haya escolares que acaben la enseñanza obligatoria sabiendo más euskera que otros. Es lógico que los jóvenes de Ataun dominen más el euskera que otros alumnos de áreas castellanoparlantes. No podemos desenfocar la perspectiva y dirigirnos a la lengua y no al alumno.
-El PSE se muestra de acuerdo con la filosofía de la reforma de lograr la competencia en las dos lenguas oficiales y crear un sistema trilingüe, ¿podrían llegar a un acuerdo?.
-Es un asunto serio y grave, y el consejero no ha enseñado todas las cartas. No vamos a darles un cheque en blanco. Tenemos que conocer la pieza completa. No vamos a pactar a ciegas sin saber qué presencia de las tres lenguas va a haber en el sistema educativo. No aceptaremos que se expulse al castellano de las aulas. Apostamos por un sistema trilingüe, con presencia del euskera, castellano e inglés en todas las etapas.
-El Departamento de Educación ya cuenta con el visto bueno de PNV, EA, EB, Aralar y EHAK. Tienen mayoría para aprobar la ley.
-Sin los socialistas vascos no habrá pacto que valga, porque un acuerdo lingüístico sólo entre nacionalistas no aporta valor añadido. No se puede rebajar los consensos obtenidos en torno a la ley de normalización del uso del euskera de 1982, al decreto de modelos de 1983, al pacto escolar de 1992, y a la ley de la Escuela Pública Vasca, de 1993. Para avanzar en materia lingüística es preciso acordar entre diferentes, máxime en una sociedad en la que, como la vasca, el 80% de las personas tiene el castellano como lengua materna.