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«Ojalá Rajoy aprendiese algo de Basagoiti y de sus compañeros del PP vasco»

El diputado por Bizkaia defiende el papel de los socialistas de Euskadi en Madrid

Eduardo Madina. Secretario general del PSOE en el Congreso .Con apenas 34 años, Eduardo Madina vive a caballo entre Bilbao y Madrid, donde está realizando un «'supermaster'» como 'número dos' del grupo socialista en el Congreso. Un puesto complicado, en el que tiene que navegar entre los intereses del PSOE y del PSE, no siempre coincidentes. Para mantenerse a flote, el diputado vizcaíno apela al entendimiento. Quizá por eso prefiere dejar atrás algunos episodios dignos de olvidar, como la inclusión a sus espaldas de un veto por parte del PNV en la negociación del traspaso de las políticas de empleo. Madina cree que el apoyo que el PSE recibe periodicamente en Euskadi -«ahora somos el grupo vasco más numeroso; tenemos nueve diputados frente a los seis del PNV»- demuestra que las acusaciones jeltzales cuando les tilda de sucursal del PSOE «son falsas».
Pero como miembro de las ejecutivas federal y vasca se enfrenta a otra paradoja. Ubicado ideológicamente en los sectores más a la izquierda de su partido, Madina alaba el papel del PP vasco y de su líder, Antonio Basagoiti; por su apoyo a Patxi López y por ser, a su juicio, muy diferente a Mariano Rajoy, con quien tiene poca piedad dialéctica.

-A punto de cumplirse un año de la designación de Patxi López como lehendakari, ¿cómo ve la situación política en Euskadi?

-Bastante más oxigenada de lo que estaba en los tiempos de Ibarretxe. El Gobierno vasco se ha centrado en la gestión de los problemas de los ciudadanos.

-Pero la fractura sigue existiendo. Buena parte de la sociedad ve a López como alguien ajeno.

-Habrá muchos que piensen que, como no es nacionalista, no es su lehendakari, pero eso no lo piensan todos los nacionalistas. Es verdad que gobierna el PSE por primera vez y que su socio preferente es el PP, pero también es verdad que los niveles de acuerdo con el PNV son altísimos.

-Sobre todo en Madrid. ¿No es un poco surrealista la actual escena política? ¿Cómo se explica que ustedes acuerden con el PNV en Madrid y se enfrenten en Euskadi y que se alíen con el PP aquí y no se den tregua en el Congreso?

-Antes había una mentalidad de bloques enfrentados que no colaboraban entre ellos. Ese tiempo ha pasado. Ahora hay una cierta colaboración. Por eso no es extraño que el Presupuesto de Patxi López haya salido con el mayor apoyo de la historia o que nosotros respaldásemos las Cuentas del PNV en las diputaciones. La verdad es que tenemos una buena interlocución con el PNV en el Congreso.

-Pues las críticas son continuas. Les acusan de ser una mera sucursal del PSOE.

-Hemos convivido con este estereotipo durante décadas y lo hemos hecho bien, hasta el punto de que somos el primer grupo vasco en el Congreso. Tenemos la confianza de la sociedad vasca.

-Pero ha habido temas en los que su posición ha quedado muy debilitada. El último ha sido el del blindaje de las empresas. El PSE mostró su preocupación por los efectos de esa enmienda porque, por ejemplo, podría poner en peligro la vinculación de Iberdrola con Euskadi. Aun así, el representante del PSE votó a favor. Eso, sin mencionar las críticas del PNV, para el que ustedes han puesto en peligro a las compañías vascas.

-Esta reforma no se hace pensando en hacer daño a las empresas vascas. No creo que la Comisión Europea haga recomendaciones pensando en perjudicarlas. Hace diez años el BBVA levantó sus blindajes gobernando el PNV en Euskadi; no recuerdo ninguna opinión del PNV diciendo que pusiera en peligro al propio banco, que hoy sigue en Euskadi. Si dentro de unos años las empresas que han entrado en este debate siguen presentes en el País Vasco, ¿alguien pedirá perdón? Estamos en un debate plagado de demagogia por parte del PNV.

-Pero aunque no se haga pensando en dañar a las empresas vascas, ¿no existe un riesgo? Usted menciona al BBVA, cuya sede mantiene en Bilbao, pero muchos centros de decisión se han trasladado a Madrid.

-Eso dependerá de sus accionistas. Es curioso, pero el único traspaso que ha habido de una empresa muy importante fuera de Euskadi la ha hecho la actual dirección de Iberdrola, que ha llevado a Valencia su sección de renovables, y no recuerdo a nadie del nacionalismo diciendo nada. Confío en que el 'curriculum histórico' que tiene Iberdrola en Euskadi les dé a sus accionistas argumentos más que de sobra para mantenerse allí donde está.
Ocuparse del accionista

-Pero que el PSE mostrase sus reticencias, ¿no es un poco contradictorio?

-No hay contradicción alguna. Convivo en un entorno de identidades complejas como cualquier otra persona; trabajo en el Congreso de los Diputados y no tengo ningún problema en apoyar esto porque me lo creo.

-¿No da argumentos al PNV cuando asegura que dependen 'de lo que diga Madrid'?

-Si el PNV ha decidido hacerse cargo del estado de ánimo de un directivo concreto, muy bien, pero nosotros preferimos ocuparnos del estado de ánimo de los accionistas de todas las empresas.

-¿A pesar de que Ignacio Sánchez Galán (presidente de Iberdrola) es miembro del consejo asesor de Patxi López?

-A pesar de cualquier consideración.

-¿Y para cuándo prevé que estén en Euskadi las políticas activas de empleo?

-Estarán cuando los gobiernos central y vasco crean que es el momento más oportuno. Será un gran logro del desarrollo estatutario que el nacionalismo despreció 30 años.

-¿No fue desautorizado por su 'jefe', José Antonio Alonso, el pasado otoño cuando no le informó de la cláusula que permite al PNV tener derecho de veto?

-Lo importante es que el Estatuto saldrá reforzado de esta etapa de colaboración, aunque al nacionalismo no le guste.

-¿Personalmente no se sintió engañado? Usted no conocía la existencia de esa cláusula a pesar de ser el 'número dos' en el Congreso.

-Conozco el desprecio que el nacionalismo ha tenido siempre por esta transferencia, que nunca quiso negociar. Conocía también la incapacidad durante los gobiernos de Ibarretxe para crear climas de confianza que permitieran negociar los traspasos pendientes en el Estatuto; todo era bronca política. Por eso no me extrañó la posición del PNV en la negociación.

-¿Y la existencia de la cláusula?

-Me pilló llegando a la secretaría general del grupo y la conocí cuando se hizo pública.
Emergencia

-Usted siempre se alinea con las posturas más progresistas, a la izquierda del PSOE. ¿Cómo se siente con el PP de aliado en Euskadi?

-Creo que fue y es muy necesario mantener la alternancia en el Gobierno del País Vasco porque la etapa final de Ibarretxe indicaba la emergencia en la que nos encontrábamos. Lo llevo muy bien porque veo un lehendakari socialista y un Gobierno monocolor que está llevando a Euskadi hacia la modernidad.

-Pero, dado su perfil, ¿no está incómodo al tener como socios a los compañeros de Rajoy?

-Ojalá Rajoy aprendiese algo de Basagoiti y del PP vasco. El PP está navegando en un mar de sumarios y Rajoy no hace nada. ¿Cómo puede ser que no haya tomado ninguna decisión seria? Es que no sólo afecta al PP, sino al buen funcionamiento del sistema democrático; aleja a los ciudadanos de la política.

-¿Le ha sorprendido la actitud de los populares vascos?

-El PP en Euskadi he hecho un profundo ejercicio de transformación desde los años duros de Mayor Oreja hasta la actualidad. Da la sensación de que el PP de Basagoiti llama a la convivencia posible y no a lo que llamaba Mayor Oreja, que era a un concepto de nación desfasado, igual al del PNV pero en sentido contrario. Cualquier ciudadano estará de acuerdo en que poco tiene que ver el PP de Basagoiti con el de Mayor Oreja.

-¿El mayor peligro de López es la debacle de Zapatero?

-No. El Gobierno central está pasando por la tormenta económica más difícil de las últimas décadas y ha apostado por permanecer junto a la sociedad española en este duro momento. ¿Está atravesando un buen momento? No. Pero la crisis pasará.

-La sensación es que avanza a bandazos: propuestas que se retiran horas después de plantearse, ministros que se desmienten entre ellos...

-Es verdad que ha habido algún desorden en determinados momentos. El mes de enero fue especialmente dinámico en ese sentido.

-Una buena forma de definirlo.

-Bueno... En el fondo creo que subyacen tres ideas principales: una, incentivar con recursos públicos la actividad económica cubriendo el vacío que se ha dado en la actividad privada; dos, aumentar el esfuerzo en políticas sociales para sostener el impacto tan brutal que está teniendo en los que más sufren; y tres, tomar decisiones y diseñar los marcos generales para un nuevo modelo de crecimiento.

-¿Qué le parece lo que está sucediendo con Garzón?

-Creo que estamos asistiendo a un ruido excesivo. No deja de ser curioso que el primer juez que se dedica a investigar en la Audiencia Nacional crímenes cometidos, entre otros, por fascistas en la época de la posguerra sea sentado en el banquillo de los acusados por los herederos de aquellas organizaciones que tan mal recuerdo nos traen.

-¿No se está presionando al Tribunal Supremo?

-Es compatible defender el derecho de Garzón a investigar los crímenes del franquismo con respetar al Tribunal Supremo.

-Algunos hablan de ambiente 'guerracivilista'.

-Me parece una expresión más adecuada para aquellas manifestaciones con águilas negras y banderas preconstitucionales en las que estaba el PP para defender «la buena familia española» en la pasada legislatura.

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