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"Podríamos hacer una reforma constitucionalista del Estatuto con la actual mayoría, pero no queremos excluir"

"La democracia ha tratado de que ETA acabara como el IRA, pero esa fórmula ya se ha agotado"

Es un hombre inquieto, preocupado por darle un aire nuevo a la actividad parlamentaria. Está muy satisfecho al otro lado de la barrera, en el lado del Gobierno, y habla convencido de que el PSE ha logrado sustituir la "bronca" en que sitúa la pasada legislatura por "el acuerdo" actual.

Óscar Rodríguez pasa por ser un parlamentario pegado a un ordenador. Lo más habitual es encontrarle en los plenos de control, en las comisiones, o en cualquier otro foro de la Cámara vasca acompañado de su portátil. "Es una vía para demostrar a los ciudadanos que no somos tan inaccesibles", explica. Pero un paso más allá de la Red, es un conversador que se faja bien en el plano corto y defiende con pasión las bondades del cambio.

¿Cuál es su diagnóstico de lo que lleva transcurrido de legislatura?

Cuando empezó a trabajar este Gobierno había dos serios problemas: uno, la crisis económica; otro, que había una excesiva crispación, una excesiva bronca. Después de un año, el diagnóstico no puede ser malo, porque el Gobierno ha puesto en marcha medidas para luchar contra la crisis y los socialistas vascos estamos, en mi opinión, contribuyendo a tranquilizar la vida política poniendo acuerdos donde había bronca. De todos los asuntos que se han debatido, el PSE ha estado en el 95% de los acuerdos.

En este sentido, ¿cuál es la relación del PSE con el resto de grupos en el trabajo parlamentario?

Bueno, con los grupos minoritarios la relación no es todo lo grande que quisiéramos, pero porque tienen muchos asuntos que los tiene que llevar una sola persona, y eso a veces dificulta su agenda. También tenemos una buena relación con Aralar, con quienes hemos llegado a acuerdos en materia social y medioambiental. Tenemos una excelente relación con el PP, no en vano firmamos un acuerdo de bases y gracias a su voto, Patxi López es hoy lehendakari. Y tenemos una relación, diría que también buena, con el PNV, aunque a veces sea rara.

Defina rara.

Rara, sí, porque a veces uno no sabe muy bien con qué sector del PNV habla. A nivel parlamentario sacamos cosas, pero a veces no sabes bien si hablas con quienes ofrecen acuerdos institucionales o con los que dicen que hay que sobrepasar el actual estatus institucional; no se entiende muy bien este doble juego que es un poco como el bombero pirómano, y si realmente apostaran por la estabilidad, quizá fuera más sencillo alcanzar acuerdos.

¿Entendió el fracaso del acercamiento que intentaron López y Urkullu?

Entiendo que las razones que dio el PNV fueron sólo excusas. El PNV no está presentando alternativas a lo que está haciendo el Gobierno Vasco. Se limita a criticar lo que no le gusta. Y bajo mi punto de vista, tampoco tienen quien les lidere de una forma clara. Hay diferentes líderes de diferentes sectores. Y en ese contexto, la excusa perfecta para que no se desgaje internamente el PNV es tener un enemigo común, en este caso el lehendakari.

Sin embargo, ellos aseguran todo lo contrario; que son ellos quienes lideran al país con iniciativas como la del propio pacto de estabilidad...

Bajo nuestro punto de vista, la oposición se define por tres cosas: por hacer crítica, por presentar alternativas y por definir espacios de acuerdo con el Gobierno. Critican muchísimo, pero no con razones. Hacen muchos discursos sobre Euskadi, el Pueblo y la Patria, pero creo que hablan poco de quienes la habitan. El PNV no es el responsable de todo, pero estaría bien que a veces se responsabilizaran de algo. A nosotros nos gustaría tener una relación buena y estable con el PNV. Sería bueno para el país e incluso para ellos, pero es que a veces es ciertamente difícil por este doble discurso, porque cuando estás boicoteando EiTB, al Gobierno, e incluso al Parlamento, no te puedes presentar como garante de la estabilidad institucional.

Uno de los compromisos de su grupo era buscar acuerdos entre diferentes. ¿Por qué cree que les está costando tanto hacerlo?

Niego la mayor. Como te decía antes, sólo el 20% de los acuerdos alcanzados en el Parlamento Vasco esta legislatura han contado con el voto de sólo PSE y PP. Hasta un 33% sumando a UPyD. El resto se han alcanzado entre PSE y PNV; PSE, PP y PNV; PSE y Aralar,... son acuerdos plurales, aunque nos gustaría hacer más y que el PNV se ocupara de algo.

Entonces, por qué cree que la oposición les acusa de aplicar sin duelo el rodillo de la mayoría suficiente que les da el apoyo del PP?

Supongo que es una frase recurrente que necesitan usar para mantener prietas las filas, sobre todo los jeltzales, vende mucho ese discurso de que PP y PSE iban a venir a dar la vuelta al país como un calcetín, a disolver su identidad,... Lo que pasa es que los datos desmienten sus obsesiones. Hicieron muchas predicciones apocalípticas asegurando que íbamos a causar unos destrozos irreparables en el país, pero se ve que tienen poco futuro como futurólogos.

¿Qué predisposición ve en la Cámara para aprobar la Ley Municipal?

Cuando se defiende el Estatuto hay que hacerlo hacia fuera y hacia dentro. Hacia fuera está bien definido: hay que desarrollarlo todo, potenciarlo al máximo. Y con consenso y con un amplio acuerdo, habría que mejorarlo. Pero hay que desarrollarlo también hacia adentro, y una parte capital en esa tarea es la Ley Municipal. Somos la única comunidad que no tiene una ley así que dé un poco la mayoría de edad a los Ayuntamientos. Si los discursos de todos se llevan a la práctica, tendremos Ley Municipal esta legislatura.

Cerrado el calendario legislativo, falta el programa de gobierno. El PSE siempre ha respondido que se basa en su programa electoral y su pacto con el PP, pero ¿hasta dónde cree que podrán cumplir sus promesas?

Ningún programa de un gobierno serio se acaba nunca. Cuando un partido político concurre a unas elecciones, tiene que definir objetivos a cuatro e incluso a ocho o diez años. Me gustaría decirte que se puede cumplir el programa electoral en cuatro años, pero yo creo que es imposible cumplir en cuatro años el programa de cualquier partido que tenga altura de miras. Lo que sí vamos a cumplir, sin duda, es el acuerdo de bases que hemos firmado, el calendario legislativo y todas y cada una de las promesas que hizo el lehendakari en su discurso de investidura.

¿Y reformar el Estatuto, como también recoge su programa?

Pues lo mismo que te decía antes. Nosotros somos partidarios de hacer una identidad vasca incluyente, no de que se haga una reforma del marco como se intentó hacer en la pasada legislatura. A nosotros ahora nos daría la mayoría parlamentaria sumándonos con el PP y UPyD, en lo que se podría denominar el constitucionalismo vasco, para emprender una reforma estatutaria. Nos daría para hacerlo, pero no queremos porque sabemos que hay otras identidades y otras prioridades.

¿Está cómodo con el pacto con el PP?

La relación es muy fluida y permanente. La relación es buena y nos sentimos todo lo cómodos que uno se puede sentir con un partido diferente, como sucedía cuando los acuerdos de gobierno eran con el PNV. Tratamos de solventar las discrepancias en base al acuerdo que tenemos firmado, y en eso no tenemos ningún reproche que hacernos.

¿Cree probable que veamos más choques como el que esta semana mantuvieron con el PP a medida que se vayan acercando las elecciones?

Yo no soy partidario de relacionarlo todo con las elecciones. El choque de ayer se produjo porque era una iniciativa ya discutida, pero tampoco ha ocasionado ninguna hecatombe. En cualquier caso, esto pasa cuando se abren debates del pasado, pero no creo que haya ninguna sobreactuación en las posiciones de cada uno con vistas a las elecciones.

En la anterior legislatura denunciaron reiteradamente el "frentismo" por cuanto el tripartito podría constituir un bloque. ¿Cree que ahora se ha roto con esa situación?

Nadie ha demostrado que en el acuerdo con el PP haya una sola palabra que vaya contra nadie. Se puede compartir o no lo que ahí se recoge, pero no excluye a nadie. Los bloques, el rodillo, pueden ser el deseo de algunos, pero la realidad lo desmiente.

Tras muchos años de procesos fracasados, Rodríguez se muestra muy justo de fe. "Hasta que no lo vea, no lo creeré", se limita a decir ante los guiños que viene haciendo la izquierda abertzale para abrir un nuevo "escenario democrático" sin injerencias violentas. Y en su pesimismo acumulado, incluso se lleva por delante la confianza en que pueda haber avances por la vía del diálogo y se aferra a la actual estrategia policial, con la esperanza de que sea la sed la que lleve por fin a este mundo a abrir un nuevo escenario.

¿Cree que las aguas volverán a su cauce y la izquierda abertzale ilegalizada volverá a participar de la vida democrática y volverá a las instituciones? ¿Le gustaría que fuera así?

Creo que la gente está tan frustrada con todas las promesas que ha hecho la izquierda abertzale violenta que ya estamos curados de espanto. Creo que están aplazando el debate que deben hacer. No hace falta que haya un muerto para que rechacen la violencia. Lo pueden hacer mañana mismo y creo que eso es lo que está esperando la gente. El deseo de que acabe el terrorismo, por supuesto que lo tengo. Por cierto, creo que somos unos de los que más lo desean porque nos encantaría poder defender nuestro proyecto en libertad. Entonces, ¿tenemos el deseo? Sí. ¿Tenemos esa esperanza? Pues, como Santo Tomás, cuando lo veamos lo creeremos, porque la palabrería que conocemos ya no vale.

¿Sería partidario de que, si se acompañara esa palabrería con hechos, dirigentes de su partido se volvieran a sentar con líderes de este sector para iniciar un nuevo proceso de búsqueda de la paz?

Hablar de escenarios que no existen es muy difícil, y alimentar expectativas que no existen, más. Como decía el anterior lehendakari, ya abordaremos ese tema cuando toque. Gero, gerokoa.

¿Pero comparte la necesidad de usar la vía del diálogo para buscar poner fin a esta situación?

Hubo un proceso en Argel donde el listón de la democracia estaba a un nivel y ETA lo frustró. Vamos al siguiente proceso; el listón se subió un poco y ETA lo frustró también. Llegamos al último, en el que el listón de la democracia estaba más alto, pero ETA lo volvió a frustrar y por lo tanto se ha agotado el margen. Ese procedimiento lo hemos probado tres veces; tres oportunidades que la democracia dio a ETA para acabar como el IRA, de una forma dialogada, y han decidido acabar como el GRAPO. Las oportunidades son irrepetibles, y les hemos dado muchísimas. Ahora la pelota está en su tejado.

Pero si da el margen del diálogo por agotado, ¿qué camino queda?

Ya he contestado. La vía que está emprendida ahora mismo está resultando eficaz. Unos la aplauden más, otros menos, pero nadie cuestiona que ETA está más débil que nunca y la democracia más fuerte. No tengo más que decir. Hay un paso fundamental que no se ha dado a lo largo de los años con la suficiente unidad que es el de la deslegitimación del terrorismo, y en eso estamos trabajando. Pero la vía que actualmente está en marcha creo que está funcionando.

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