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PSE-EE quiere que un grupo de expertos revise las pruebas de acreditación del conocimiento del euskera

“Algo falla cuando sólo aprueba una de cada cuatro personas que se examinan del título EGA”, afirma la parlamentaria Isabel Celaá

“Urge aclarar las causas de este fracaso, que causa frustración en miles de personas que optan al certificado para buscar un empleo”.

Isabel Celaá, en una foto de archivo. [Foto: Socialistas Vascos]
Isabel Celaá, en una foto de archivo. [Foto: Socialistas Vascos]

El Partido Socialista reclama que un grupo de expertos revise el contenido y el enfoque de las pruebas que se siguen para obtener los certificados de conocimiento del euskera, especialmente el EGA (Euskararen Gaitasun Agiria-Certificado de Aptitud del Conocimiento del Euskera), a la vista de los bajísimos porcentajes de aprobados que arrojan.

“Algo falla en el sistema cuando apenas una de cada cuatro aspirantes logra superar el examen del EGA y en algunos otros certificados el nivel de aprobados se queda en el 10%. Y los poderes públicos no pueden quedarse impasibles ante una realidad que crea frustración entre miles de personas que buscan que ese título les ayude encontrar un empleo y que han dedicada mucho tiempo y dinero a conseguirlo”, ha manifestado la parlamentaria Isabel Celaá.

En este sentido, ha señalado que ese alto nivel de fracaso en la obtención de certificados de acreditación del conocimiento del euskera se da también en jóvenes que han cursado sus estudios en lengua vasca, contrastando con la tasa de aprobados en España del Advanced of English de la Universidad de Cambridge, que es del 62,4%, y la del Proficency, el 61,8%.

“Al igual que ningún poder público permanecería impasible si su sistema educativo arrojara una tasa de suspensos del 75-80%, el Parlamento vasco  no puede ni debe cerrar los ojos esta situación”, ha resaltado Isabel Celaá. “Resulta, pues, urgente aclarar si este nivel de fracaso se debe a causas achacables a los aspirantes o a la preparación que han recibido, o si revela más bien un grave problema de idoneidad de las pruebas mismas, tanto en su enfoque como en sus contenidos, o disfunciones de otro tipo. Algo que ya han apuntado distintos especialistas”. 

Por ello, el Grupo Parlamentario Euskal Sozialistak-Socialistas vascos ha presentado en el Parlamento vasco una proposición no de ley en la que se insta al Gobierno vasco a crear un equipo de especialistas de prestigio  “que analice la orientación y contenidos actuales de las pruebas de acreditación oficial del conocimiento del euskera, especialmente del EGA,  valore los resultados que arrojan y examine sus causas”. En la PNL, que se debatirá en el próximo periodo de sesiones, se añade que este equipo “propondrá en el plazo de un año los cambios que considere adecuados” en las pruebas de acreditación,  a la luz de las experiencias con otros idiomas, “para adaptarlas a las necesidades presentes de la sociedad vasca y favorecer la extensión del uso social del euskera”.

En la proposición se recalca que el papel de los certificados que acreditan oficialmente el grado de dominio de una lengua, tanto para su reconocimiento en el sector privado como en el público, es muy relevante en Euskadi, ya que el desarrollo de la política de normalización del uso del euskera ha llevado a extender el sistema de perfiles lingüísticos para la mayoría de los puestos de trabajo de las administraciones públicas y organismos dependientes de ellas.

Sin embargo, el notable avance que esa política de impulso ha tenido en el conocimiento y uso del euskera en todos los ámbitos sociales se está viendo acompañado de una evolución crecientemente negativa en los resultados de las pruebas de acreditación. La media de aprobados en la gran mayoría de ellas (EGA, HABE, IVAP) no llega a un tercio de las personas presentadas, y en algunos niveles específicos se queda en el 10%.  En el caso del título más demandado, el EGA, al que se han presentado 82.058 personas en los últimos seis años,  el promedio de aprobados es del 23,33% (19.114 personas), con un mínimo anual del 21,48% y un máximo del 26,49%.

“Independientemente de los factores sociolingüísticos, este nivel de fracaso en las pruebas de acreditación no es aceptable. No podemos cerrar los ojos ante él ni ante las repercusiones que tiene para las personas afectadas”, ha insistido la parlamentaria socialista. “Es necesario aclarar si se debe a causas achacables a los aspirantes o a la preparación que han recibido, o si revela más bien un grave problema de idoneidad de las pruebas mismas,  excesivamente enfocadas a los contenidos filológicos”.

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