El acuerdo parte de una iniciativa presentada ante distintos ataques y amenazas a asociaciones que trabajan para la integración de inmigrantes que se produjeron a principios de este año  “en un contexto en el que algunos dirigentes institucionales relacionaban determinados fraudes no con unas personas determinadas, sino con la procedencia de esas personas”, según ha recordado el parlamentario Mikel Unzalu. “Hemos venido advirtiendo de lo peligroso de ese tipo de mensajes. Está claro que no ha sido suficiente, que se ha seguido azuzando la identificación del delito con el inmigrante, alimentando la idea de que el que engaña es el diferente. Está claro que no se ha cortado con suficiencia el discurso que hace pensar a muchas personas que sus necesidades se deben a que otros vienen a llevarse lo que es de uno. Y cuando eso no se corta con rotundidad, se deja la puerta abierta para las acciones intimidatorias”, ha denunciado.
 
Frente a ese discurso, Unzalu ha realizado un alegato en favor d ela tolerancia y la contribución de “mles de manos llegadas desde otros sitios de España y el mundo para “hacer grande a Euskadi”. “Conocemos bien a quienes han venido a mejorar Euskadi. Han trabajado con nosotros levantando viviendas que han enriquecido a algunos. Cubrían los empleos no deseados por quienes aspiraban a vivir en la burbuja permanente. Y cuando la burbuja pinchó, pinchamos nosotros. Todos. Los nacidos aquí y los nacidos fuera de aquí. Pinchó todo aquel que tenía un trabajo y lo dejó de tener. Pinchó el que ganaba un salario digno y lo dejó de tener. Pinchó quien cubría sus necesidades básicas y dejó de hacerlo. Y en Euskadi resistimos mejor porque tenemos el colchón donde cae quien pincha en la vida”, ha argumentado.
 
El representante socialista ha admitido que en esta situación no han surgido partidos claramente xenófobos, como en otros lugares de Europa, pero sí ha habido dirigentes políticos que han “manipulado las emociones” y ha constatado el incremento de agresiones xenófobas. “Los apelados somos nosotros. Los agredidos o amenazados sienten su miedo. Quienes tenemos una responsabilidad pública tenemos que hacerles saber que no vamos a aceptar esa agresión y esa amenaza, porque son agresiones y amenazas a todos, a esta sociedad, a los valores en los que se asienta. Por eso nos parece imprescindible no dejar pasar ni una”, denunciar estas agresiones, solidarizarse con los afectados, comprometerse institucionalmente en favor de una sociedad basada en la diversidad, la solidaridad y la cohesión social, “y que este Parlamento vuelva a llamar a todos los representantes políticos, para que destierren del debate discursos y afirmaciones xenófobas y racistas que atentan contra la convivencia e interculturalidad de nuestra sociedad”, tal y como recoge la resolución aprobada.