Rodolfo Ares: "Hablar con Batasuna es inútil porque no tiene capacidad de decisión"
El responsable socialista recalca que los dirigentes abertzales «no han tenido la gallardía de cumplir lo que prometieron»
BILBAO
Decepcionado con la izquierda abertzale, el secretario de Organización y portavoz del PSE-EE, Rodolfo Ares, cree que no merece la pena hablar con Batasuna ya que «no tiene ninguna capacidad de decisión». El dirigente de los socialistas vascos, que el pasado mes de julio acompañó a Patxi López durante la reunión que mantuvo en un hotel de San Sebastián con Arnaldo Otegi, insiste en que el proceso está «roto» y que es necesario un acuerdo entre «todos» los demócratas. En este sentido, Ares considera fundamental el papel del PNV y apela al Partido Popular para que facilite el consenso.
-La izquierda abertzale insiste en que el proceso de paz no está roto.
-Hay que ser muy claro. El proceso está roto y acabado. El atentado de Barajas es más explícito que cualquier comunicado que ETA pueda hacer. Esta organización ha demostrado sus intenciones. Ha roto el alto el fuego permanente y ha sepultado bajo los escombros de Barajas el actual proceso de paz. Es patético que la izquierda abertzale afirme que hay que esperar a lo que diga ETA. Lo importante no es lo que diga la banda, sino lo que hace.
-¿Esperaban el atentado de ETA?
-Sinceramente, no. Pero no se deben analizar las intenciones de ETA con criterios objetivos ni aplicar razonamientos lógicos. Es una banda terrorista, ha decidido romper el alto el fuego y volver a su actividad armada.
-Pero, durante los últimos meses, los signos que provenían de la banda no eran esperanzadores.
-Siempre se ha dicho, tanto por el presidente del Gobierno como por dirigentes del Partido Socialista, que el proceso iba a ser largo, duro y difícil. Lo iniciamos cuando se daban las mejores condiciones para explorar el final de la violencia a través del diálogo. El Ejecutivo ha sido escrupuloso pero, desgraciadamente, no hemos conseguido el objetivo que pretendíamos, que era acabar con la violencia. En todo caso, la sociedad no hubiera perdonado al Gobierno que no lo hubiese intentado. No lo consigue quien no lo intenta.
-Pero ETA había robado 350 armas, había lanzado un ultimátum, mantenía sus reivindicaciones sobre Navarra y la autodeterminación... ¿no han pecado de cierta ingenuidad?
-Creo que no. Objetivamente se daban las mejores condiciones históricas. Teníamos que intentarlo. Dijimos que siempre se mantendrían principios básicos.
-¿No creen que hay motivos para la autocrítica?
-Me remito a lo que ha dicho el presidente del Gobierno. Nuestro único objetivo era conseguir la paz. Mucha gente querrá trasladar la responsabilidad al Partido Socialista. Eso es injusto porque la única responsable es ETA. El Ejecutivo no hizo ninguna cesión ni debilitó el Estado de Derecho frente a ETA.
-¿Por qué Zapatero afirmó 24 horas antes del atentado que este 2007 íbamos a estar mejor?
-Seguramente, porque estaba convencido de que las cosas irían mejor. En todo caso, lo más importante es que todos los socialistas tenemos el compromiso de trabajar contra el terrorismo. El presidente hará todo lo que esté en sus manos para terminar con ETA y consolidar la paz.
CAMPO POLÍTICO
-¿Se sienten frustrados?
-Nos sentimos decepcionados y con cierta amargura por no haber sido capaces de haber acabado con la violencia. Pero tenemos la tranquilidad política de haber hecho lo que teníamos que hacer.
- Los primeros meses parecían que las cosas iban relativamente encarriladas, ¿qué sucedió a partir de agosto?
-Cuando el presidente anunció que estaba dispuesto a iniciar una fase de diálogo con la banda terrorista, se podía interpretar que ETA tenía voluntad de dejar las armas. Y en el campo político, la izquierda abertzale había dado signos de ir avanzando en el camino de hacer política desarrollando su declaración de Anoeta. Sin embargo, a final de verano, primeros de otoño, hubo un cambio de actitud por parte de ETA y de la izquierda abertzale. En este últimos caso, porque probablemente no tiene autonomía respecto de la banda.
-Estuvieron a punto de firmar un preacuerdo político para poner en marcha la mesa de partidos.
-Es verdad que estuvimos trabajando para acordar unas bases de composición y funcionamiento de una mesa de partidos. Este foro siempre se pensó como un lugar en el que se diera un diálogo incluyente en el que estuviéramos todos, incluida la izquierda abertzale. Pero, para ello, Batasuna tenía que ser legal. ETA sepultó la posibilidad de que hubiese esa mesa de partidos con el atentado de Barajas y la izquierda abertzale lo ratificó cuando después no se distanció de la violencia.
-¿Les ha decepcionado Arnaldo Otegi?
-Ha decepcionado a la gente de su mundo, que pensaba que esta vez podría ser el Gerry Adams de Euskadi. Una vez más, y ya es la segunda o la tercera, ha demostrado que no tiene liderazgo.
FUTURO
-¿Dónde queda Batasuna tras este atentado?
-Tienen vértigo a hacer política en democracia. No han hecho la pedagogía suficiente en su mundo. Los dirigentes de la izquierda abertzale no han estado a la altura de las circunstancias ni han tenido la responsabilidad de llevar a su mundo a la legalidad. Y estoy convencido de que, si estos líderes no son capaces de llevar a su mundo a la democracia, otros lo harán por ellos en el futuro. No han tenido la gallardía de cumplir lo que prometieron y por eso han engañado y frustrado las esperanzas de una parte importante de quienes les apoyan. No son creíbles mientras no rompan sus vínculos con la violencia.
-¿Han traicionado el discurso de Anoeta?
-Estoy absolutamente convencido de que la inmensa mayoría de la ciudadanía lo cree así.
-¿Ha habido un cambio de correlación de fuerzas dentro de Batasuna y ETA? ¿Se han impuesto los sectores más duros?
-No quiero especular sobre eso.
-¿Se arrepiente de haberse sentado de forma oficial con Batasuna?
-No. Estábamos convencidos de que aquella reunión era necesaria para decirle a la izquierda abertzale que debían convertirse en una fuerza legal. Lo hicimos. Decir las cosas con claridad para que nadie se equivoque nunca está mal.
-Una vez comprobado que la última palabra la tiene ETA, ¿merece la pena hablar con Batasuna?
-A tenor de la experiencia, y tras comprobar que no tiene capacidad de decisión, mantener un diálogo y hablar con ellos es inútil si no apuestan por la legalidad.
-¿Se han quedado sin interlocutores en la izquierda abertzale?
-No es un problema de quedarse sin interlocutores. Repito, mientras la izquierda abertzale no deje de estar tutelada por ETA no es útil hablar con ellos.
-Batasuna dice que ahora más que nunca es necesario el diálogo.
-Eso es palabrería. Es engañar a la gente y autoengañarse. No nos interesa lo que dice, sino las decisiones que toma. Ojalá haya un cambio de actitud y una apuesta clara por hacer política.
-La última declaración de alto el fuego llegó después de tres años sin atentados mortales, ¿habrá que esperar tanto para una declaración similar?
-No quiero especular sobre lo que va a pasar en el futuro. Hay personas que piensan que debe esperarse una segunda oportunidad para mantener este proceso. No hay que engañar a la gente. El proceso de paz que se inició con la resolución del Congreso está acabado. Que en el futuro pueda darse otra oportunidad para que pueda aplicarse la resolución del Pacto de Ajuria Enea y explorar un final dialogado, habrá que analizarlo, pero ahora no cabe hacer especulaciones. Ese camino, si llega, tardará.
-¿Qué tendría que hacer la izquierda abertzale para que ustedes recuperen la confianza en ella?
-Adoptar las decisiones necesarias para alejarse de la tutela de ETA y defienda sus propuestas a través de la política. Que se conviertan en una fuerza legal que respeta las reglas de juego aunque quiera cambiar esas reglas. Queremos a la izquierda abertzale en las instituciones y en la legalidad, no como matones. Les queremos como demócratas.
-Algunos nacionalistas ajenos a Batasuna les han criticado por no derogar la Ley de Partidos.
-Eso es una tontería y una falta de memoria grotesca. La izquierda abertzale fue legal durante mucho tiempo y todos sabemos qué hizo cuando estaba en las instituciones. El camino no es rebajar las exigencias de la democracia, sino ser exigente con quien quiera hacer política.
RESPONSABILIDADES
-¿Se ha eliminado cualquier posibilidad de que la izquierda abertzale esté en las próximas elecciones?
-Depende de ellos. Si se convierten en una fuerza que respeta la legalidad y condena la violencia, podrán hacerlo. Aunque viendo lo que ha pasado estos días, parece que no van a tomar esas decisiones.
-La izquierda abertzale acusa al Gobierno de no haber hecho nada por impulsar el proceso y de alardear de hacer menos que el PP.
-La izquierda abertzale siempre busca excusas para trasladar a los demás la responsabilidad de sus problemas o la incapacidad para tomar decisiones.
-¿Pero no se podía haber hecho algún gesto, digamos acercar a un determinado número de presos?
-Durante la anterior tregua se demostró que algunas cuestiones que, en principio, podían rebajar la tensión tampoco contribuyeron precisamente a que el mundo de la izquierda abertzale fuese por el buen camino. Esto es especular.
-¿Mantendrán algún tipo de canal abierto con ellos?
-Repito, no es útil tener ningún canal abierto con quien no tiene capacidad para tomar decisiones.
-¿Queda alguna puerta abierta a la esperanza?
-La esperanza que se ha frustrado es la de que, a través de este proceso, se consiguiese la paz. Pero la ciudadanía tiene que tener la confianza de que hay unas instituciones y un Estado de Derecho fuertes y deben tener la seguridad de que conseguiremos la paz. Somos los que tenemos la razón.