La obsesión por la reducción del déficit de los países del Norte principalmente Alemania y la ausencia de medidas de estímulo económico que acompañen a la austeridad obligada por la UE están condenando al conjunto de la Zona Euro, y especialmente a los países más afectados por la deuda, a la recesión. La terapia de recortes, impuesta en todos los ámbitos de la Administración Pública, lejos de reanimar la economía, está causando una profundización de la crisis, deprimiendo la actividad económica y el consumo privado. Así lo ha reconocido el propio FMI.

Una situación que también está afectando a Euskadi con fuerza. La restricción del crédito y la política de reducción de la demanda están convirtiendo los problemas de liquidez en problemas de solvencia para nuestras empresas, a pesar del mayor peso de su sector industrial y de las políticas de soporte del Estado de Bienestar desarrolladas en esta legislatura por el Gobierno Socialista.

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