3- Democracia, Libertad, Convivencia
3.1- La Democracia
3.1.1- Defensa del sistema democrático
El debate público sobre las formas de representación política, y más en concreto las críticas al sistema democrático, actual es un hecho social que los Socialistas Vascos no podemos dejar de analizar.
Sabemos que la deslegitimación del sistema puede abrir la puerta a los peores fantasmas populistas. Por ello es importante que los Socialistas Vascos analicemos las causas de esta crisis y, así mismo, pongamos los cimientos teóricos para defenderlo sin prejuicios.
La defensa del sistema democrático no debe de llevarnos a creer en una defensa de principios inalterables. Debemos estar abiertos a sus críticas y a la superación de sus debilidades, añadiendo propuestas para darle mayor fortaleza y adecuarlo a los nuevos tiempos.
La persistencia de la crisis económica ha agudizado los límites que el sistema democrático venía padeciendo en los países políticamente más avanzados. A pesar de su aceptación de la democracia como modelo de participación y representación colectiva, se han puesto en evidencia importantes insuficiencias en el funcionamiento de las instituciones y los partidos.
Desde que comenzó la crisis económica especulativa, se han tomado decisiones políticas siguiendo los criterios dictados por presiones del poder económico frente a los criterios de mantenimiento del Estado de Bienestar y de defensa de los derechos ciudadanos.
Éste ha sido el principal motivo por el que miles de personas se han lanzado a la calle pidiendo la regeneración del sistema democrático. Cada vez más a menudo los gobiernos toman decisiones que van en contra de las necesidades y los intereses de la mayoría de la población: la desregulación de los mercados financieros; la no desmembración de bancos sistémicos; la privatización de servicios públicos como los suministros de agua o energéticos, red ferroviaria, el servicio de correos o los bancos; tratados de libre comercio, la liberalización de la circulación de capital hasta el último paraíso fiscal; la tolerancia de la desigualdad salarial; la represión de manifestantes pacíficos; las declaraciones de guerra contrarias a las leyes internacionales.
La ciudadanía pide más mecanismos para poder participar en las decisiones que les afectan directamente. Su participación, sus movilizaciones y su fuerza deben servir para que la política y los gobiernos tengan la fortaleza, el coraje y el valor necesarios para defender sus reivindicaciones y poner freno al poder financiero frente al político, para evitar el empobrecimiento de países enteros con el único objetivo de enriquecer a unos pocos especuladores.
El descontento y la irritación ante la incapacidad para hacer frente a los problemas cotidianos van creando un caldo de cultivo que hace propicia la aparición de los populismos. La mala imagen que afecta a los partidos políticos, a su utilidad se convierte en un malestar de la democracia, en una desafección creciente del conjunto de las instituciones y de la política en general. El abstencionismo electoral pone de relieve ese malestar que es utilizado por organizaciones que quieren extender la idea del desencanto de la democracia como medio para garantizar sus propios intereses.
Para los Socialistas Vascos es fundamental defender la democracia, introduciendo las reformas necesarias del sistema en la sociedad actual, defenderlo ante los ataques interesados y reconducir el descontento que ha penetrado en una parte importante de la ciudadanía.
Lo primero que debemos analizar es por qué ha surgido este descontento. Seguramente llegaríamos a la conclusión que una parte importante de la ciudadanía , especialmente los jóvenes que critican el sistema democrático, lo que en realidad quieren denunciar son las políticas concretas que nos han conducido a la situación actual, el sistema económico imperante, así como las irregularidades e ilegalidades que se han producido desde dentro del propio sistema.
Por eso, reconocer que tienen razones para el descontento no quiere decir, en ningún caso, que, teniendo razón en sus propuestas, la tengan también para deslegitimar todo el sistema democrático actual. Sin embargo, y para ayudar a evitarlo, desde la política se deberán plantear propuestas serias y visibles para solucionar los problemas que afectan a la ciudadanía.
Entre las definiciones más habituales de la palabra democracia están aquellas que apuntan que es un sistema que permite vivir en libertad. O que es el sistema en el que el pueblo decide su futuro. Entre nosotros, lo más usual suele ser definirla como el sistema donde decide la mayoría. Y alguno recurre a la frase de Lincoln de que “democracia es el Gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”
Todas estas afirmaciones, con ser ciertas parcialmente, sólo lo son realmente cuando se aplican todas en su conjunto. La democracia es un sistema político donde cada elemento, además de tener valor por sí mismo, encuentra su función en la relación que mantiene con los demás y en el lugar que ocupa dentro del conjunto; y su esencia, la libertad, no es anárquica, sino que está reglada
Los partidos políticos han sido y son instrumentos de construcción y defensa de la democracia. La fortaleza de los partidos es parte de la robustez de la democracia; su debilidad es parte de su cuestionamiento como sistema político. Por ello, su función debe estar al servicio de la democracia y debe garantizar que los representantes de los ciudadanos sean servidores públicos.