2- Contexto Social, Económico y Político
2.2- Una sociedad fragmentada
2.2.7- Impacto en la conciencia colectiva
Este cúmulo de problemas tiene que ver con la creciente desafección de la ciudadanía tanto hacia las instituciones políticas como a la política en general.
Todo ello pone de relieve el desgaste del capital democrático y del propio sistema de representación que se muestra incapaz de integrar en sus mecanismos de participación a la ciudadanía que debe afrontar los problemas que suscita la vida colectiva. Los movimientos como el 15M están también reflejando nuevas demandas de participación sociopolítica y una nueva visión de la política institucional, más vinculada a la ciudadanía y sus problemas y más transparente.
La desafección política, el desencanto o directamente el rechazo de las instituciones democráticas se refleja en la abstención que sigue siendo, elección tras elección, el grupo electoral mayoritario en Euskadi. El 70% de los abstencionistas corresponde a las generaciones más jóvenes del electorado. Precisamente las generaciones más castigadas por la crisis económica, las socializadas en los valores y principios democráticos bajo la promesa de una emancipación económica y social que superase la de su generación precedente. Una población que se ubica en la clase social media y obrera, entre la que se encuentran los porcentajes más elevados de “menor interés por la política” y los que se declaran “apolíticos”.
Probablemente una buena parte de este grupo está conformado por las 526.000 personas que viven sin ingresos o son mileuristas. Personas, estimadas por estudios recientes, que desglosan este colectivo en tres grupos sociales: mileuristas asalariados (397.000), los mileuristas autónomos (59.000) y los mayores de 18 años sin ingresos (70.000). Se aprecia con ello la fragmentación a la que venimos aludiendo y la descomposición “por abajo” de las clases medias.