Socialist@s Vascos

Historia

El Socialismo en Guipúzcoa y Álava

Toribio Etxebarria

El socialismo guipuzcoano adquirirá carta de naturaleza en 1897, con la creación, en ese año, de la Agrupación de Eibar. En 1901 se crearon las Agrupaciones de Irún y Placencia y, más tarde, las de Pasajes, Rentería, Beasáin, Bergara y otras localidades.

Desde el momento de su fundación, la Agrupación Socialista de Eibar contó con una afiliación importante que supo hacerse con la dirección del movimiento obrero de la localidad. Hasta tal punto era así, que sólo cuatro años después de su creación, en 1901, los socialistas eibarreses disponían de su propio órgano de prensa, “¡Adelante!”, y en 1903 obtuvieron representación municipal.

Con respecto al conjunto del socialismo vasco, el socialismo eibarrés desarrolló algunos rasgos diferenciados que marcarían la impronta del socialismo en toda Guipúzcoa. Empezando por la moderación que imprimió a las luchas sociales, cuidando en todo momento de los intereses globales de la industria de la villa. Actitud ésta que permitía a los trabajadores disponer de una importante capacidad negociadora, a diferencia de lo que ocurría en Vizcaya.

Además, como el nacionalismo no contó en la provincia con una sólida organización hasta 1910, los socialistas de Eibar y, por extensión, los de Guipúzcoa, no participaron del antinacionalismo virulento del PSOE de Vizcaya; y por ello la sensibilidad vasquista será perceptible en muchas de sus manifestaciones: utilización intensiva del euskera, intentos de extender la acción política por el medio rural, defensa de la reintegración foral desde el Ayuntamiento, en 1906... La influencia de personalidades como Toribio Echevarría contribuyeron a que el socialismo eibarrés profundizara en lo que el problema vasco representaba.

La posición proautonomista de Toribio Echevarría salía a la luz cuando las Cortes debatían sobre un Estatuto de Autonomía para Cataluña, en un año en que se celebraban en diversos municipios del País Vasco reuniones de Ayuntamientos que tenían como objetivo avanzar en un proceso de autogobierno. Por lo demás, habrá que esperar a la II República para que en Guipúzcoa, al igual que en Bizkaia en años anteriores, vayan configurándose los tres bloques dominantes en la política vasca: la derecha no nacionalista, el nacionalismo vasco y la izquierda socialista y republicana.

En cuanto a Álava, la implantación del socialismo fue mucho más desigual y dificultosa. Álava fue la provincia con menor implantación del PSOE en aquella época, por su carácter conservador, su escasa y tardía industrialización y la ausencia de tradiciones obreras significativas. La situación en estas dos últimas provincias cambiaría también con la llegada de la II República, época en la que el socialismo experimentará, una fuerte expansión sobre todo en Álava donde en la clandestinidad liderado por Antonio Amat se acaba consolidando.

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