La centralidad política de Euskadi.
Los socialistas hemos demostrado en todo momento, con nuestros errores y limitaciones, ser un partido imprescindible para el futuro del país. Imprescindible, en primer lugar, como referente de unión y fortalecimiento de la izquierda vasca: algo que se ha ido evidenciando, primero con la incorporación al Partido Socialista de Euskadi del Partido de los Trabajadores de Euskadi, en octubre de 1991; y, con posterioridad, en marzo de 1993, con la convergencia entre el Partido Socialista de Euskadi y Euskadiko Ezkerra, las dos fuerzas políticas de izquierda más representativas en el País Vasco.
A pesar del clima adverso, arrastrando ataques y amenazas, los socialistas vascos supimos mantener en todo momento la iniciativa, defendiendo y proponiendo políticas de unidad democrática contra el terrorismo y de diálogo político para construir un país entre todos, y no sólo para nacionalistas, como se proponía en el Plan Ibarretxe. Políticas que superaran los enfrentamientos entre bloques, que acabaran con el estancamiento y la crisis permanente que caracterizaron, desde 1998 hasta 2009, a todos los Gobiernos de Ibarretxe y que permitieran entrar a fondo en la construcción de la Euskadi social que el nacionalismo gobernante ha postergado siempre.
A pesar del acoso terrorista y las dificultades objetivas para defender nuestro proyecto, el Partido Socialista supo mantenerse fiel a sus ideas, convirtiéndose en el partido imprescindible para la reconducción de la política vasca, por vías de diálogo y de racionalidad.
En 2002, una nueva Ejecutiva liderada por Patxi López y Jesús Eguiguren tomó las riendas del partido, impulsando un proyecto progresista, autonomista y vasquista, que fue cosechando un cada vez mayor apoyo electoral. Así, en las elecciones autonómicas de 2005, el PSE-EE recuperó su condición de segunda fuerza en Euskadi, en las municipales de 2007 se logró, por primera vez, la victoria en Gipuzkoa y en las generales de 2008, con 430.690 votos, los socialistas vascos conseguimos ser, por primera vez en la historia, la primera fuerza en los tres territorios.
Fue ésta la antesala al mayor hito de nuestra reciente, la de las elecciones del 1 de marzo de 2009 que auparon a Patxi López a la Lehendakaritza y a la conformación del primer Gobierno Socialista de Euskadi.